La tercera parte de las nuevas infecciones por VIH pueden estar relacionadas con personas que no reciben atención continua
Diversos estudios han concluido que una elevada proporción de infecciones por VIH –la mayor parte de ellos establecen que entre la cuarta parte y la mitad– se han producido a partir de personas que no sabían que tenían el virus. Este es uno de los motivos por los que, en muchos países, se está promoviendo la realización de forma regular de pruebas diagnósticas del VIH entre las poblaciones en situación de alto riesgo.
Sin embargo, un estudio efectuado en Calgary (Canadá) sugiere que un número casi similar de infecciones (es posible que un tercio del total) podrían implicar a personas que sí conocen su estado serológico al VIH, pero que por alguna razón habían abandonado la atención sanitaria o estaban desplazándose de una región a otra. También se descubrió que la carga viral media de las personas diagnosticadas, pero que no estaban en seguimiento, fue casi tan elevada como la de las personas recién diagnosticadas.
Dicho análisis reveló que, a pesar de que las personas recién diagnosticadas supusieron el 37,5% de la carga viral comunitaria (la carga viral total de las personas diagnosticadas de VIH), otro 33% se atribuyó a al conjunto de personas que llegaban de otras zonas, volvían a recibir atención tras una ausencia, se marchaban, o que dejaron de recibir atención médica. Las personas que recibían atención continua, pese a que representan cerca del 80% de las personas diagnosticadas de VIH, representaron menos del 30% de la carga viral total en la comunidad de personas con VIH.
El equipo de investigadores analizó, en primer lugar, las tendencias en el diagnóstico y la carga viral entre los años 2001 y 2011, y descubrió que, aunque la proporción de personas con una viremia inferior a 50 copias/mL se duplicó (pasando del 32 al 66%), la media de carga viral por paciente incluido en atención médica no se modificó de forma significa (32.000 copias/mL en 2001 y 30.000 copias/mL en 2010). La razón aducida para explicar esta aparente paradoja es que, a lo largo de esa década, aumentó la proporción de personas en atención médica que recibieron una terapia antirretroviral eficaz, mientras que los pacientes con cargas virales detectables tendieron cada vez más a ser personas que o bien acababan de ser diagnosticadas o bien habían vuelto a la atención médica tras una ausencia.
Las conclusiones del estudio implican que la implementación de una metodología más exhaustiva de seguimiento de los pacientes podría tener un impacto sobre las tasas de transmisión del VIH en las comunidades locales tan grande como el aumento de la tasa de realización de pruebas.
Comentario: Se trata de un estudio importante porque cuantifica, con cierto detalle, un aspecto que hacía mucho tiempo que se sospechaba: que la transmisión del VIH en poblaciones en situación de alto riesgo no se debía únicamente a las personas que no saben su estado serológico al VIH, sino también a las personas que sí lo saben, pero por algún motivo han abandonado la atención médica o se han mudado. Estudios presentados en la edición de 2013 de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) , junto con un estudio francés sobre carga viral comunitaria, ya habían sugerido que ése podría ser el caso. Esto refuerza la teoría de que la retención en la atención y seguimiento médicos y el rastreo de las personas que abandonan dicha atención son factores tan importantes como el hecho de convencerlos, en primer lugar, para que se sometan a las pruebas diagnósticas.
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Noticias sobre PPrE: Inscripción y adherencia en ensayo abierto; adherencia y factores de riesgo en un ensayo con usuarios de drogas
La VII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH (IAS 2013) fue testigo de varias presentaciones que ampliaron nuestro conocimiento sobre el potencial que encierra la profilaxis preexposición (PPrE).
Así, en la conferencia se hicieron públicos los primeros datos del estudio iPrEx-OLE (Nota: OLE son las siglas en inglés de ‘extensión abierta’). En este estudio, a los participantes en el ensayo original iPrEx controlado con placebo -en el que se probó una PPrE basada en tenofovir/emtricitabina en hombres gais y mujeres transexuales y que registró una eficacia general del 44%- se les invitó a formar parte de un estudio de extensión en el que todos los voluntarios recibieron tenofovir/emtricitabina.
