Mi mundo se hundió y pensé que mi vida se acababa, pero la fuerza de seguir adelante se centraba entonces en el hijo que tenía, de apenas un año. Me aterraba pensar que él también tendría esta maldita enfermedad, me partió el corazón saber que le iban a realizar una prueba, pero gracias a Dios dio negativo.
No sé, hasta hoy tengo un resentimiento muy fuerte hacia mi esposo, pues a veces le echo la culpa de todo esto, pero después me doy cuenta de que sólo fue el destino, ya que él es una buena persona, que nos cuida y nos quiere a su manera.
A veces, dándole vueltas al tema como ahora, veo a mi niño y me destroza el alma saber que lo dejaré solo. En ocasiones, pienso que me lo merezco; aún no lo he superado. Raramente me hundo como lo estoy en este momento. Pienso si vale tanto la pena seguir con esto.
Nadie de mi familia lo sabe, sólo la de mi esposo, pero aun asi me siento muy sola. Quisiera perdonar, que esto fuera un sueño. Desearía despertar y ver a mi hijo pequeño otra vez y hacer lo correcto: Al descubrir una infidelidad, alejarme, y no como yo hice, dando una oportunidad.
Por no hacer lo correcto, en algunos momentos me siento sin fuerzas y con terror a lo que vendrá más adelante. Lo único que me anima es mi hijo. Trato de perdonar a mi pareja, pero el resentimiento vive conmigo, a pesar de que lo quiero.
Me gustaría que alguien me entendiera y poder conversar con él. Y también que un médico me dijera exactamente cómo seguir adelante con todo esto; más que nada, para aprender a superarlo.
Tomo mi medicación, pero todavía pienso que un día me despertaré y que se acabará, que alguien me dirá que sólo era eso, un sueño.
Amo con todas las fuerzas de mi corazón a mi hijo. Espero que me den aunque sólo sea la oportunidad de verlo, e irme sin que él sienta pena ni se hunda en la depresión.