Un estudio realizado en California (EE UU), publicado en Clinical Infectious Diseases, ha evidenciado que, con servicios de apoyo adecuados, las personas con el VIH, viremia detectable y problemas de adherencia pueden lograr y mantener el control de la infección con la biterapia de acción prolongada inyectable formada por cabotegravir y rilpivirina (Vocabria® y Rekambys®, respectivamente).
El tratamiento inyectable cabotegravir/rilpivirina de administración cada dos meses ha representado un cambio de paradigma en el tratamiento de la infección por el VIH, especialmente para aquellas personas con problemas de adherencia o con dificultad para tragar medicamentos orales. En los ensayos clínicos que llevaron a su aprobación, la eficacia de cabotegravir/rilpivirina fue similar a la de los tratamientos de administración oral. Sin embargo, un estudio reciente (véase La Noticia del Día 28/10/2024) halló que la carga viral en el momento del diagnóstico condicionaría la eficacia del tratamiento inyectable con cabotegravir y rilpivirina y que haber tenido episodios de viremia detectable recientes en el momento de comenzar con dicho tratamiento aumentarían la probabilidad de experimentar fracaso virológico.
Para arrojar un poco más de luz a este asunto se puso en marcha el presente estudio de cohorte retrospectiva. En el mismo -realizado entre 2022 y 2024- los investigadores analizaron los cambios en la carga viral tras el inicio del tratamiento con cabotegravir/rilpivirina de acción prolongada en personas con el VIH y viremia detectable. El estudio incluyó a 59 personas atendidas en una clínica comunitaria de San Francisco (California, EE UU). La mayoría de los participantes eran hombres de etnia blanca mayores de 29 años. Concretamente, el 41% de los participantes eran de etnia blanca; el 90% eran hombres; el 49% tenía entre 30 y 49 años y el 48% tenía de 50 años en adelante. Al inicio del estudio, el 53% de los participantes se encontraba en situación de inestabilidad habitacional o sin hogar y el 63% de ellos consumía sustancias estimulantes.
Al inicio del estudio el 49% de los participantes tenían un recuento de CD4 inferior a 200 células/mm3 y el 69% presentaban una carga viral superior a 10.000 copias/mL. Tras 48 semanas del tratamiento con cabotegravir/rilpivirina, 47 participantes del grupo con tratamiento inyectable (el 80%) y cinco que habían tenido que interrumpirlo y volver al tratamiento antirretroviral oral presentaban carga viral indetectable, lo que representa una tasa de supresión virológica del 92%. Las principales razones que llevaron a interrumpir el tratamiento inyectable y reinstaurar el tratamiento oral durante dichas primeras 48 semanas fueron la aparición de efectos secundarios; el uso de agujas demasiado cortas para personas con un índice de masa corporal ≥30 kg/m² y el traslado a una clínica donde el medicamento inyectable no estaba disponible.
Cinco de los participantes desarrollaron mutaciones de resistencia, todos ellos a rilpivirina y dos también a cabotegravir. Tres participantes -que tenían problemas de salud mental- abandonaron el tratamiento antirretroviral y uno de ellos falleció por complicaciones asociadas a un diagnóstico de sida.
El estudio presentó limitaciones tales como el reducido tamaño de la muestra, el hecho de llevarse a cabo en un único centro y el hecho de que se trataba de un centro especial (concretamente la clínica Ward 66) que proporciona servicios de apoyo que no están disponibles en la mayoría de entornos tales como inyecciones sin cita previa, recordatorios personalizados a sus usuarios, un control del seguimiento especialmente preciso y la integración de terapias para el manejo del uso de sustancias y para atender problemas de salud mental.
En todo caso, algunas de las limitaciones están, en realidad, mostrando el camino a seguir para un uso efectivo de cabotegravir/rilpivirina de acción prolongada en personas que, por circunstancias de corte social, presentan problemas de adherencia. Así, un seguimiento cercano de los usuarios y proporcionar servicios para atender los problemas de salud mental y/o por uso de sustancias parece la combinación idónea para dicho cometido.
Fuente: The Body Pro / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Hickey MD, Gistand N, Grochowski J, et al. 48-week viral suppression rates in people with HIV starting long-acting CAB/RPV with initial viremia. Clin Infect Dis. Published online October 5, 2024. doi:10.1093/cid/ciae500.
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