De las 2.340 personas que cumplían los criterios para ser incluidas en iPrEx-OLE, 1.526 (65%) afirmaron que deseaban inscribirse y 1.038 (44%) empezaron realmente a tomar la PPrE. Con diferencia, el motivo más habitual para no continuar fue la preocupación por los efectos secundarios: El 49% de las personas que no permanecieron declararon que este aspecto suponía un motivo de preocupación para ellas.
Como parte del estudio, se llevó a cabo un seguimiento de los niveles de fármacos, y se encontraron niveles detectables de medicamento en el 61-71% de los participantes (frente al 50% de los participantes en el ensayo original controlado con placebo). Al preguntarle a Bob Grant (investigador principal del estudio) si se sentía decepcionado porque solo aproximadamente el 29% de los participantes del estudio original decidieran continuar en el iPrEX-OLE y tomar los fármacos, éste señaló que las personas participantes en este último ensayo podían interrumpir y reiniciar la PPrE tras consultar con los investigadores.
En otra presentación, Michael Martin, de los Centros para el Control de Enfermedades de EE UU (CDC), ofreció más datos sobre el estudio de PPrE basada en tenofovir con personas usuarias de drogas inyectables en Bangkok (Tailandia). Los resultados principales de este ensayo se publicaron en junio: En ellos se reveló que el número de infecciones por VIH se redujo en un 49% entre los participantes que tomaron tenofovir en comparación con los que recibieron un placebo.
Al determinar los niveles de fármaco en sangre, se observó que la eficacia alcanzó el 70% entre aquellos participantes que tenían niveles detectables de tenofovir en sangre, frente a una eficacia de apenas el 23% en el caso de las personas que no tenían niveles detectables de dicho fármaco. Entre los participantes con un nivel de adherencia del 90% (determinado a partir de los niveles de fármaco) la eficacia fue del 68%, pero llegó al 72% entre los que tenían una adherencia del 95%.
En cuanto a la relación entre los comportamientos de riesgo y las infecciones por VIH, el hecho de compartir jeringuillas fue una conducta que se asoció con un riesgo 8,9 veces mayor de infección; el haber estado en prisión, con un riesgo 2,7 veces superior; y el tener menos de 30 años (en comparación con tener más de 30), con un riesgo 1,9 veces superior. Por el contrario, no se apreció ningún factor de riesgo sexual que se relacionara de forma significativa con la seroconversión.
Comentario: Los niveles de adherencia y eficacia registrados en estos ensayos no son sorprendentes y resultan poco tranquilizadores. La importancia del uso de drogas inyectables como factor de riesgo predominante en el ensayo de Bangkok nos ofrece una prueba, al menos indirecta, de que la PPrE funciona realmente en la prevención de la transmisión del VIH debida a compartir el material de inyección. Lo que resulta menos tranquilizador es la tasa relativamente baja de personas que decidieron continuar inscritas en la extensión abierta de iPrEx, así como las altas tasas de preocupación sobre los efectos secundarios. Esto nos revela la necesidad de disponer de información actualizada acerca de la seguridad de los últimos antirretrovirales, pero también (tal y como afirmó Bob Grant en la conferencia) hay que tener en cuenta que “simplemente la PrEP no es [una opción adecuada] para todo el mundo”. Algunas personas podrían estar más interesadas si la promesa de una formulación inyectable de acción duradera (también mencionada en la IAS 2013) se convierte en una realidad.
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La vacunación contra el cáncer podría ser útil también para hombres gais de más edad
Los hombres gais de todas las edades, con o sin VIH, podrían beneficiarse de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), responsable del cáncer anal, de pene y de algunos cánceres de boca, así como del cáncer de cuello de útero en mujeres.
