Un estudio estadounidense, cuyos resultados se han publicado en la revista Clinical Gastroenterology and Hepatology, ha revelado que beber más de tres tazas de café al día –con cafeína o descafeinado– se relacionó con una reducción de la rigidez del hígado (un indicador de fibrosis hepática), pero no con la acumulación de grasa hepática (esteatosis).
Investigaciones previas han evidenciado que el consumo de café se asocia con un menor riesgo de enfermedad hepática crónica y de hígado graso, con una mejor salud hepática de las personas con hepatitis C y con una reducción de las muertes relacionadas con el hígado (véanse La Noticia del Día 10/11/2009 y La Noticia del Día 08/01/2014). La enfermedad del hígado graso no alcohólico (también conocida como esteatosis hepática no alcohólica [NAFLD, en sus siglas en inglés]) es una causa creciente de problemas hepáticos en EE UU y en todo el mundo. Con el tiempo, la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la hepatitis B o C crónicas, el consumo excesivo de alcohol y otras causas pueden provocar la acumulación de tejido cicatricial (fibrosis), fibrosis avanzada (cirrosis) e incluso cáncer de hígado.
Para ofrecer algo más evidencia sobre esta cuestión, un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Harbor (EE UU) se propuso examinar el efecto del consumo de café sobre la fibrosis hepática (formación de tejido cicatricial en el hígado) y la esteatosis hepática (acumulación de grasa en el hígado) en una muestra representativa a nivel nacional de EE UU. Se utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2017 a 2018 de 4.510 personas mayores de 20 años que se habían sometido a una prueba de elastografía transitoria (FibroScan®) para determinar el grado de elasticidad o rigidez del hígado, y a dos entrevistas de recuerdo dietético de 24 horas, en las que se analizaron los detalles sobre todos los alimentos y bebidas consumidos el día anterior. La edad media de los participantes era de 48 años, el 73% tenían sobrepeso u obesidad y el 11% tenían diabetes. Casi la mitad (48%) realizaban una actividad física intensa y el 23% bebían al menos dos bebidas alcohólicas al día. Se excluyeron las personas con hepatitis.
Se analizó la relación entre el consumo de café y dos indicadores de salud del hígado: 1) las determinaciones del grado de rigidez hepática mediante FibroScan® iguales o superiores de 9,5 kilopascales (kPa), lo que significa una fibrosis avanzada, y 2) una puntuación elevada del parámetro de atenuación controlado (PAC), una medida de la intensidad de las ondas sonoras cuando viajan a través del tejido hepático graso. Se compararon las puntuaciones de rigidez hepática y PAC de las personas que tomaban café con cafeína, café descafeinado o té.
Tras el ajuste multivariante, no se halló ninguna relación entre el consumo de café y la puntuación del parámetro de atenuación controlado o la presencia de esteatosis hepática. Sin embargo, las personas que bebían más de tres tazas de café al día, pero no otras bebidas, presentaron determinaciones de rigidez hepática más bajas que las que no bebían café (0,9 kPa menos; intervalo de confianza del 95%, -1,6 a -0,1; p= 0,03). Más de 3 tazas de café ofrecieron protección para determinaciones de rigidez hepática de 9,5 kPa o superiores (cociente de probabilidades [CP]: 0,4; IC95%, 0,2-1,0; p= 0,05).
El efecto protector se observó en las personas que bebían café con cafeína o descafeinado (pero no té) y se mantuvo tras ajustar por la dieta y el consumo de bebidas azucaradas. Teniendo en cuenta todas las bebidas en el mismo modelo, solamente el consumo de más de 3 tazas de café seguía estando asociado de forma independiente con la determinación de la rigidez hepática (CP: 0,5; IC95%: 0,2-0,9; p = 0,03). La cafeína no se asoció de modo significativo con la determinación de la rigidez hepática a ninguna dosis.
Concluyen los investigadores señalando que el consumo de café se asocia a una menor rigidez del hígado, pero no con la esteatosis determinada mediante el parámetro de atenuación controlado en personas adultas estadounidense. Por otra parte, la naturaleza protectora del consumo de café no es atribuible a la cafeína y persiste en los participantes independientemente de la calidad de su dieta.
Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia:Niezen S, Mehta M, Jiang ZG, Tapper EB. Coffee Consumption Is Associated With Lower Liver Stiffness: A Nationally Representative Study. Clinical Gastroenterology and Hepatology. Published: October 05, 2021DOI:https://doi.org/10.1016/j.cgh.2021.09.042
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