Fui un inconsciente aquella tarde, pensaba: Esto no me va a tocar a mí. Pero me tocó. No puedo hacer responsable a la otra persona porque fue una imprudencia por parte de los dos. Yo también debería haber puesto medios de por medio.
Después de unos años sigo indetectable, no tengo ninguna enfermedad oportunista y disfruto de la vida como el que más. Hace unos meses dejé la relación con mi pareja. Éramos serodiscordantes (un miembro de la pareja tiene VIH y el otro no).
Mi actual expareja es psicólogo y sexólogo. Pensé entonces: Seguro que está al día de todo lo relacionado al VIH. Pues no, ni estaba informado, ni estaba al día de nada. ¿Cómo puede ser que un sexólogo no sepa la diferencia entre tener el VIH y tener el sida? Siempre me decía que no había superado el sida y que por eso tenía un trauma. Así día a día. Yo era preso de un maltrato psicológico terrible, mi autoestima era una mierda mientras él iba creciéndose. Una mañana salí de casa y no volví.
Ahora soy feliz, mientras que él sigue sin saber la diferencia entre el VIH y el sida. Tengo una empresa de entrenamiento personal. El deporte es el mejor de los tratamientos contra la depresión en cualquiera de sus modalidades. Creo empleo, soy voluntario de asociaciones LGTBI y muestro mi imagen en campañas. Aconsejo a personas recién diagnosticadas y les doy apoyo sin querer recibir nada a cambio. Es tan bonito ayudar a personas que todos deberían hacerlo, al menos durante unos días.