En la actualidad, hay dos vacunas contra el VPH autorizadas, tras haber demostrado su elevada eficacia en diversos ensayos. La mayor parte de los países europeos han introducido programas de vacunación dirigidos a las chicas adolescentes, con diferentes grados de cobertura. Por ejemplo, desde el año 2008 en el Reino Unido, a las niñas de entre 12 y 13 años de edad se les ha ofrecido de forma rutinaria la vacuna contra el VPH e, inicialmente, se prevía una estrategia de ‘puesta al día’ que incluía también a chicas de hasta 18 años. Entre 2008 y 2012, el programa del Reino Unido empleó la vacuna comercializada como Cervarix, mientras que a partir de este último año, ha recurrido Gardasil.
En los dos últimos años, EE UU y Australia asimismo han aprobado el uso de Gardasil en chicos. Gardasil está diseñada para proporcionar protección frente a las dos cepas de VPH más comunes, los tipos 6 y 11, así como contra los tipos 16 y 18, responsables de la mayoría de los casos de cáncer (Cervarix protege frente a los tipos 16 y 18 del papilomavirus).
Uno de los argumentos aducidos en contra de la vacunación de los varones ha sido que una elevada proporción de hombres gais (sobre todo aquellos con VIH) ya están infectados por los tipos de VPH frente a los cuales la vacuna ofrecería protección. Se dio por sentado que no tenía sentido proporcionar la vacunación a estos hombres, ya que no actúa sobre los síntomas del virus en las personas ya infectadas.
Sin embargo, cada vez está más claro que la infección por el VPH no es de por vida. Con el tiempo, el organismo se libra del virus y la amenaza de cáncer que éste supone (esto sucede con más lentitud en las personas con VIH, lo que explica en parte el que presenten unas tasas de cáncer más elevadas). La vacunación contra el VPH podría proteger frente a una posible reinfección.
Un estudio australiano presentado en la IAS 2013 descubrió que el 30% de un grupo de hombres gais con y sin VIH de 35 años o más de edad tenían una infección por el tipo 16 del VPH, la cepa más habitual y virulenta asociada al cáncer.
No obstante, también detectó que la tasa de nuevas infecciones por el VPH tipo-16 en estos hombres era del 5% anual. Al considerar cualquiera de los cuatro tipos de VPH frente a los cuales ofrece protección Gardasil, la tasa anual fue del 20%.
Suponiendo que sea posible detectar hombres gais en el intervalo entre el que se libran de una infección por el VPH y se reinfectan por el mismo subtipo de nuevo, esto significa que el proporcionar Gardasil a todos los hombres gais podría ofrecer una grado significativo de protección frente a las verrugas genitales y los cánceres relacionados con el VPH.
Se está desarrollando una nueva vacuna multivalente capaz de ofrecer protección frente a nueve subtipos del VPH y el estudio reveló que podría proteger hasta el 27% de las reinfecciones anuales por el virus del papiloma humano en hombres gais de más de 35 años.
Comentario: Desde la introducción de las vacunas contra el VPH, se han ido acumulando datos que demuestran que esta vacunación puede beneficiar a una variedad más amplia de personas de lo que se creía en un principio. El Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización del Reino Unido (JCVI, en sus siglas en inglés) está deliberando sobre la posibilidad de autorizar la vacunación contra el VPH en chicos y hombres y espera datos acerca de la relación coste/eficacia. La organización benéfica de mayor tamaño del Reino Unido, Terrence Higgins Trust (THT), y la Asociación Británica para la Salud Sexual y el VIH (BASSH) se encuentran entre las entidades que están ejerciendo presión para el cambio y, recientemente, consiguieron el apoyo de un miembro del Parlamento Británico. La población de hombres gais se halla en una encrucijada en la que a pesar de tener un alto riesgo de sufrir cáncer anal, al mismo tiempo representa una población relativamente pequeña en este tipo de debates sobre vacunación preventiva.
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Puedes descargarte el informe de la ECDC sobre la introducción de los programas de vacunación contra el VPH en Europa.
