Le di vueltas al asunto por un día completo. Se me fue el hambre, lloré… pero al día siguiente me levanté para ir a trabajar y empezar a dominar a este cabrón.
Me hice una carga viral, un conteo e inicié el tratamiento antirretroviral. Sigo mi vida normal. Hago ejercicio y me alimento bien. Voy al cine y veo a mis amigos.
Leo muchas historias muy deprimentes y es verdad, todos procesamos diferente nuestra condición, pero no permitas que te domine. Él se tiene que adaptar a ti no tú a él.
El poder de la mente, tu actitud, tu estilo de vida y tu tratamiento te darán una expectativa de vida igual a la de una persona seronegativa.
Agradece a la vida que no es cáncer terminal, que no es diabetes con complicaciones como no tener una pierna o perder la visión.
Si Aprendes a querer tu condición, solo así estarás ganando la batalla que sólo termina cuando tú lo decidas. Aférrate a la vida. ¿Un virus va a decidir cuándo te vayas de aquí? ¡Por favor!
¡Ánimo!