Tenofovir DF habría reducido el riesgo de hospitalización por COVID-19 durante 2020

Un estudio español halla un efecto protector del fármaco, aunque tendría lugar solo en mayores de 50 años

Francesc Martínez
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Un estudio español publicado en AIDS ha concluido que las personas que tomaron tenofovir disoproxilo fumarato (TDF, especialidad farmacéutica genérica [EFG]; Viread®, en Truvada® y diversas coformulaciones) y emtricitabina (FTC, EFG, Emtriva®, en Truvada® y diversas coformulaciones) durante 2020 presentaron un menor riesgo de ingreso hospitalario por COVID-19 que aquellas que tomaban tenofovir alafenamida (TAF, en Descovy® y otras coformulaciones) o abacavir/lamivudina (EFG, Kivexa® y en diversas coformulaciones). Dicho efecto protector solo se observaría en personas de 50 años o más.

La hipótesis sobre el papel protector de TDF frente a la COVID-19 ya afloró a inicios de la pandemia y llevó incluso a la puesta en marcha de un ensayo clínico con profesionales sanitarios (véase La Noticia del Día 21/04/2020), promovido por la División de Control de VIH, ITS, Hepatitis Víricas y Tuberculosis (DCVIHT) de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad de España, aunque diversas investigaciones en sentido contrario (véase La Noticia del Día 05/10/2020) acabaron por frenar su desarrollo. En todo caso, algunos estudios siguieron apuntando cierto papel preventivo de TDF, aunque las investigaciones clínicas principales se centraron en otras intervenciones, especialmente en el desarrollo de la vacuna.

Dos años más tarde y con un alto volumen de datos acumulados dada la evolución de la pandemia, investigadores estadounidenses, en colaboración con el Departamento de Asuntos para Veteranos de EE UU, hallaron que TDF podría reducir el riesgo de padecer COVID-19 sintomática y de hospitalización o de ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) por dicha causa (véase La Noticia del Día 07/10/2022).

El presente estudio, liderado por la Dra. Julia del Amo, directora de la DCVIHT, contó con la participación de 69 unidades hospitalarias de atención del VIH, que dan servicio al 44% de las personas con el VIH de España.

Los investigadores analizaron el riesgo de infección por SARS-CoV-2 (virus causante de la COVID-19) y el de hospitalización, ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) o fallecimiento por dicha causa. El periodo analizado fue desde el 1 de febrero hasta el 31 de diciembre de 2020.

Cada uno de los riesgos se comparó entre los grupos definidos en función de si los participantes tomaban TDF/emtricitabina, TAF/emtricitabina o abacavir/lamivudina.

Todos los participantes tenían el VIH, estaban en tratamiento antirretroviral y tenían una carga viral indetectable. Un total de 51.558 personas participaron en el estudio: el 39% con TAF/ emtricitabina, el 12% con TDF/emtricitabina, el 26% con abacavir/lamivudina y el 21% con otros regímenes.

La población del estudio era predominantemente masculina, la mediana de la edad era de 50 años y la mediana del recuento de CD4 se movió –en función del tratamiento antirretroviral seleccionado– entre las 700 células/mm3 y las 746 células/mm3. El 10% de los participantes tenían niveles de CD4 inferiores a 350 células/mm3.

La prevalencia de comorbilidades asociadas a un mayor riesgo de COVID-19 grave varió en función del tratamiento antirretroviral. Así el porcentaje de participantes con enfermedad renal crónica fue del 3,4% en aquellas personas con TDF/emtricitabina, del 5,2% entre aquellas con TAF/emtricitabina y del 8,3% en aquellas con abacavir/lamivudina. En la misma línea, las tasas de diabetes e hipertensión fueron menores en aquellas personas con TDF/emtricitabina.

Durante el seguimiento, 2.402 personas fueron diagnosticadas de infección por SARS-CoV-2, 425 fueron ingresadas en el hospital, 45 en la UCI y 37 fallecieron por COVID-19.

Respecto a quienes tomaban TAF/emtricitabina, las personas con TDF/emtricitabina presentaron un riesgo significativamente inferior de hospitalización (cociente de riesgo [CR]: 0,66; intervalo de confianza del 95%: 0,43-0,91) y de admisión en la UCI (CR: 0,28; IC95%: 0,11-0,90), pero no de fallecer. El análisis controló diversos factores de confusión de tipo sociodemográfico y clínico.

Por otro lado, los riesgos de infección por SARS-CoV-2 y de hospitalización y muerte por COVID-19 fueron significativamente superiores en aquellas personas con abacavir/lamivudina a las observadas en aquellas con TAF/emtricitabina.

Al tener en cuenta la edad, los investigadores observaron que el tratamiento antirretroviral solo tenía un papel sobre los riesgos analizados en personas mayores de 50 años.

La razón que se esconde tras el papel protector de TDF no se ha podido esclarecer adecuadamente y algunos estudios han arrojado resultados contradictorios. Sin embargo, los últimos estudios –como el que nos ocupa- parecer ir en la línea de cierto papel beneficioso. Entre las principales hipótesis destaca cierta capacidad inhibitoria de la replicación del SARS-CoV-2 observada en algún estudio in vitro, aunque las evidencias al respecto son escasas. Por tanto, será necesario seguir investigando para determinar si finalmente TDF puede tener algún tipo de utilidad en el contexto del tratamiento o la prevención de la COVID-19.

Fuente:Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia:Del Amo J et al. Tenofovir disoproxil fumarate/emtricitabine and severity of coronavirus disease 2019 in people with HIV infection. AIDS, 36 (15): 2171-79, 2022. doi: 10.1097/QAD.0000000000003372

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