En fin, tengo una familia maravillosa que está siempre a mi lado. Mi madre es una bendición en mi vida, siempre está junto a mí. Un día me dijo: "No te voy a dejar pasar solo por esto, soy tu madre y a tu lado voy a estar". Mis primos, mis primas, todos me tratan con naturalidad. No hay rechazos, malas caras ni temores a compartir un beso, utensilios para la comida o a beber del mismo vaso.
Estoy desde marzo en tratamiento antirretroviral. ¡Ahorita estoy indetectable y subieron mis CD4! Doy gracias a la vida por dejarme vivir y, ahora, por tener otra visión de la misma. A pesar de todo, no he perdido las ganas de enamorarme, de sentirme deseado. Quiero, puedo vivir mi vida al 100% y lo voy a hacer.
Besos y un fuerte abrazo a todos/as los que vivimos con VIH y más a la gente que nos apoya incondicionalmente.