En mi caso conscientemente puedo decir que jamás tuve relaciones sexuales sin protección. Sin embargo, he tenido tres accidentes de alto riesgo biológico en el desempeño de mi carrera. No tengo clara mi forma de infección, pero en este momento no importa demasiado el cómo.
Desde hacía 2 meses sentía un cansancio inexplicable. Sin embargo no le presté mucha atención hasta que un día decidí hacerme una serie de exámenes en la clínica en la que trabajo.
Entre los exámenes me solicité una prueba rápida del VIH. El último test Elisa que me realicé fue a finales del 2013 y lo consideré pertinente, teniendo la plena seguridad de que saldría negativo. Para mi sorpresa no fue así.
Decidí realizarme todos los exámenes de manera particular y esperando que fuese un error de laboratorio. Lastimosamente lo único que han hecho es confirmar el resultado inicial.
Únicamente tengo pendiente el resultado de la prueba confirmatoria que es el Western blot, pero con pruebas rápidas, un Elisa y una carga viral alterada.
Soy médico y conozco los grandes avances científicos actualmente en esta enfermedad. Sé que es más fácil que te compliques teniendo diabetes que siendo portador del VIH siempre y cuando realices cambios en tu estilo de vida y seas constante con los medicamentos antirretrovirales.
Aun con el amplio conocimiento que tengo quiero contarles que tengo miedo y es un miedo que la mayor parte del tiempo lo considero irracional. Tengo miedo de mi futuro, tengo miedo de quedarme solo, tengo miedo de infectar a alguien. Pero sobre todo tengo miedo por mí mismo, puesto que aun teniendo todo el conocimiento que tengo las dudas que me generó son cada vez mayores.
Llevo 3 semanas con un diagnóstico incidental, realicé un periodo de duro y aceptación y posteriormente tome la decisión de tener la mejor actitud y estar bien sin importar nada, aunque hay días que simplemente no sea posible.
Este tipo de situaciones te permiten ver la vida con otros ojos, más sencilla, más bella, menos complicada. Intento no pensar en el porqué aunque muchas noches es en lo único que logró pensar por más que luchó en contra de eso: "¿por qué a mí?".
Soy hombre, soy médico y soy seropositivo y estoy dispuesto a luchar hasta el último día que la vida me permita estar en este mundo.
Por cierto quiero contarles algo: Jamás creí tanto en Dios como cuando me enteré de los resultados de mis diagnósticos. Si tienes que librar una batalla qué mejor que acompañado de aquel que todo lo puede.
Aunque días como hoy no tengo mucha fuerza, eso es lo que les deseo: fuerza para afrontar los días difíciles y la capacidad de ser felices, no porque tienen un diagnóstico, sino porque merecen serlo.
¡Un abrazo para todos!
