Jamás el hígado había mostrado patología. Me monitorean de acuerdo al protocolo regularmente. Me parece algo desacertado hacer recomendaciones generales sobre un tratamiento específico. Cada caso es único y esto no debe ser pasado por alto.
Durante mucho tiempo recibí presión para medicarme y me clasificaron como paciente rebelde. Quedan muy pocos empleados de ese período en el programa, algunos ya fallecidos.
Hoy, por primera vez mis CD4 están dentro del rango de lo normal y el virus no está detectable. Sin embargo, por un tiempo me quitaron un fármaco que me habían recetado de por vida desde ya antes de tener sida.
Esto no es una cruzada sino un testimonio. El mensaje es: nada está escrito en piedra y cuando lo está hay que hacer lo que hizo Moisés con las Tablas de la Ley cuando bajó del monte.
