CROI 2022: El restablecimiento de la atención presencial del VIH se asociaría a un aumento del control virológico

Un estudio estadounidense revela que quienes más se benefician del retorno a la atención presencial son las personas con problemas de vivienda

Francesc Martínez
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Un estudio presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada recientemente en modo virtual por la pandemia de la COVID-19, ha concluido que el retorno a la atención sanitaria en persona y la intensificación de la acción de los servicios sociales ha logrado contrarrestar el impacto negativo que las restricciones asociadas a la pandemia por COVID-19 tuvieron sobre el porcentaje de personas con el VIH en supresión virológica en San Francisco (EE UU).

Aunque las tasas de tratamiento y control virológico son, en general, buenas en la ciudad de San Francisco (el 77% de los recién diagnosticados logran carga viral indetectable durante el primer año), las desigualdades en salud por motivos sociales serían muy importantes, ya que, por ejemplo, entre personas sin residencia fija la tasa de personas que consiguen alcanzar la indetectabilidad viral tras el primer año de tratamiento no pasarían del 20%.

Para observar cómo la pandemia por COVID-19 había afectado a los resultados clínicos de las personas con el VIH recién diagnosticadas, los autores del presente estudio analizaron los datos registrados en una clínica del VIH de San Francisco llamada Ward 86 y compararon los datos de antes y después del confinamiento impuesto en marzo de 2020. La clínica da servicio a numerosas personas vulnerables, muchas de ellas sin residencia fija, usuarias de drogas o problemas psiquiátricos. Se trata de un colectivo más susceptible a padecer problemas si la atención pasa de presencial a virtual tanto por falta de conocimientos como por la brecha digital, entendida esta como la desigualdad en el acceso, uso o impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) entre grupos sociales.

Aunque la tasa global de pacientes que no comparecen a las citas médicas se mantuvo relativamente estable tras la transición a la atención no presencial, los investigadores observaron que las personas más jóvenes presentaron una menor tendencia a perder citas médicas, mientras que aquellas sin residencia fija presentaron una mayor probabilidad de no acudir a dichas citas.

La probabilidad de no tener control virológico (definido en este estudio como tener una carga viral superior a 200 copias/mL) aumentó en un 31% durante el confinamiento respecto al periodo previo al mismo. Las personas sin residencia fija presentaron una mayor probabilidad de no tener control virológico tras la interrupción de los servicios presenciales.

Los investigadores apuntaron a que la telemedicina facilita la retención en los dispositivos médicos de aquellas personas no afectadas por la brecha digital, pero no es una opción adecuada para personas con perfiles vulnerables que junto con la atención médica presencial reciben una serie de apoyos y servicios sociales.

Tras observar el descenso de las tasas de supresión virológica, los investigadores reinstauraron la atención presencial –con las preceptivas medidas preventivas frente a la pandemia– tan pronto como fue posible, aumentando de forma proactiva la oferta de servicios sociales y de acceso a la vivienda.

La cohorte del estudio incluyó a 1.816 personas con el VIH, de las que el 90% eran hombres. La mediana de la edad era de 51 años y el 14% de estas personas no tenía residencia fija. El 15% de estas personas tenía un recuento de CD4 inferior a 200 células/mm3.

Todos los participantes retomaron las visitas presenciales tras el confinamiento y el 91% pudieron ser redireccionadas al servicio a través de una comunicación telefónica proactiva. Las visitas no presenciales pasaron de representar el 65% al inicio del desconfinamiento a representar el 10% al final del periodo analizado. Las pérdidas durante el seguimiento fueron similares antes y después del confinamiento.

Entre las personas con problemas de vivienda, tras la intensificación de los servicios sociales que fue de la mano del retorno a la atención presencial, en el 15% de los casos se logró que accedieran a una vivienda permanente y en el 28% de ellos se proporcionaron otros tipos de recursos habitacionales.

Tras retomar la atención presencial, la probabilidad de tener supresión virológica aumentó en un 34% (pasando de representar el 81% al 90% del total de personas atendidas), con un aumento promedio mensual del 5%.

Las personas que se vieron más beneficiadas por el retorno a la presencialidad fueron aquellas con problemas de vivienda. En este colectivo las tasas de supresión virológica aumentaron en un 51%, llegando a un aumento del 94% en aquellas personas que lograron un alojamiento permanente por acción de los servicios sociales vinculados a la atención presencial.

Los resultados del presente estudio ponen en evidencia los límites de la telemedicina en una condición con un impacto de corte social tan importante como es la infección por el VIH. Ello debería ser tenido en cuenta en el futuro de cara al diseño de nuevos proyectos de transición hacia la telemedicina que puedan tener lugar.

Fuente:POZ / Elaboración propia (gTt).
Referencia:Spinelli MA, LeTourneau N, Glidden D, et al. Increased hiv viral suppression during covid-19 among us urban people with HIV. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, abstract 888, 2022.

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