Gracias a otra chica que pudo explicarme su experiencia de vida con su hijita de casi un año, la cual estaba libre del virus, decidí tener a mi hijo.
Creo que todos tenemos miedo a lo desconocido. Únicamente pido a los nuevos diagnosticados que no desesperen, que tenemos una expectativa de vida larga, siempre y cuando nos cuidemos y estemos libres de drogas -cualquiera de ellas, incluso las permitidas-; y que tengan la esperanza de volver a enamorarse, de conocer a alguien que los ame por quienes son, no por lo que llevan dentro.
La discriminación de la que somos objeto va disminuyendo en la misma medida en que aceptamos nuestra condición crónica de salud, porque es así como debemos tratar esta condición, como "crónica", es decir, larga, al igual que la diabetes, el Parkinson, una enfermedad renal, hepática, etc.
Sólo les pido que seamos honestos, primero con nosotros mismos, y luego con esa posible persona que se acerca a nosotros en busca de afecto. Si lo entiende y nos acepta, cuidémosla, enseñémosle cómo convivir con nuestra condición, pero sobre todo no andemos de prisa, paso a paso.
Tómense el tiempo necesario para conocer sus verdaderas intenciones y, cuando descubran que son auténticas, amen a esa persona con todas sus ganas y fuerzas.
