No les mentiré, hace como 5 meses que me enteré que tenía el VIH porque fui a visitar a un amigo y aproveché para que me hicieran una prueba rápida [del VIH]. Para mi sorpresa, salió positiva. En ese momento solo lloré porque pensé que todo se había terminado, pensé que no me lo merecía, que por qué a mí, ya saben, lo típico que uno se pregunta cuando le suceden cosas que pensamos que no nos sucederían.
En ese momento de mi vida estaba apenas separándome de mi actual pareja después de 4 años de relación. Así que imagínense qué dolor tan grande sentí en ese momento. Decidí hablar con él y contarle lo que estaba pasando y, pues, él muy asustado lo único que hizo fue llorar y llenarse de miedo. Después de todo este show de confirmar que ambos estábamos infectados, comenzamos ambos el tratamiento.
A día de hoy ya estoy indetectable. A él lo he apoyado y le doy ánimos y fuerzas porque cree que se terminó su vida. Pero, chicos y chicas, créanme, no es el fin, hay mucho más por delante, todo es cuestión del enfoque con el que decidamos tomarlo. Ánimos, la vida sigue, la vida no se detiene, es una nueva oportunidad para querernos, para hacer las cosas bien, para mejorar como seres humanos y personas.
No se enfoquen en que es lo peor y que morirán. De una manera u otra moriremos todos. Ánimo a todos y recuerden que mientras más se depriman sus defensas más bajarán y eso les afecta también. Lleven una vida normal, sigan su tratamiento y verán que no es tan malo como parece.
Les mando besos y abrazos fuertes.