Las creencias erróneas sobre las potenciales interacciones tóxicas entre los medicamentos antirretrovirales y las drogas provocan que una tasa importante de pacientes con VIH que las consumen se salten de manera intencionada dosis del tratamiento antirretroviral cuando prevén tomarlas. Esta es la principal conclusión a la que llega un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores estadounidenses y publicado en la edición electrónica del Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. La no adherencia intencionada se asoció con un cumplimiento insuficiente del tratamiento y un control pobre de la carga viral.
Es bien sabido que el tratamiento antirretroviral requiere un nivel elevado de adherencia observándose los mejores resultados en pacientes que toman, como mínimo, un 85% de las dosis. Un buen número de estudios previos han centrado el foco de su investigación en mostrar cómo las personas con VIH que consumen sustancias podrían ver afectada sin quererlo su adherencia al tratamiento como consecuencia de los efectos tóxicos de las drogas. Sin embargo, existe escasa información respecto a si los pacientes con VIH que consumen sustancias interrumpen o se saltan dosis de su tratamiento de forma intencionada bajo la creencia errónea de que combinar fármacos antirretrovirales y drogas recreativas podría producir una combinación tóxica.
Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta aspecto, los investigadores diseñaron un estudio prospectivo en el que incluyeron personas con VIH que estaban tomando tratamiento antirretroviral y consumían drogas de manera habitual.
Se utilizaron análisis de orina para identificar a aquellos pacientes que eran usuarios de drogas en activo. A continuación, se utilizaron cuestionarios electrónicos que cumplimentaron los propios pacientes para recabar información demográfica. La no adherencia intencionada al tratamiento antirretroviral cuando se preveía consumir sustancias se evaluó a través de la afirmación: “Dejo de tomar mis medicamentos contra el VIH cuando voy a tomar drogas para colocarme”. Se formuló la misma pregunta para evaluar si dejaban de tomar los medicamentos antirretrovirales cuando los pacientes preveían tomar alcohol. A los participantes del estudio también se les hizo tres preguntas para determinar si estaban de acuerdo con la creencia generalizada sobre el riesgo de desarrollar efectos adversos al mezclar las drogas o el alcohol con los fármacos antirretrovirales.
Se realizaron recuentos de pastillas para evaluar la adherencia al tratamiento antirretroviral, y se evaluaron los niveles de carga viral y los recuento de células CD4 a través de las revisiones de los historiales médicos.
Los resultados muestran que la tasa media global de adherencia al tratamiento fue de un 83%, con un 37% de los participantes que tomaron menos de un 85% de las dosis y una cuarta parte que sólo tomaron un 75%.
Algo más de una tercera parte (35%) de los participantes comunicaron haber dejado de tomar el tratamiento antirretroviral cuando consumían sustancias siendo las mujeres más proclives a saltarse las dosis que los hombres. Otros factores asociados con la no adherencia intencionada fueron el tener ingresos bajos y un mejor nivel educativo y haber vivido con VIH más años. Los participantes que se saltaron de forma intencionada las dosis también tuvieron más probabilidades de tener un consumo elevado de alcohol y padecer problemas relacionados con su toma.
Más de la mitad de los individuos que tuvieron una no adherencia intencionada estuvieron de acuerdo con las tres creencias generalizadas sobre los potenciales efectos tóxicos de mezclar los fármacos antirretrovirales y las drogas. Además, un 56% de los pacientes que tuvieron una no adherencia intencionada cuando consumían sustancias afirmaron que también dejarían de tomar los fármacos antirretrovirales si tuvieran que tomar alcohol.
Los participantes con una no adherencia intencionada tomaron un 79% de las dosis de su tratamiento antirretroviral en comparación con el 85% de las dosis tomadas por otros participantes. La decisión de los pacientes influyó sobre los resultados del tratamiento: una tercera parte de los participantes que se saltaron a propósito las dosis tuvieron nivel detectables de la carga viral en comparación con un 22% de los pacientes que no tuvieron una no adherencia intencionada.
En sus conclusiones los investigadores señalan: “Nuestros resultados muestran que es habitual entre las personas con VIH que consumen sustancias creer que no deberían mezclarse los medicamentos antirretrovirales y las drogas recreativas”. Y añaden: “Se observaron peores resultados de tratamiento en los pacientes que afirmaron haber interrumpido la toma de la medicación mientras consumían drogas”.
Los hallazgos de este estudio ponen de manifiesto la importancia de proporcionar a los pacientes en la consulta información apropiada que permita desmontar las falsas creencias que afectan a la adherencia al tratamiento antirretroviral. Por ello, resulta crucial que los médicos y el resto de profesionales sanitarios se tomen el tiempo necesario para asegurarse de que las personas con VIH entienden aspectos importantes que tienen que ver con el tratamiento antirretroviral y su eficacia, dado que en ocasiones los pacientes no saben cómo abordar en la consulta temas que les preocupan por miedo a ser juzgados por sus especialistas debido a su hábitos o conductas, como por ejemplo, el consumo de drogas y alcohol.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Kalichman SC, Kalichman MO, Cherry C, et al. Intentional medication non-adherence due to interactive toxicity beliefs among HIV-positive active drug users. J Acquir Immune Defic Syndr, online edition. DOI: 10.1097/QAI.0000000000000776, 2015.
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