Los hombres gais emigrantes y los de Europa del Este tienen un menor acceso a opciones de prevención del VIH
Los programas de prevención del VIH no están llegando a una importante minoría de hombres que practican sexo con hombres (HSH) en países como Chipre, Serbia, Lituania, Ucrania y Hungría y tienen lagunas en su comprensión de esta infección, según un informe del Sondeo Europeo por Internet para HSH (EMIS, en sus siglas en inglés), en el que participaron cerca de 180.000 hombres gais y otros HSH de toda Europa en 2010. El informe final de este sondeo se publicó el pasado mes de mayo.
La encuesta dedicó una serie de preguntas a evaluar el conocimiento de los participantes sobre temas como: pruebas y transmisión del VIH, otras infecciones de transmisión sexual (ITS) o la profilaxis postexposición (PPE). El nivel de conocimiento sobre las pruebas fue alto y el relativo a las vías de transmisión también fue bastante elevado. Sin embargo, la tercera parte de los encuestados tenían poco conocimiento acerca de las ITS y el 70% apenas sabían cosas de la PPE. Asimismo, se observó que, en general, la media compuesta de todas las puntuaciones de conocimiento fue más baja en el este y el sudeste europeos.
Los participantes de Turquía registraron unas puntuaciones especialmente bajas en todas las áreas de conocimiento (62%), al igual que los procedentes de Rumanía, Chipre, Letonia y Lituania. No obstante, los encuestados de Polonia, Croacia y Bosnia tuvieron puntuaciones más altas que los hombres de países de características similares, mientras que Irlanda, Finlandia y Grecia presentaron los resultado más pobres.
A los participantes se les preguntó también por el acceso a las pruebas del VIH, los preservativos o la información sobre prevención. En general, el 91% de los encuestados se mostraron seguros de poder realizarse la prueba del VIH. Los peores resultados se detectaron en Turquía (73%), seguida por Chipre y Serbia (ambos países con un 80%).
A los hombres, además, se les preguntó si habían mantenido relaciones sexuales anales sin protección en el último año únicamente porque no tenían un preservativo a mano. En general, el 14% de los encuestados contestaron de forma afirmativa. De cualquier modo, en el caso de los participantes noruegos y españoles este porcentaje se elevó al 30% y 20%, de manera respectiva. Esto sugiere que la disponibilidad de preservativos resulta un problema tan grave en Noruega y España como lo es en Turquía (32%), Macedonia (28%), Moldavia (25%), Serbia (23%), Chipre (23%) y Rumanía (20%). Por su parte, Rusia, Eslovenia, República Checa y Hungría tuvieron unas puntuaciones relativamente buenas en el apartado de disponibilidad de preservativos.
Los servicios de prevención del VIH tuvieron una probabilidad significativamente menor de ser accesibles para los inmigrantes procedentes de fuera de Europa. Los hombres nacidos en el sudeste asiático tuvieron una puntuación compuesta en las preguntas de conocimiento y acceso un 42% por debajo de la media, y los hombres nacidos en América Latina y el Caribe, una puntuación un 37% por debajo de la media.
Una segunda sección del informe EMIS revela que, en Europa, el 58% de los varones homosexuales declararon al menos un caso de relación anal sin protección en el año anterior. Mientras que el 39% de los hombres habían tenido relaciones sexuales sin protección con una pareja estable, el 26% lo habían hecho con una pareja ocasional.
Comentario: Se trata de uno de los diversos análisis de las distintas partes del enorme informe del proyecto EMIS, algunos de los cuales ya se han presentado en las dos últimas ediciones de este boletín. La correlación entre el conocimiento sobre la prevención del VIH y la disponibilidad de los métodos preventivos de la infección por este virus es muy estrecha: Una menor disponibilidad de programas del VIH dirigidos a los HSH se traduce en un peor conocimiento de los mecanismos de transmisión y prevención del VIH y las ITS. Los hallazgos relativos al uso del preservativo coinciden esencialmente con los obtenidos en otros estudio del Reino Unido, EE UU y Australia, entre otros otros países: Mientras que la mayor parte de hombres gais sí utilizan preservativos, apenas una minoría consiguen emplearlos el 100% de las ocasiones.
