CROI 2024: El riesgo cardiovascular en mujeres con el VIH es superior al esperado

Francesc Martínez
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Se manifestaría de forma más intensa en países de ingresos altos y el uso de estatinas para prevenir eventos graves podría aportar beneficios importantes

En el marco de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2024), celebrada recientemente en Denver (EE UU), se llevó a cabo una sesión relativa al riesgo cardiovascular y el uso de estatinas en el contexto de la infección por el VIH. Consecuencia del estudio REPRIEVE (véase La Noticia del Día 31/07/2023), donde se evidenció el papel relevante que las estatinas tienen sobre la prevención del riesgo cardiovascular en personas con el VIH, la presente comunicación se centró en las diferencias observadas por cuestión de sexo y otros factores y en cómo orientar el consejo asistido para que el mensaje llegue de forma óptima a las poblaciones clave.

La sesión se centró en un análisis de las diferencias por cuestión de sexo del riesgo cardiovascular observadas en REPRIEVE. Cabe destacar que el principal hallazgo de REPRIEVE fue la capacidad de las estatinas para reducir en un 35% el riesgo de eventos cardiovasculares graves en personas con el VIH, pero que también fue destacable que el riesgo observado en mujeres con el VIH (especialmente en aquellas de países de ingresos altos) de padecer un evento cardiovascular grave fue muy superior al esperado teniendo en cuenta el resto de factores de riesgo no relacionados con el VIH.

En la población general, las mujeres tienen un riesgo cardiovascular menor al observado en hombres. En REPRIEVE, el cálculo del riesgo de eventos cardiovasculares graves a 10 años a partir de los factores de riesgo utilizados de forma rutinaria en población sin el VIH, arrojó una probabilidad del 1,9% en mujeres y del 5,4% en hombres.

Al comparar la incidencia real de eventos cardiovasculares graves al estratificar a hombres y mujeres en función de su riesgo teórico, se observó que dichas tasas fueron similares entre hombres y mujeres, por lo que el sexo femenino no tuvo -como sí lo tiene en la población genera- un efecto cardioprotector.

De forma destacada, la valoración teórica del riesgo cardiovascular infravaloró dicho riesgo en mujeres, especialmente en aquellas de países de ingresos altos. El riesgo predicho, de hecho, se superó en un 42% en mujeres y en un 30% en personas (hombres o mujeres) de países de ingresos altos. En mujeres con el VIH de países con ingresos altos, de hecho, el riesgo cardiovascular real fue dos veces y media superior al predicho por los factores de riesgo.

Los hallazgos de REPRIEVE deberían cambiar las recomendaciones dirigidas a mujeres con el VIH en el campo de la prevención cardiovascular, donde el uso de estatinas tendría un papel relevante, especialmente en países de ingresos altos. Los cambios en las guías implementados recientemente como consecuencia de REPRIEVE no establecen diferencias por cuestión de sexo, sino que se centran en edad (mayores de 40 años). El hecho de que el sexo en el contexto de la infección por el VIH haya dejado de ser un factor relevante con relación al riesgo cardiovascular debería ser un factor tenido en cuenta en las recomendaciones oficiales y en el seguimiento clínico de las mujeres con el VIH, especialmente en aquellas de países de ingresos altos.

Por otro lado, los autores de la comunicación destacaron la importancia de que los médicos transmitan a las mujeres del VIH que los síntomas de eventos cardiovasculares pueden diferir en mujeres y hombres. Así, falta de aliento, náuseas, vómitos y dolor de espalda o de mandíbula son síntomas frecuentes de eventos cardiovasculares graves en mujeres que no suelen ser tan relevantes en hombres y que suelen pasar inadvertidos.

En cuanto a las posibles causas de que en mujeres con el VIH no se observe el efecto cardioprotector de su sexo que sí se observa en la población general, los autores apuntan a que las mujeres tienen una respuesta inmunitaria innata más potente que los hombres, por lo que la inflamación asociada al VIH podría ser superior en ellas y contrarrestar los beneficios cardiovasculares que tiene ser mujer. Por otro lado, el envejecimiento prematuro asociado al VIH reduce en mujeres con el VIH los niveles de estrógenos -con efecto cardioprotector- antes que en las mujeres sin el VIH, lo cual también podría explicar el mayor riesgo cardiovascular observado en mujeres con el VIH.

En todo caso, en los próximos meses irán publicándose nuevos subestudios de REPRIEVE que podrían aportar más luz a estos hallazgos, además de potenciar el interés y promover el diseño de nuevos estudios que traten de dar respuestas más concretas a los presentes resultados.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencias: Zanni M et al. Sex differences in atherosclerotic CVD risks and mechanisms: insights from REPRIEVE. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Denver, symposium 9, 2024.

Zanni MK et al. Factors affecting risk of major adverse cardiovascular events among people with HIV in REPRIEVE. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Denver, abstract 781, 2024.

Grinspoon SK et al. Performance of the ACC/AHA pooled cohort equations for risk prediction in the global REPRIEVE trial. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Denver, abstract 782, 2024.

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