Usar lubricante durante el sexo anal reduce el riesgo de rotura o deslizamiento de los condones

Es importante que si se usan condones de látex el lubricante sea de base acuosa, pues el de base grasa es incompatible y aumenta el riesgo de rotura

Francesc Martínez
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Un estudio publicado en EClinical Medicine, que ha sido el mayor realizado hasta la fecha para esclarecer las tasas de eficacia preventiva de los condones, ha concluido que las tasas de fracaso en relaciones sexuales anales son inferiores al 1% si se utiliza lubricante. Los autores recomiendan a la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés) que finalmente apruebe finalmente la indicación del condón para prevenir la transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS), ya que hasta la fecha solo contempla su uso en la prevención durante relaciones sexuales vaginales.

En el año 2015, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron un estudio en el que concluyeron que incluso al ser usados adecuadamente y de forma consistente durante el sexo anal entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH), la reducción del riesgo de transmisión del VIH era solo del 70% ( ver La Noticia del Día 07/01/2015 ). El estudio fue muy criticado desde algunos sectores, que detectaron sesgos en la metodología del estudio. Ello llevó a los CDC a realizar un metaanálisis que aumentó las tasas de eficacia hasta el 91%.

Dadas las discrepancias observadas y la falta de investigación al respecto, los autores del presente estudio no se centraron en la reducción del riesgo de adquirir el VIH, sino en las tasas de rotura y descolocación de los condones durante las prácticas anales (dos factores directamente implicados en la eficacia de los preservativos y con menor probabilidad de sesgo).

El equipo de investigadores de la Universidad Emory de Atlanta (EE UU) contó con la participación de 252 GBHSH y 252 hombres que practican sexo con mujeres, que fueron incluidos en el estudio entre mayo de 2016 y mayo de 2017.

Durante el estudio se proporcionó a los participantes condones de tres variedades diferentes: ajustados, finos y estándar. Los participantes fueron distribuidos aleatoriamente a recibir 5 condones de cada tipo siguiendo secuencias diferentes. Se les daba hasta 4 semanas para utilizar los 5 condones de una variedad antes de pasar a la siguiente entrega de 5 condones. Si consumían 5 condones en menos de 2 semanas se les ofrecían directamente los siguientes cinco al cumplirse las primeras dos semanas. Así, se contó con un mínimo de 6 semanas de seguimiento de cada participante y un máximo de 12.

Cada dos semanas, los hombres realizaron visitas de seguimiento en las que completaron cuestionarios. También se proporcionó el acceso a un diario personal digital en el que registraban su actividad sexual entre visitas.

El 87,3% de los participantes no tenía pareja estable. Entre los GBHSH, el 90,5% se identificaron como gais y el 97,2% de los hombres que practicaban sexo con mujeres se identificaron como heterosexuales. El 47,8% de los participantes eran de etnia blanca, el 26,0% de etnia negra y el 12,3% eran latinoamericanos.

El 74% de los participantes de ambos grupos comparados se autoclasificaron como muy experimentados en el uso de condones. Aun así, el 36,3% de los GBHSH y el 38,1% de quienes tenían sexo con mujeres manifestaron haber tenido episodios de deslizamiento y/o rotura de un condón (eventos considerados como fracaso del condón en el presente estudio) durante los 6 meses previos a la inclusión en el estudio.

200 participantes del grupo GBHSH y 209 de quienes practicaban sexo con mujeres permanecieron en el estudio hasta finalizarlo.

En el global de actos sexuales registrados en el estudio se dieron eventos de fracaso del condón (deslizamiento y/o rotura del mismo) en el 1,3% de las prácticas sexuales (64 eventos en un total de 4.884 prácticas sexuales). Las tasas oscilaron entre el 0,6% y el 2,3% en función de diversos factores tales como edad; etnia; nivel educativo; nivel de ingresos; estado civil; presencia o ausencia de circuncisión; presencia o ausencia de disfunción eréctil; longitud del pene; anchura del pene y experiencia en el uso de preservativos.

Entre quienes utilizaron lubricantes de base grasa (incompatibles con los preservativos por degradar el látex), se dieron fracasos del condón en el 12,5% de las prácticas sexuales (2 fracasos en un total de 16 prácticas sexuales).

En el sexo anal, solo se observaron eventos de fracaso de condón en el 0,7% de las prácticas sexuales (16 eventos en 2.351 prácticas sexuales). El porcentaje osciló entre el 0,62% y el 0,76% en función del tipo de condón.

En el sexo vaginal, las tasas de fracaso del condón fueron del 1,9% (48 eventos en 2.533 prácticas sexuales). El porcentaje varió entre el 0,95% y el 2,72% en función del tipo de condón.

El sexo anal se asoció a un riesgo de fracaso del condón inferior en un 60% al del sexo vaginal. Los investigadores dedujeron que ello se debía a un muy superior uso de lubricante durante el sexo anal (en el 98,3% de los casos) al registrado durante el sexo vaginal (en el 41,6% de los casos). De hecho, al comparar aquellas prácticas anales y vaginales con lubricante no se hallaron diferencias significativas en el riesgo de fracaso de los condones .

Así, en las prácticas sexuales vaginales sin lubricante la probabilidad de fracaso del condón fue del 2,5%; mientras que en las realizadas con lubricante dicho porcentaje cayo hasta el 1,1% .

Los condones finos presentaron una probabilidad de fracaso 2,17 veces superior a la observada con los condones ajustados o con los estándar .

Los factores significativamente asociados a un mayor riesgo de fracaso del condón fueron haber experimentado fracaso del condón en los 6 meses previos a la inclusión en el estudio, no haber usado condones en los 30 días previos, usar el lubricante de forma incorrecta y tener un pene más largo (según medición realizada por el propio participante).

Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto la importancia del lubricante para maximizar la eficacia del preservativo en la prevención del VIH y otras ITS, especialmente en las relaciones anales en las que hay poca lubricación natural. Los investigadores recomiendan que en las campañas de prevención que incluyan facilitar preservativos, estos estén siempre acompañados de lubricante para favorecer el uso conjunto.

Fuente: POZ / Elaboración propia ( gTt).

Referencia: Siegler AJ, Rosenthal EM, Sullivan PS, et al. Levels of clinical condom failure for anal sex: A randomized cross-over trial. EClinicalMedicine. 2019 Oct. Epub ahead of print. DOI: 10.1016/j.eclinm.2019.10.012

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