Durante la 32ª Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2025), se presentaron varios estudios que refuerzan el potencial de los agonistas del GLP-1 —como semaglutida— para abordar problemas metabólicos y otras comorbilidades en personas con el VIH. Estos medicamentos, originalmente diseñados para la diabetes tipo 2 y luego usados para la obesidad, también muestran beneficios en salud cerebral, inflamación, microbiota intestinal y envejecimiento celular. Los estudios, realizados en EE UU entre 2018 y 2024, responden al creciente interés por estrategias que mitiguen los problemas metabólicos asociados al VIH y dan pie a nuevos enfoques para prevenir comorbilidades a medio y largo plazo.
Reducción significativa de peso y grasa visceral
Los agonistas del GLP-1 han evidenciado su capacidad para ser una opción terapéutica prometedora para el aumento de peso observado en algunas personas con el VIH (véase La Noticia del Día 21/11/2023 y La Noticia del Día 15/05/2024). Dichos fármacos imitan una hormona que suprime el apetito, regula la glucosa y ralentiza el vaciamiento gástrico. Aunque se desarrollaron para la diabetes mellitus de tipo 2, su uso se ha popularizado en el tratamiento de la obesidad.
En las cohortes analizadas por los estudios presentados en la conferencia, formadas por adultos en terapia antirretroviral con sobrepeso, lipohipertrofia o enfermedad hepática metabólica, quienes recibieron inyecciones semanales de semaglutida durante entre 24 y 32 semanas perdieron de forma continuada tejido adiposo total y visceral. Alrededor de dos tercios de los participantes alcanzaron, al menos, un 5% de pérdida de peso, un aspecto relevante dadas las dificultades que presenta la población seropositiva para mantener un peso saludable.
Envejecimiento biológico ralentizado
El hallazgo más llamativo procede del análisis epigenético de muestras sanguíneas obtenidas en uno de los estudios presentados, que se centraba en el uso de semaglutida en personas con lipohipertrofia. Mediante relojes biológicos estimados a partir de la metilación del ADN, los investigadores observaron que la “edad biológica” de los participantes superaba en varios años la edad cronológica al inicio del estudio, reflejo del desgaste acelerado consecuencia de la infección crónica por el VIH. Tras 32 semanas de tratamiento, semaglutida logró frenar esa deriva: la tasa anual de envejecimiento epigenético se redujo en alrededor de un 9 % y el riesgo de mortalidad estimado retrocedió tres años respecto al grupo placebo. Este beneficio no se explicó únicamente por la menor grasa abdominal o el descenso en los niveles de biomarcadores de inflamación, lo que apunta a una influencia más profunda de semaglutida sobre procesos celulares vinculados a la longevidad.
Mejora de la enfermedad hepática y de la condición física
También buenos resultados surgieron del ensayo SLIM LIVER, centrado en la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), antes conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés). Allí, semaglutida redujo en un tercio la grasa hepática y logró la resolución completa de la enfermedad hepática en más de una cuarta parte de los casos. Al aplicar una escala de estado físico que integraba fuerza de agarre, velocidad al caminar y consumo máximo de oxígeno, se detectó que quienes partían de menor fuerza muscular y quienes la mejoraron más durante el estudio presentaron una mayor reducción de los niveles de grasa hepática.
Efectos cognitivos y sobre la inflamación
En el terreno cognitivo, un subanálisis empleó una escala validada para medir memoria, atención y funciones ejecutivas. Si bien la puntuación global no difirió respecto a placebo, el grupo tratado mostró mejoras significativas en tareas visuoespaciales y cierta tendencia positiva en lenguaje. Estos cambios se relacionaron con descensos de los niveles de proteína C reactiva ultrasensible y del marcador de activación macrofágica sCD163, lo que apunta a una reducción de la inflamación sistémica como vía mediadora clave.
Cambios positivos en el microbioma intestinal
El microbioma intestinal también pareció beneficiarse del uso de semaglutida. Las muestras fecales de SLIM LIVER mostraron un aumento en la diversidad bacteriana y la abundancia de especies consideradas protectoras. Sin embargo, los participantes con un perfil microbiano menos favorable al inicio obtuvieron una menor disminución de los niveles de grasa hepática, lo que abre la puerta a terapias combinadas que modulen la flora intestinal para potenciar el efecto de semaglutida.
Reducción del consumo de alcohol
Fuera del ámbito metabólico, un seguimiento de más de 400 personas de una cohorte evidenció que quienes recibían semaglutida consumían menos alcohol. La intervención tuvo un mayor impacto en aquellas personas con consumo problemático de alcohol. Este hallazgo respalda la hipótesis de que los agonistas del GLP-1 actúan sobre circuitos cerebrales de recompensa y podrían convertirse en herramientas para tratar trastornos por uso de sustancias, una necesidad aún desatendida en la población VIH positiva.
Acceso limitado: el gran reto pendiente
Sin embargo, a pesar de las prometedoras implicaciones de los presentes hallazgos, persisten barreras de acceso. El precio y las actuales limitaciones de uso en países con sistema sanitario público lastran un posible uso extendido de los agonistas del GLP-1. En todo caso, de replicarse los resultados de los presentes estudios en futuras investigaciones de mayor calado, los criterios de salud pública podrían acabar favoreciendo un uso más extenso de estos fármacos (por la capacidad para prevenir comorbilidades que lastran de forma importante los sistemas sanitarios) e indirectamente producir un descenso del precio de los fármacos por la capacidad negociadora de grandes sistemas sanitarios públicos y economía de escala.
Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Eckar AR, et al. Durability of Semaglutide Effects After Drug Discontinuation in HIV-Associated Lipohypertrophy. CROI 2025, March 9-12, 2025 | San Francisco, CA, USA. Abstract 862.
Atieth O, et al. Semaglutide Improves Cognitive Function in HIV, Effect Mediated by Decrease in Inflammation. CROI 2025, March 9-12, 2025 | San Francisco, CA, USA. Abstract 172.
Crane HM, et al. The Impact of Semaglutide on Alcohol Use Among People with HIV in Routine Clinical Care in the US. CROI 2025, March 9-12, 2025 | San Francisco, CA, USA. Abstract 1152.
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