El uso de doxiciclina como profilaxis postexposición para prevenir infecciones de transmisión sexual bacterianas (lo que se conoce como doxyPEP) se ha expandido a escala global. No obstante, su creciente adopción ha reavivado las preocupaciones por el aumento de bacterias resistentes a los antibióticos. Esta cuestión fue uno de los temas centrales del simposio SY03 en la 13.ª Conferencia Científica sobre el VIH de la Sociedad Internacional del Sida (IAS 2025), celebrada en Kigali (Ruanda) y también de forma virtual.
Durante el encuentro, los expertos coincidieron en que doxyPEP ha demostrado ser eficaz para prevenir infecciones como la clamidia y la sífilis. Sin embargo, su utilidad frente a la gonorrea resulta más controvertida, debido al aumento de cepas resistentes a los antibióticos disponibles.
¿Qué eficacia tiene DoxyPEP?
DoxyPEP consiste en la toma de 200 mg de doxiciclina dentro de las 72 horas (idealmente en las primeras 24 h) posteriores a una relación sexual sin protección. Varios estudios presentados en la CROI 2023 mostraron que esta estrategia puede reducir el riesgo de ITS bacterianas en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH), así como en mujeres trans (véase La Noticia del Día del 11/10/2023).
Las autoridades sanitarias de Australia y el Reino Unido han optado por un enfoque más prudente. Sus guías expresan preocupación por el riesgo de fomentar resistencias antimicrobianas, especialmente en el caso de la gonorrea. La bacteria causante, Neisseria gonorrhoeae, ya presenta frecuentemente resistencia a tetraciclinas, y tiene capacidad para transferir esa resistencia a otras bacterias. En cambio, las evidencias actuales indican que este riesgo es menor en los casos de clamidia o sífilis. DoxyPEP y directrices de tratamiento
Datos preocupantes en EE UU
Aunque los primeros estudios no mostraron un aumento significativo de resistencias atribuible al uso de doxyPEP, nuevos datos han encendido las alertas. Una semana antes del inicio de la conferencia, un artículo publicado en The New England Journal of Medicine informó de un incremento notable de gonorrea multirresistente en EE. UU.
Investigadores de la Universidad de Harvard analizaron más de 14.000 muestras de Neisseria gonorrhoeae recogidas entre 2018 y 2024. Detectaron que la proporción de cepas con el gen tetM —asociado a resistencia elevada a tetraciclinas— pasó de menos del 10% en 2020 a más del 30% a inicios de 2024. Además, el número de linajes portadores de este gen pasó de uno a cuatro. Lo más preocupante es que dos de esos linajes también presentaban mutaciones que disminuyen la sensibilidad a la ceftriaxona, uno de los pocos antibióticos aún eficaces contra la gonorrea.
Este aumento coincidió con dos factores: el cambio del tratamiento de la clamidia (de azitromicina a doxiciclina) y la adopción creciente de doxyPEP. Según los investigadores, esta combinación podría estar favoreciendo la transformación genética de los gonococos en Estados Unidos.
Impacto en Seattle y otras ciudades
El estudio también encontró diferencias geográficas. En Seattle, ciudad pionera en la implementación de doxyPEP, la proporción de gonorreas resistentes a tetraciclina de alto nivel aumentó de un 2 % en 2021 a un 65 % a finales de 2024, entre hombres GBHSH con gonorrea.
Se observó que tomar más de tres dosis mensuales de doxyPEP se asociaba con una mayor probabilidad de portar cepas resistentes. Además, las personas usuarias de doxyPEP mostraron mayor prevalencia de cepas resistentes de Staphylococcus aureus y Streptococcus del grupo A en comparación con quienes no utilizaban esta intervención.
Tendencias globales de resistencia
Este fenómeno no es exclusivo de EE. UU. En el simposio de la IAS se informó que la resistencia de N. gonorrhoeae a tetraciclinas se sitúa en torno al 27 % en Norteamérica, alrededor del 50 % en partes de Europa, y supera el 80 % en regiones del África subsahariana y Asia oriental.
El doctor Molina, que presentó resultados del ensayo DoxyVAC (véase La Noticia del Día 02/05/2025), señaló que la presencia de resistencia de alto nivel fue tres veces más frecuente entre usuarios de doxyPEP que entre quienes no lo usaban. Aunque reconoció que doxyPEP es accesible, barato y bien tolerado, advirtió que su implementación debe hacerse con cautela ante el riesgo real de generar resistencias.
¿Y las mujeres cis?
La profesora Bukusi, de Kenia, subrayó la necesidad de ampliar la evidencia en mujeres cis, especialmente en África, donde enfrentan una gran vulnerabilidad frente a las ITS. Su equipo está llevando a cabo un nuevo estudio para comprobar si doxyPEP puede ser eficaz en este grupo cuando se usa correctamente.
Según la profesora, aún hay muchas incógnitas por resolver, pero insistió en que retrasar la generación de evidencias y directrices específicas puede tener consecuencias negativas para las mujeres en situación de riesgo.
Se necesitan nuevas estrategias
En su intervención, el doctor Molina reconoció que doxyPEP no parece una solución viable contra la gonorrea y recalcó la necesidad urgente de desarrollar otras herramientas, como una vacuna preventiva. Aunque existen ensayos en curso (véase (véase La Noticia del Día 07/03/2024). los resultados hasta ahora han sido poco alentadores.
En este sentido, ante el auge de cepas resistentes, algunos países están comenzando a evaluar estrategias de vacunación alternativas para frenar la propagación (véase La Noticia del Día 22/05/2025).
Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Luetkemeyer A. Practical advice for addressing clinical challenges with DoxyPEP delivery. 13th International AIDS Society Conference on HIV Science, Kigali, symposium SY03, 2025.
Bukusi E. Implementing DoxyPEP in cisgender women: Should we just proceed? 13th International AIDS Society Conference on HIV Science, Kigali, symposium SY03, 2025.
Molina JM. Moving forward with DoxyPEP in the face of antimicrobial resistance. 13th International AIDS Society Conference on HIV Science, symposium SY03, 2025.
Helekal D et al. Expansion of tetM-Carrying Neisseria gonorrhoeae in the United States, 2018–2024. The New England Journal of Medicine, 393:198-200, 2025. DOI: 10.1056/NEJMc2504010
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