Un estudio canadiense publicado en Journal of Infectious Diseases ha concluido que, en personas coinfectadas por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC), la incidencia de esteatosis hepática (también conocida como hígado graso) no disminuyó después del tratamiento exitoso frente al VHC. Ello pone de manifiesto la necesidad de un control regular de la salud hepática en estas personas. Los investigadores también encontraron que, en la población evaluada, el parámetro de atenuación (obtenido a través de la elastografía) fue una mejor medida de la esteatosis hepática que el Índice de Esteatosis Hepática (basado en valores analíticos y en el índice de masa corporal).
La esteatosis hepática, cuyo nombre médico actual es enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), antes conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), suele estar asociada con la obesidad, la diabetes de tipo 2 y otras anomalías metabólicas. En las personas con el VIH, típicamente, cualquier patología hepática se relacionaba con las hepatitis virales (muy frecuentes en la población con el VIH por ser virus que compartían vías de transmisión con el VIH). Sin embargo, diversos estudios han evidenciado que la esteatosis puede ser un efecto secundario de algunos antirretrovirales antiguos (véanse La Noticia del Día 04/02/2019 y 05/09/2023). Con el tiempo, la acumulación de grasa en el hígado puede provocar fibrosis, cirrosis y cáncer hepático.
Como parte de un estudio prospectivo multicéntrico y abierto, los autores del presente estudio examinaron la presencia de esteatosis hepática en 431 personas con el VIH en Canadá y que tenían historial de infección por el VHC, la cual había sido curada con antivirales de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés). Al inicio del estudio, la edad promedio de los participantes era de 51 años, alrededor del 30% eran mujeres y la infección por el VHC había sido adquirida -en promedio- más de 20 años atrás. Los niveles de esteatosis hepática se midieron mediante el Índice de Esteatosis Hepática en 399 participantes y mediante el parámetro de atenuación, obtenido a través de elastografía –una técnica basada en ultrasonidos diseñada inicialmente para evaluar el grado de fibrosis, pero que también es útil para estimar el contenido de grasa hepática– en 98 participantes.
Alcanzar la curación de la infección por el VHC con el tratamiento con DAA no redujo la incidencia de esteatosis hepática a largo plazo. La pendiente ajustada del parámetro de atenuación aumentó gradualmente tras el tratamiento (de 3,3 dB/m a 3,9 dB/m). La pendiente ajustada del Índice de Esteatosis Hepática disminuyó considerablemente durante el tratamiento (-4,5), pero volvió al nivel previo al tratamiento (0,2) después de lograr una respuesta virológica sostenida (RVS, sinónimo de curación de la infección por el VHC). Ello apuntaría a una mayor capacidad de la prueba elastográfica para detectar cambios en la esteatosis hepática tras el tratamiento de la infección por el VHC en comparación con la aportada por el Índice d Esteatosis Hepática.
El uso de antirretrovirales de la familia de los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN) de primera generación (como zidovudina [AZT], estavudina [d4T, Zerit®] o didanosina [ddi, Videx®]) se asoció con un mayor riesgo de esteatosis hepática previa al tratamiento, mientras que el uso de inhibidores de la integrasa no mostró tal asociación.
Entre las limitaciones del estudio mencionadas se encontraron el reducido número de participantes con datos del parámetro de atenuación controlada, las decisiones tomadas al modelar los datos y el hecho de que todos los participantes tenían el VIH e historial de infección por el VHC (faltaría quizás un grupo control de personas con únicamente el VIH para detectar factores asociados de forma exclusiva al virus hepático).
Los autores apuntaron a que si la hepatitis C crónica fuera la causa principal de la esteatosis hepática, cabría esperar una importante mejora después del tratamiento. Sin embargo, estos resultados muestran que la esteatosis hepática no respondió de forma muy importante al tratamiento con antivirales de acción directa frente al VHC. Por ello, es importante una monitorización rutinaria de la salud hepática después de la cura de la hepatitis C en personas con el VIH. Entre las herramientas no invasivas para este propósito, el parámetro de atenuación refleja mejor los cambios en la esteatosis hepática que el Índice de Esteatosis Hepática, por lo que, a la luz de los presentes resultados, debería de ser la herramienta de elección.
Fuente: The Body Pro / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Truscello E, Wang S, Young J, et al. Changes in hepatic steatosis before and after direct acting antiviral treatment in people living with HIV and Hepatitis C coinfection. J Infect Dis. Published online October 17, 2024. doi:10.1093/infdis/jiae487
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