Yo me enteré de mi infección por una donación rutinaria de sangre, me infecté por no usar preservativo, de esto hace 12 años.
Cuando superé el "choc" inicial me informé cuanto pude sobre ésto, vi que mi vida podía ser relativamente igual, no tenía síntomas, interiores ni exteriores, tomé medicación un tiempo, pero la dejé voluntariamente por los efectos secundarios.
Hago deporte, me alimento bien, tengo las defensas relativamente bien y en las analíticas me sale todo perfecto. Creo que puedo considerarme afortunada después de todo, incluso hay días enteros en que ni me acuerdo del inquilino que llevo en la sangre.
La otra decisión acertada que tomé fue no contarlo en mi entorno de familia y amig@s, y me alegro mucho de no haberlo hecho. Les he ahorrado unos años de preocupación y miedos por mí. Espero y confío poder seguir así. Pero mi vida social es otra cosa, ni que decir tiene que de ligar nada de nada, pues no me gusta dar explicaciones, y si me echan los "tejos" me repliego como un caracol en su cascarón. Mis amigas me han llegado a preguntar (con todo el respeto que me merecen) si me he vuelto lesbiana.
Hace poco que he encontrado esta pagina y hoy he leído la historia de Antonia, con la cual me siento identificada, yo también estuve un tiempo colaborando en una ONG y conocí a gente encantadora, pero sin sentirme para nada identificada con ell@s. En este sentido me encuentro sola y desplazada, como si estuviera sola en este mundo y sé que no es así; soy consciente de que hay muchos/as pero ¿dónde están? Me gustaría que alguien me contestara a esta pregunta si tiene la respuesta….