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Puedes leer más informes sobre el estudio EMIS en aidsmap.com.
Los programas de reducción de daños funcionan en Malasia, pero llegan a muy pocas personas usuarias de drogas inyectables
En la conferencia IAS 2013, se presentaron datos que demuestran que la ampliación de los programas de mantenimiento e intercambio de jeringuillas en Malasia (un conservador país musulmán que nunca había destacado por sus políticas liberales sobre el consumo de drogas) ya ha evitado unas 3.000 infecciones por VIH. El programa tiene una muy buena relación coste-eficacia, aunque su cobertura sigue siendo demasiado baja; el acoso policial evita una implementación eficaz y falta un amplio apoyo político o público de las directrices.
El doctor Subramaniam, ministro de salud de Malasia, declaró en la conferencia que la adopción por parte del país de programas de reducción de daños en 2006 estuvo determinada por las conclusiones científicas. “En tiempos desesperados, es necesario aplicar medidas valientes y, en aquel momento, nuestra epidemia de VIH/sida estaba entrando en una espiral ascendente sin control, impulsada en gran medida con el consumo de drogas inyectables”, afirmó. “Sabemos que los programas de intercambio de jeringuillas y de sustitución de metadona han funcionado bien en muchos países a la hora de reducir los nuevos casos de infección por VIH”, añadió.
En Malasia viven unas 80.000 personas diagnosticadas de VIH. Aunque hace una década se producían unos 6.500 nuevos diagnósticos al año, esta cifra se ha reducido a unos 3.500 casos anuales. Además, la proporción de nuevos diagnósticos atribuibles al consumo de drogas inyectables ha disminuido desde el 70% que se observaba hace una década hasta un 35% en la actualidad.
Aunque desde el año 2006 se ha producido un aumento considerable de los programas de reducción de daños, su cobertura sigue siendo limitada. Aproximadamente uno de cada cuatro usuarios de drogas inyectables se registran en programas de mantenimiento con metadona, y apenas uno de cada cinco pueden acceder a las iniciativas de intercambio de agujas y jeringuillas.
Ragunath Kesavan, del Consejo de Abogados de Malasia, indicó en la conferencia que una de las barreras existentes en la ampliación de la implementación de los programas de reducción de daños era que, durante décadas, a la opinión pública se le ha dicho que la solución al programa de consumo de drogas es aprobar de leyes más estrictas y aplicarlas con más dureza.
Comentario: Malasia es un buen ejemplo de país con una actitud culturalmente conservadora y realmente punitiva frente al consumo de drogas que, ante las pruebas científicas, se ha visto obligado a aceptar que la terapia de sustitución de opiáceos y los programas de intercambio de jeringuillas merecían la pena aplicarse. Tal y como nos recuerda el último comentario, puede llevar mucho tiempo hacer cambiar determinadas actitudes enquistadas y aceptadas frente al VIH y las poblaciones en situación de riesgo.
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Casi uno de cada cuatro hombres gais con VIH que se curaron de la hepatitis C se reinfectaron
Los resultados de un estudio publicado en la edición digital de AIDS evidencian que existe una elevada incidencia de casos de reinfección por el virus de la hepatitis C (VHC) entre hombres gais con VIH en Londres (Reino Unido). El estudio, que contó con la participación de hombres coinfectados por VIH y VHC, que aclararon su infección primaria por VHC de forma espontánea o tras un tratamiento, reveló que el 22% de los participantes se reinfectaron con posterioridad por dicho virus hepático y que un pequeño número de varones llegó a hacerlo hasta en tres ocasiones.
En el caso de los 145 hombres cuya fecha de infección inicial por VHC estaba documentada, se produjeron 32 infecciones y se registró una tasa de incidencia (es decir, de reinfección) por VHC del 8% anual. Ocho de los 32 hombres reinfectados por VHC se volvieron a reinfectar una segunda vez (lo que supone una tasa de incidencia de 23,2 por cada 100 persona-años). La mediana del tiempo transcurrido hasta la segunda reinfección fue de 1,5 años.
