La actividad física se asocia a una mejor función cognitiva en personas con VIH

Un ensayo clínico sugiere que reducir el sedentarismo puede tener beneficios cognitivos y metabólicos, independientemente del tipo de ejercicio.

Juanse Hernández
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Un ensayo clínico realizado en Estados Unidos ha analizado el impacto de distintos tipos de actividad física en personas con VIH de mediana y mayor edad. El estudio evaluó la función cognitiva, el microbioma intestinal y algunos parámetros cerebrales.

Los resultados publicados en AIDS indican que mantenerse físicamente activo, incluso con intervenciones de baja intensidad como los estiramientos, se asocia a mejoras modestas pero significativas en el rendimiento cognitivo. Esto refuerza el papel del ejercicio como estrategia relevante para el cuidado integral de la salud en el VIH.

Por qué la salud cognitiva es una preocupación creciente

Gracias al tratamiento antirretroviral, las personas con VIH viven más años y con buena salud virológica. Sin embargo, los problemas cognitivos leves o moderados siguen siendo frecuentes, sobre todo a partir de los 50 años.

Dificultades en la atención, la memoria o la velocidad de procesamiento pueden afectar a la calidad de vida, la autonomía y la adherencia al tratamiento. Esto puede ocurrir incluso cuando la carga viral está controlada. Por ello, crece el interés por intervenciones no farmacológicas que ayuden a preservar la salud cerebral a largo plazo.

Cómo se diseñó el estudio

El estudio incluyó a personas con VIH mayores de 40 años, con una edad media cercana a los 60 años. Todas estaban en tratamiento antirretroviral estable y con carga viral indetectable. No presentaban deterioro cognitivo grave al inicio.

Durante 24 semanas, las personas fueron asignadas de forma aleatoria a uno de tres programas: ejercicio aeróbico, ejercicio de resistencia o estiramientos. Este último se consideró una intervención de menor intensidad y actuó como grupo comparador activo.

Resultados cognitivos: la importancia de moverse

Al finalizar el seguimiento, los investigadores observaron mejoras en el rendimiento cognitivo global. Los cambios fueron más visibles en la atención y la velocidad de procesamiento de la información.

No se encontraron diferencias claras entre los tipos de ejercicio. Los tres grupos mostraron mejoras similares. Este hallazgo sugiere que el beneficio podría depender más de reducir el sedentarismo que del tipo concreto de actividad.

Cambios en el microbioma intestinal

El estudio también analizó la composición del microbioma intestinal. Tras la intervención, se observó un aumento de la diversidad bacteriana.

Este indicador suele asociarse a un mejor estado de salud metabólica e inmunitaria. Los cambios aparecieron en los tres grupos, lo que apoya la idea de que la actividad física, más allá de su intensidad, puede influir de forma positiva en el eje intestino–cerebro.

Qué no cambió: el flujo sanguíneo cerebral

En cambio, no se detectaron cambios significativos en el flujo sanguíneo cerebral medido mediante técnicas de neuroimagen. Este resultado indica que las mejoras cognitivas no se explican por alteraciones detectables en la perfusión cerebral durante el periodo analizado. Es posible que intervengan otros mecanismos, como cambios metabólicos, inflamatorios o del microbioma.

Implicaciones para el cuidado del VIH

Los autores señalan que la actividad física es un factor modificable clave para la salud cerebral en personas con VIH. Esto es especialmente relevante en el contexto del envejecimiento.

Al tratarse de una intervención no farmacológica, accesible y adaptable, reducir el sedentarismo podría incorporarse a estrategias de cuidado integral que vayan más allá del control virológico.

Limitaciones y líneas futuras

Los efectos observados fueron modestos y el tamaño del estudio fue limitado. Por ello, serán necesarios estudios más amplios y seguimientos más prolongados para confirmar estos resultados.

También será importante identificar qué perfiles de personas se benefician más y aclarar los mecanismos biológicos implicados.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Cooley, S A; Ferreiro, A; Nelson, B; Sukhum, K; et al.. A randomized controlled trial to unveil the influence of an exercise intervention on brain integrity and gut microbiome structure in individuals with HIV. AIDS 40(1):p 24-34, January 2026. | DOI: 10.1097/QAD.0000000000004346



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