Nuevas directrices en EE UU sobre salud cardiovascular y metabólica en personas con el VIH

El uso de estatinas y fármacos para el control del peso adquieren mayor relevancia en el nuevo enfoque de las guías

Francesc Martínez
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El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, en sus siglas en inglés) publicó el pasado 25 de septiembre una nueva actualización de sus Guías sobre el uso de agentes antirretrovirales en adultos y adolescentes con el VIH. Entre las novedades destaca la incorporación de un capítulo dedicado a la salud cardiovascular y metabólica, un ámbito de creciente relevancia conforme las personas con el VIH viven más años gracias al tratamiento antirretroviral efectivo. Las guías, revisadas periódicamente por un panel de expertos, integran la evidencia más reciente para orientar la atención clínica en un contexto donde las comorbilidades asociadas al envejecimiento adquieren cada vez un mayor protagonismo.

Riesgo cardiovascular y manejo integral de las comorbilidades

El nuevo capítulo aborda la activación inmunitaria persistente y la inflamación crónica, fenómenos que contribuyen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y óseas en las personas con el VIH, incluso en aquellas con supresión virológica. Estas alteraciones se relacionan con un riesgo de padecer enfermedad aterosclerótica (acumulación de lípidos, colesterol, células inflamatorias y tejido fibroso en la pared interna de los vasos sanguíneos, formando las llamadas placas de ateroma) que duplica el observado en la población general, con una especial relevancia en mujeres con VIH. Además, las ecuaciones de riesgo tradicionales tienden a infravalorar ese peligro, lo que dificulta una adecuada prevención.

El documento recuerda que, por ahora, no se recomienda cambiar ni añadir fármacos antirretrovirales con el único objetivo de reducir la inflamación o la activación inmunitaria fuera de los ensayos clínicos. Tampoco se aconseja el uso rutinario de terapias inmunomoduladoras ni la monitorización de marcadores inflamatorios, dado que la evidencia actual no respalda aún su utilidad clínica.

Ensayo REPRIEVE

En 2024 ya se había introducido una recomendación específica sobre el uso de estatinas en personas de 40 a 75 años con riesgo cardiovascular bajo o moderado. Esta decisión se basaba en los resultados del ensayo REPRIEVE (véase La Noticia del Día 26/09/2023), que demostró una reducción del 35% en la incidencia de infarto, ictus y otros eventos cardiovasculares mayores entre quienes tomaban una dosis diaria de estatinas. Las guías mantienen esta orientación, favoreciendo su uso incluso en individuos con riesgo bajo, aunque reconocen que la magnitud del beneficio es más modesta en este grupo. En los casos con riesgo elevado, las estatinas siguen siendo una intervención prioritaria, mientras que para menores de 40 años aún no existe suficiente evidencia.

Más allá de la farmacoterapia, las directrices insisten en la importancia de las medidas preventivas y los cambios de estilo de vida: alimentación equilibrada, control del peso, ejercicio regular, abandono del tabaco y consumo moderado de alcohol. El control de otras comorbilidades —como hipertensión, diabetes u obesidad— constituye un pilar esencial para reducir el riesgo cardiovascular global en las personas con el VIH.

Peso corporal, nuevos fármacos y retos del envejecimiento

El aumento de peso asociado a algunos tratamientos antirretrovirales ha despertado preocupación en los últimos años. Sin embargo, los estudios realizados ofrecen resultados dispares y, de momento, las guías subrayan que el tratamiento antirretroviral no debe interrumpirse ni modificarse únicamente por este motivo. En su lugar, recomiendan incorporar el control del peso y el asesoramiento nutricional como parte del seguimiento habitual, junto con intervenciones basadas en una alimentación saludable y la actividad física como estrategias de primera línea.

El texto también aborda el papel de los agonistas del receptor GLP-1, como semaglutida (Wegovy® u Ozempic®) y tirzepatida (Mounjaro®), ampliamente utilizados en el control de peso. Aunque los datos específicos en población con el VIH aún son limitados, estudios preliminares apuntan a beneficios adicionales de estos fármacos, como la reducción de la inflamación, la mejora de la función cognitiva y de la salud intestinal, la disminución del consumo de alcohol o incluso un -todavía controvertido- efecto beneficioso sobre el envejecimiento biológico.

El ensayo SLIM LIVER

El ensayo SLIM LIVER mostró, por ejemplo, una reducción del 30% de la grasa hepática en personas con el VIH y enfermedad hepática de tipo metabólico. De hecho, en agosto de 2025, la FDA aprobó semaglutida como tratamiento para la esteatohepatitis metabólica, aunque esa aprobación se basó en estudios realizados en personas sin el VIH.

En su actualización, las guías también revisan aspectos como el seguimiento analítico, el control de la carga viral y los recuentos de CD4, las recomendaciones sobre inicio del tratamiento antirretroviral y la gestión de una recuperación inmunitaria subóptima. Además, se incluye una nueva reflexión sobre los costes asociados a la terapia y cómo estos influyen en la adherencia y continuidad asistencial.

El documento destaca que las interrupciones en la atención médica son más frecuentes durante los periodos de transición —por ejemplo, al pasar de la atención pediátrica a la de adultos, al ser liberado de prisión o al cambiar de empleo o residencia—, así como en los traspasos entre seguros médicos. Los autores señalan que los costes directos y los copagos pueden afectar la adherencia, la continuidad del tratamiento y, en última instancia, el control virológico.

Una visión más amplia del bienestar en el VIH

Esta nueva revisión de las guías estadounidenses refleja un cambio de enfoque en la atención del VIH: de la mera supresión virológica a una visión integral del bienestar y la salud a largo plazo. El control del virus sigue siendo el punto de partida, pero la gestión del riesgo cardiovascular, el peso corporal y las comorbilidades asociadas al envejecimiento se consolidan como componentes esenciales del cuidado.

El reto ahora es trasladar estas recomendaciones a la práctica clínica cotidiana, de forma que se integren la prevención, la educación sanitaria y el acompañamiento en los diferentes momentos vitales de las personas con el VIH. A medida que la investigación amplíe el conocimiento sobre inflamación, metabolismo y envejecimiento, es previsible que las futuras revisiones de las guías incorporen estrategias más específicas y adaptadas a una población en constante evolución.

Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt).

Referencia: U.S. Department of Health and Human Services Panel on Antiretroviral Guidelines for Adults and Adolescents. What’s New: Adult and Adolescent ARV. ClinicalInfo.HIV.gov [Internet]. Updated September 12, 2024 [cited 2025 Oct 14]. Available from: https://clinicalinfo.hiv.gov/en/guidelines/hiv-clinical-guidelines-adult-and-adolescent-arv/whats-new



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