A veces ella me culpa de nuestra situación aunque yo sé que no fui el culpable de esto. Hemos tenido problemas como todas las parejas y ella ha tratado de dejarme. Yo le digo que no me deje. Solo de pensar que me quedaré solo se me rompe el corazón y entro en depresión absoluta.
Pero bueno, no hay que seguir dándose palos a uno mismo, la ciencia avanza cada vez más y es cuestión de esperar que salga la cura. Sé que no es fácil, pero no se pregunten lo que yo me preguntaba todos los días: “¿por qué me tuvo que pasar esto a mí?”. Más bien pregúntense: ”¿Para qué, Dios, me envías esta prueba?”.
Sigo mi vida profesional y estoy cerca de terminar mi postgrado. La vida sigue, muchachos, y como dice mi mejor amiga, que es mi madre: “el día de morirse es solo uno y ese día lo determinara solamente Dios”.
Bendiciones y un abrazo.
