Me realicé la prueba porque me salieron llagas en la garganta. Fui al médico y me indicaron que mis defensas estaban bajas y que tenía que ir descartando enfermedades, entre ellas el VIH. Cuando me realicé la prueba jamás pensé que saldría positiva, pues pensé que era parte de la rutina como años anteriores. En ese momento vi mi vida derrumbarse como un terremoto junto con mis sueños. Creía que me iba a morir. Me indicaron que si tenía pareja debía avisarle y así lo hice. Sé que aquí no hay culpables, solo asumir la responsabilidad de nuestras acciones.
Con mi pareja nunca hubo una buena relación, pero traté de apoyarlo, al punto de que me casé para que pudiera asegurarse y recibir el tratamiento al igual que yo. No obstante, independientemente de eso, a día de hoy nuestra relación fracasó.
Mis amigos más cercanos saben de lo que padezco y me apoyan, al igual que mi hermano. No quiero decir nada al resto de mis familiares, en especial a mi madre para no preocuparla.
Actualmente soy indetectable, me siento muy bien físicamente después de que los primeros 6 meses del tratamiento baje mucho de peso, ahora creo que estoy pasadito de peso je, je, je. A pesar de que emocionalmente aún me falta aceptarlo, y la tristeza de que no pude estar bien con mi pareja, trato de no hacerme la víctima, salir con una sonrisa a la vida, seguir luchando por mis sueños, porque sé que cuidándome estaré bien.
Definitivamente no es fácil, pero tampoco imposible seguir adelante. Agradecido con Dios por todo lo que me ha dado.
