La creciente resistencia a los antibióticos tradicionales está complicando significativamente el tratamiento de la gonorrea, una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) de mayor preocupación mundial. Unitaid –una iniciativa global que busca facilitar el acceso a tratamientos para enfermedades como el VIH, la malaria o la tuberculosis, especialmente en países de ingresos medianos y bajo– ha publicado un nuevo informe. Una de sus principales conclusiones es la necesidad de abordar los desafíos en el mercado que dificultan el acceso al cribado y a los tratamientos de nueva generación en países de ingresos medianos y bajos.
Los gonococos ultrarresistentes son bacterias que han evolucionado para resistir los tratamientos convencionales utilizados para combatir la gonorrea, siendo la ceftriaxona uno de los más comunes. Esta resistencia no se limita solo a un antibiótico, ya que también han desarrollado inmunidad frente a otros medicamentos como la penicilina, las sulfonamidas, las tetraciclinas, las fluoroquinolonas y los macrólidos, incluyendo la azitromicina. Debido a esta capacidad de resistencia, se les denomina “superbacterias”, lo que ha llevado a que la enfermedad se conozca como “supergonorrea”.
A medida que las cepas de la bacteria responsable de la gonorrea se vuelven más resistentes, la comunidad médica y sociosanitaria se enfrenta a importantes dificultades para encontrar alternativas adecuadas a los fármacos tradicionales. Este problema resalta la urgencia de desarrollar nuevas estrategias y medicamentos para combatir esta infección. La falta de opciones efectivas puede suponer graves consecuencias para la salud pública, aumentando el riesgo de complicaciones y la propagación de la infección.
La disponibilidad de pruebas rápidas en el punto de atención (POC, en sus siglas en inglés) representa un avance significativo en la gestión de ITS, con varias pruebas ya disponibles o próximas a salir al mercado (en la actualidad hay más de 75 pruebas POC en desarrollo). No obstante, se plantea el riesgo de que solo estén disponibles en entornos bien financiados, mientras que en países con una mediana de ingresos más baja sean inaccesibles.
Para abordar esta desigualdad, es necesario realizar esfuerzos coordinados que aumenten la demanda de pruebas, mejorando su percepción de valor entre todas las partes interesadas y facilitando su asequibilidad y disponibilidad. A pesar de los obstáculos, Unitaid insiste en que es crucial impulsar el mercado de pruebas POC para la gonorrea en los países de ingresos medianos y bajos, incluso si es a pequeña escala al principio.
La transición de un manejo sindrómico a uno etiológico será un proceso gradual, que dependerá en gran medida de la disponibilidad de diagnósticos asequibles y adecuados. Actuar ahora, a medida que las pruebas vayan estando disponibles, es fundamental para un mercado emergente. Los esfuerzos iniciales para implementar estas pruebas proporcionarán evidencia y experiencia valiosas, mejorando sin duda los resultados de las ITS, especialmente para las poblaciones vulnerables que se beneficiarán de una atención centrada en los diagnósticos, lo que ayudará a reducir la transmisión y prolongar la eficacia de los antibióticos.
La presentación del nuevo informe de Unitaid ha coincidido con la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Resistencia Antimicrobiana en Nueva York. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se registraron aproximadamente 82,4 millones de nuevas infecciones por la bacteria Neisseria gonorrhoeae en adultos de entre 15 y 49 años. La mayoría de los casos se produjeron en las regiones de África y del Pacífico Occidental de la OMS. La gonorrea, asimismo, presenta mayor afección en ciertos grupos de población especialmente vulnerables, como los hombres gais, bisexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres (GBHSH), las mujeres trans, las personas que ejercen trabajados sexuales, así como adolescentes y jóvenes en países con una alta carga de morbilidad.
Por otra parte, las infecciones gonocócicas pueden tener consecuencias serias para la salud reproductiva, materna y neonatal. Entre estas repercusiones se incluyen un aumento en la transmisión del VIH, que puede llegar a quintuplicarse, así como la posibilidad de esterilidad, lo que conlleva implicaciones culturales y sociales. Además, estas infecciones pueden provocar inflamación, que en las mujeres se manifiesta como dolor agudo y crónico en el hemiabdomen inferior. También pueden dar lugar a complicaciones como el embarazo ectópico y la muerte materna, así como abortos en el primer trimestre de gestación. En los recién nacidos, las infecciones gonocócicas pueden causar infecciones oftálmicas graves, incluyendo la ceguera.
Así pues, la gonorrea representa un serio desafío para la salud pública y se han fijado metas ambiciosas para disminuir su impacto a nivel global a través de estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento. En el marco de las estrategias mundiales del sector de la salud frente al VIH, las hepatitis víricas y las ITS para el periodo 2022-2030, se busca reducir la incidencia de la infección por Neisseria gonorrhoeae en un 90% para el año 2030, tomando como referencia los datos de 2020.
La OMS, además, está colaborando con países y socios para fortalecer la gestión de la resistencia a los antimicrobianos mediante el Programa Ampliado de Vigilancia de la Resistencia de los Gonococos a los Antimicrobianos (EGASP, en sus siglas en inglés). Este programa se centra en implementar y utilizar sistemas de vigilancia más efectivos para detectar la resistencia a los antimicrobianos en Neisseria gonorrhoeae, lo que permitirá ofrecer tratamientos adecuados en cada región.
Actualmente no hay vacunas específicas para prevenir la gonorrea. Sin embargo, algunos estudios han mostrado resultados alentadores con una vacuna contra el meningococo de tipo B (4CMenB), que parece brindar cierta protección cruzada contra la gonorrea (véase La Noticia del Día 05/09/2024). La OMS está monitoreando los resultados de los ensayos de esta vacuna.
Fuente: Unitaid/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Gonorrhea point-of-care diagnostics technology and market landscape report. Unitaid. Geneva, Switzerland. 2024 (open access)
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