Sin embargo, hace tres semanas, durante una prueba de rutina, me diagnosticaron el VIH por mera casualidad, ya que no presentaba síntomas asociados ni nada. Mi mundo se me vino abajo.
Debo admitir que el conocer más de la enfermedad que la mayoría de las personas puede ser también preocupante pues comienzas a somatizar o a tener ataques de pánico al considerar que una simple molestia pueda ser a causa de una enfermedad oportunista.
Comencé a hacerme los exámenes y me acaban de informar que mi recuento de CD4 es de 115 células/mm3. Podrán imaginarse cómo me siento en este momento pues al ser consciente de toda la evolución de la enfermedad me he hecho mil y una historias mentales al respecto. Estoy muy ansioso, con mucho miedo y me siento desmotivado en muchos aspectos.
Desde que descubrí esta página he sentido cierto grado de alivio. Me calma el conocer historias de otras personas que, como a mí, les ha tocado la difícil tarea de lidiar con este diagnóstico.
Actualmente salgo con un chico, tenemos un año y medio juntos. Se lo conté todo y afortunadamente ha sido mi único apoyo personal. No quiero contárselo a mi familia porque sé que no se lo tomarían bien. Menos aún a mis amigos del trabajo, porque como podrán imaginarse trabajo en un hospital y me da un terror ingresar por cualquier enfermedad oportunista.
Me siento solo y con muchas ganas de salir corriendo y no parar. Sin embargo, trato de calmarme a mí mismo, entretenerme viendo la televisión o leyendo sobre otros temas.
Debo decir que me siento un poco más relajado después de haberles hecho llegar mi relato. Mi motivo no fue inspirar, ni muchos menos ponerme de ejemplo, sino simplemente desahogarme y sentir que alguien me ha escuchado así sea a kilómetros de distancia.
