La tensión se palpaba en el ambiente esta mañana, en la sala Dodder de la Royal Dublin Society, en la capital de Irlanda. Una decena de defensores de los derechos de pacientes con VIH pertenecientes al Grupo Europeo de Tratamientos del SIDA (EATG, en sus siglas en inglés), entre los que se encontraban estos redactores, han interrogado a representantes de la multinacional alemana Boehringer-Ingelheim sobre sus planes para que su inhibidor de la proteasa (IP) tipranavir (TPV; nombre comercial Aptivus) sea accesible a todas las personas que lo necesiten. Estos planes incluyen, aunque no sólo, su política de precios en los estados miembros de la UE y en el resto de países del continente.
Durante el encuentro, que se produce en el contexto de la X Conferencia Europea del SIDA que se inaugura hoy, Michael Kraft ha hecho un repaso a los datos disponibles sobre la eficacia y seguridad de TPV, la mayoría ya conocidos. También ha ofrecido datos todavía confidenciales sobre el programa de acceso expandido (PAE) en marcha, que en cualquier caso muestran la misma tendencia que los ensayos regulatorios RESIST 1 y RESIST 2 (véase La Noticia del Día 02/08/05).
La polémica ha detonado cuando Kraft ha mostrado la lista de países incluidos en el PAE: ninguno de los nuevos miembros de la UE , ni desde luego de los países vecinos del Este, forman parte. Helmut Leuchen, directivo de BI, ha defendido a la compañía bajo el argumento de que cualquiera de esos países podía optar al programa de uso compasivo dirigido desde Alemania, y que si no ha sucedido, es porque no lo han solicitado. Esta afirmación ha sido contradicha por Stephen Dressler, miembro alemán de EATG, quien ha dado como ejemplo la situación en Hungría: médicos de Budapest se quejan de que sus peticiones han sido ignoradas por la filial local de BI, y que al menos 20 personas necesitan con urgencia acceso a TPV.
Los activistas han acusado a BI de actuar sólo por razones comerciales, y en la misma línea han criticado el precio de este IP, que según las expectativas será el más caro de su clase hasta la fecha. Aunque los procesos de negociación de precio en cada estado miembro de la Unión apenas han comenzado, ya sabemos que TPV vale 23,67 euros al día en el Reino Unido y 24 euros al día en Alemania. Este precio no incluye ni el coste de los 200mg de ritonavir obligados para potenciar TPV ni el de las otras medicaciones requeridas para formar una combinación antirretroviral eficaz. De hecho, los mejores datos de eficacia hasta ahora han derivado del uso conjunto de TPV con T-20, un medicamento que cuesta por sí solo más de 50 euros al día.
Los representantes de EATG expresaron su profunda preocupación por la escalada de precios de antirretrovirales, de los que TPV es un nuevo ejemplo. Países como Bélgica o comunidades como el País Vasco en España están restringiendo el acceso a estos fármacos a causa del precio, lo que va en perjuicio de personas con VIH en riesgo de progresión del VIH, y que pueden enfermar o incluso fallecer.
En concreto, la negociación de precio en España sigue su curso, y desconocemos qué coste ha solicitado BI al Ministerio de Sanidad y Consumo, pero no parece que las discusiones vayan a ser tranquilas, y pueden alargarse hasta marzo o abril del año que viene.
En cuanto se autorice el precio, si siguiera la tónica de otros países europeos, BI cobrará de las administraciones públicas españolas un mínimo de 16.000 euros diarios por los más de 680 pacientes actuales del acceso expandido, esto sin contar los que se puedan añadir hasta entonces y los que hayan participado en ensayos clínicos que sigan tomando este IP.
EATG ha tomado la decisión de difundir mañana un comunicado de prensa expresando su desasosiego sobre la escalada de precios de los antirretrovirales y repartirlo entre los asistentes a la Conferencia.
Fuente: Elaboración propia.
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