El control del resto de factores de riesgo cardiovascular disminuye el impacto del VIH como factor de riesgo

Francesc Martínez
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El VIH, no obstante, potenciaría el riesgo cardiovascular asociado al consumo problemático de alcohol

Incluso cuando algunos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular tales como colesterol elevado o diabetes están bien controlados, las personas con el VIH siguen presentando un riesgo más elevado que el observado en la población general de presentar eventos cardiovasculares graves. Esas son las principales conclusiones de un amplio estudio estadounidense publicado en Clinical Infectious Diseases. El estudio también evidenció que el consumo elevado de alcohol se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca en personas con el VIH que el observado en las personas sin el VIH.

Las personas con el VIH -especialmente determinados subgrupos de ellas- se encuentran en mayor riesgo de padecer eventos cardiovasculares graves (véase La Noticia del Día 26/01/2024). No está claro hasta qué punto la corrección de factores de riesgo modificables tales como el tabaquismo, el consumo de alcohol o el control de los niveles de glucosa o lípidos puede tener para compensar dicho riesgo incrementado.

Para arrojar un poco más de luz a este asunto, un equipo de investigadores de California (EE UU) puso en marcha un estudio en el que incluyó a personas visitadas en atención primaria de una cadena de centros médicos privada de la zona.

Finalmente, 227.600 personas sin el VIH y 8.282 personas con el VIH fueron incluidas en el estudio. Los participantes fueron seleccionados para que las personas con y sin el VIH se encontraran en proporción 1:20 y también para que fueran equiparables en términos sociodemográficos.

Las personas con el VIH tenían una edad promedio de 47 años, el 91% eran hombres, el 55% eran de etnia blanca, el 15% de etnia negra y el 19% de etnia latinoamericana. Las diferencias entre personas con o sin el VIH en relación con factores de riesgo cardiovasculares tales como  hipertensión, dislipemia y diabetes. Las personas con el VIH presentaron una menor probabilidad de sobrepeso (59% y 78% de las personas con o sin el VIH, respectivamente), pero por el contrario una mayor probabilidad de padecer depresión (31% y 12%, respectivamente), tener un uso problemático del alcohol (10% y 7%, respectivamente) o fumar (10% y 8%, respectivamente).

Para medir el manejo de los factores de riesgo cardiovascular evaluados (presión arterial, colesterol LDL, colesterol total, triglicéridos y diabetes), los investigadores desarrollaron un índice de control donde el 100% era el control total del factor de riesgo.

El índice de control fue similar en personas con o sin el VIH respecto a la presión arterial y el colesterol (de alrededor del 90% en ambos casos) tras ajustar los resultados en base a factores sociodemográficos.

El índice de control fue menor en personas con el VIH en lo relativo a los triglicéridos (79% y 86% en personas con o sin el VIH, respectivamente), pero el control de la diabetes fue mejor en personas con el VIH (70% y 62%, respectivamente).

Durante los cuatro años de seguimiento, las personas con el VIH presentaron un riesgo de evento cardiovascular grave (infarto de miocardio o apoplejía) un 18% superior al observado en personas sin el VIH.

En personas con un control del 100% del colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos o diabetes, el tener el VIH no aumentó el riesgo de padecer un evento cardiovascular grave. En cambio, si la persona con el VIH tenía hipertensión sí que se observó un mayor riesgo (de entre el 19% y el 24%).

En todo caso, en personas con un índice de control inferior al 80% respecto a la presión arterial, niveles de lípidos o niveles de glucosa, el VIH no aumentó el riesgo de evento cardiovascular grave (a excepción de aquellas con un bajo índice de control de los niveles de colesterol).

En personas con el VIH no diagnosticadas de condiciones que alteraran alguno de los factores de riesgo medidos, el riesgo de enfermedad cardiovascular fue entre un 19% y un 25% superior al del grupo control.

En todo caso, el riesgo adicional asociado al VIH desapareció al comparar personas con o sin el VIH con factores de riesgo cardiovascular, hecho que los investigadores relacionaron con que el riesgo promovido por el VIH sería muy inferior al asociado al resto de factores de riesgo medidos.

De forma destacable, el estudio detectó que el VIH exacerbaba el impacto de un factor de riesgo cardiovascular en particular: el consumo problemático de alcohol. Dicho factor de riesgo, presente en el 10,5% de las personas con el VIH del estudio, duplicó, en personas con el VIH, el riesgo de evento cardiovascular grave observado en personas sin el VIH.

Los resultados del presente estudio evidencian que un buen control de los factores de riesgo cardiovascular modificables puede reducir notablemente el impacto del VIH como factor de riesgo cardiovascular. En todo caso, el hallazgo del VIH como potenciador del consumo problemático de alcohol como factor de riesgo, aunque no es nuevo (véase La Noticia del Día 05/03/2021), debería ser tenido en cuenta en el seguimiento médico de las personas con el VIH.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).

Referencia: Silverberg MJ et al. Cardiovascular disease risk factor control in people with and without human immunodeficiency virus. Clinical Infectious Diseases, published online 18 January 2024.

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