El análisis de toda la cohorte reveló que tuvieron lugar 54 reinfecciones en total (incluyendo primeras, segundas y terceras reinfecciones).
En conjunto, el 20% de los hombres aclararon la reinfección de forma espontánea. La tasa de respuesta al tratamiento entre los varones que se sometieron a la terapia para la reinfección fue del 73% en el caso de los hombres con genotipos 1 y 4 y del 100% para genotipos 2 y 3.
“La mayor parte de las reinfecciones se trataron durante la fase aguda de la infección (…) y las tasas [de curación] coincidieron con las observadas en los estudios sobre infección aguda por VHC en HSH con VIH”, explican los autores.
“Recomendamos aumentar la vigilancia epidemiológica de los pacientes que han aclarado la infección por VHC para permitir una detección temprana y el tratamiento de cualquier reinfección”, concluye el equipo de investigadores. “Además, sugerimos que se realicen intervenciones directas de educación y prevención de HSH con VIH coinfectados por VHC”.
Comentario: Estos datos son un recordatorio de que las necesidades de salud de los hombres gais en situación de riesgo de infección por hepatitis C no desaparecen cuando se curan. Es precisa una información sobre la transmisión y la prevención mucho más constante y simple dirigida a esta población. NAM ha publicado recientemente un documento donde se habla con claridad acerca de la transmisión sexual de la hepatitis en hombres gais: Cómo se transmite la hepatitis C durante las relaciones sexuales.
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Webinarios sobre la prevención del VIH en Europa. Microbicidas rectales
Nuestra serie de webinarios se toma un descanso en agosto, pero la siguiente cita ya está prevista para el miércoles 12 de septiembre de 2013.
El tema que se tratará son los microbicidas rectales y, de manera provisional, se prevé contar con la participación del doctor Ian McGowan, de la Universidad de Pittsburgh, y de Marc-André le Blanc, de la organización Activistas Internacionales por un Microbicida Rectal (IRMA), entre otros.
Otros titulares recientes
¿Qué efecto tienen los programas de prevención del VIH sobre toda una comunidad en lugar de sobre las personas? Se trata de una pregunta difícil de responder, pero en la reciente conferencia IAS 2013 se presentaron los resultados del Proyecto ACCEPT, el primer ensayo preventivo del VIH de distribución aleatoria a escala de comunidad. Distintas zonas de características similares, pero separadas geográficamente, fueron distribuidas de forma aleatoria para recibir una intervención estándar de realización voluntaria de counselling y prueba o un programa mejorado de movilización comunitaria y realización de pruebas con una unidad móvil. El resultado fue un leve descenso del 14% en la incidencia de VIH en las comunidades que recibieron el programa ampliado. Sin embargo, se observó una reducción mucho mayor entre las mujeres de mayor edad y la tasa de realización de pruebas del VIH casi se duplicó en los hombres.
Un único punto de realización de pruebas en la comunidad es responsable de diagnosticar más de la tercera parte de los nuevos casos de VIH en hombres gais en Cataluña (España) y es capaz de derivar a casi todos estos varones recién diagnosticados a los servicios de tratamiento, según informaron en la conferencia IAS 2013 los coordinadores del proyecto.
Creado en 2006, BCN Checkpoint fue uno de los primeros proyectos comunitarios de realización de pruebas para hombres gais en Europa. Las pruebas rápidas se efectúan por voluntarios no médicos y el personal de la organización en un local dedicado a ello en el distrito gay de Barcelona, abierto cada día hasta las 8pm.
