La primera vez que lo hice, hacía menos de una semana que me habían diagnosticado. Mi pareja se encontraba en un viaje de trabajo mientras yo vivía normalmente mi vida. Les puedo decir que lloré como nunca lo había hecho en mi vida.
Había un vació en mi pecho que me quitaba la paz, miles de preguntas invadían mi cabeza, principalmente, “¿cómo me había infectado? ¿Me había puesto el cuerno mi pareja?
Bueno hasta el momento no tengo idea de cómo adquirí el virus puesto que mi pareja es seronegativa y yo nunca he estado sexualmente con nadie más desde que estamos juntos.
Lloré tanto de felicidad al saber que la persona que más amo no tenía este virus, pero lloré más cuando me abrazó y me prometió que nunca me iba a dejar solo. Ahora siento que me ama más que nunca y que su amor es completamente sincero. Es mi apoyo incondicional, yo trabajo en el campo de la salud y lo más probable es que me haya infectado en alguna asistencia de cirugía menor.
Hoy les escribo porque cuando lo hice hacía una semana que me había enterado de mi situación, pero ahora hace una semana que empecé el tratamiento y, aunque es un tratamiento bastante fuerte, poco a poco mi cuerpo se va acostumbrando a él.
Paradójicamente hoy me siento más feliz, con más ganas de vivir, con muchos más proyectos por hacer. Tenerlo a él a mi lado me ha dado la voluntad de hacer mejor las cosas, de vivir una vida más sana.
Hoy quiero hablarte a ti, que hace poco que sabes de tu condición de salud, para decirte que hay esperanza, que dios nos está dando una segunda oportunidad, que podemos vivir como cualquier otra persona. Es normal que haya miedos, angustias, preguntas pero todo pasará, vas a salir adelante y vas a estar bien.
Hoy quiero bendecirte, hoy quiero que sepas que no estás sol@, quiero que sepas que vales mucho. Todos estamos en la misma lucha, lo que tenemos que tener es una actitud adecuada. Un fuerte abrazo a todos.
