Una combinación a dosis fija de estavudina, lamivudina y nevirapina se emplea ampliamente como terapia antirretroviral de primera línea en numerosos países con pocos recursos. Un estudio presentado en el 44 Encuentro Anual de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (IDSA, en sus siglas en inglés) ha demostrado que las opciones de tratamiento de segunda línea son escasas para muchas personas en estos entornos en las que fracasa este tratamiento combinado. Se necesitarán más opciones de tratamiento, especialmente abacavir y tenofovir, para poder contar con estrategias de tratamiento de segunda línea eficaces en estos países.