Un estudio francés recalca la importancia de detectar las infecciones recientes
Un estudio sobre la realización de pruebas y el diagnóstico de VIH en hombres gais en Francia reveló que una de cada cinco infecciones (21%) diagnosticadas resultaron ser muy recientes, durante la fase de infección aguda por VIH. No obstante, se descubrió que, mientras que apenas el 15% de los diagnósticos se dieron en hombres que se habían sometido anteriormente a la prueba hacía menos de un año, el 42% de las infecciones recientes se produjeron en este grupo. Karen Champenois, de la agencia nacional francesa de investigación INSERM, declaró en la IAS 2013 que, aunque Francia presenta unas tasas bastante bajas de VIH sin diagnosticar (apenas el 19% ignoran su estado serológico), la incidencia de VIH en hombres gais no está disminuyendo. También comentó que aunque en la mayor parte de las infecciones crónicas por VIH la prueba se hizo a iniciativa de la persona, en la mayoría de los diagnósticos de VIH en fase aguda la prueba fue sugerida por el personal sanitario.
El análisis de los resultados de un ensayo sobre profilaxis preexposición (PPrE), que no consiguió mostrar ningún efecto, sugiere que el fracaso puede haberse debido a que las mujeres se inscribieron en el estudio por motivos distintos a dicha profilaxis, como por ejemplo, poder hacerse una prueba mensual del VIH. Las entrevistas cualitativas con las participantes revelaron que éstas emplearon la prueba (y participaron en el propio ensayo) como modo de asegurarse de que no tenían VIH. Para las mujeres, el estudio se convirtió en un método de prevención en sí mismo. “Es un pensamiento mágico”, comentó a aidsmap.com Christina Wong, de FHI 360, que coordinó el ensayo. “Al diseñar un estudio deberíamos debatir el mejor modo de tener en cuenta los motivos de las personas para participar en el mismo”, añadió.
Noticias de otras fuentes seleccionadas por el editor
¿Se ha alcanzado el “punto crítico” tras el aumento de los casos de VIH/sida en Filipinas?
(De: IRIN Asia)
Los aumentos constantes en el número de infecciones por VIH en Filipinas no pueden atajarse sin unas intervenciones adecuadas, afirman los expertos en salud tras la reciente publicación de la tasa más elevada de infecciones anuales registrada hasta la fecha en el país. El número de intervenciones preventivas que llegan a los hombres que practican sexo con hombres y usuarios de drogas inyectables es insuficiente.
Si yo no tengo VIH, tú tampoco ¿no?
(De: Huffington Post)
Treinta años de esfuerzos preventivos y de activismo en VIH han permitido que muchos hombres con VIH puedan hablar abiertamente de su estado serológico. Sin embargo, al tiempo que se nos inunda con mensajes que nos dicen “habla sobre el VIH con tus parejas sexuales”, para algunas personas, estas charlas están cargadas de ansiedad por la culpa, el prejuicio, el desamparo, o incluso lagunas sorprendentes en el conocimiento, incluyendo la suposición de que si dos personas practican sexo deben tener el mismo estado serológico al VIH.
¿Qué piensan los hombres gais sobre las pruebas diagnósticas en casa?
(De: Positive Lite)
Al indagar acerca de las opiniones referentes a las pruebas rápidas del VIH domésticas entre los hombres gais en Canadá, se observó que podrían constituir una herramienta eficaz para reducir el riesgo de transmisión y prevenir el VIH.
Podcast: una breve charla sobre PPrE inspirada por el informe New Mapping Pathways
(De: Mapping Pathways)
Este podcast de 10 minutos ha sido elaborado por la Fundación contra el Sida de Chicago (AFC), y es el segundo de una serie inspirada por el “Desarrollo de estrategias basadas en pruebas y centradas en las personas para el uso de antirretrovirales como prevención”. Jessica Terlikowski y Jim Pickett charlan sobre la PPrE.
La vacunación contra el VPH tiene que ampliarse para proteger a los hombres gais
(De: Pink News)
Mike Freer, miembro del parlamento británico por el partido conservador, ha anunciado una campaña para que se amplíen los servicios de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) en el Reino Unido, de modo que se incluyan a los chicos adolescentes, con el argumento de que el actual programa (en donde solo se vacunan a chicas) no serviría para proteger a los hombres gais.
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