Testimonio: Dar y recibir placer

Heliberto

Tengo 33 años y, desde hace dos, vivo con VIH. Me sucedió algo opuesto a lo que suelo leer en esta página.

Me hice la prueba del VIH porque tuve fiebre durante una semana seguida y dio positiva. No tengo la menor idea de quién me pudo contagiar el virus ya que estuve con muchos chicos. Tenía una carga viral muy baja y el médico me aconsejó no tomar remedios para no agotar recursos antes de tiempo. Me recomendó unas vitaminas y, simplemente, que me tomara un buen descanso, realizara ejercicio y siguiera un control periódico.
 
Al cabo de un tiempo, comencé a dejar estar el tema, no sé por qué. Creo que es porque me sentía sano y, por eso, no acudí más a la consulta del médico.
 
No sé cómo estoy realmente en cuanto a valores virales. A veces sufro diarreas y alteraciones, como picazón y esas cosas; las combato como puedo ya que temo saber más. Tengo  cobertura médica y gozo de una buena posición económica, pero el miedo me paraliza.
 
Soy un chico atractivo y me llueven las ofertas sexuales, pero últimamente estoy asustado. Me hace mucho bien leer aquí las historias de los demás y espero tener coraje para volver a tratarme por mi médico.
 
Creo que esta enfermedad es muy injusta, puesto que no enfermamos por robar, engañar o querer sacar algún beneficio y tampoco por competir con los demás en la vida, sino que nos llega la enfermedad por acercarnos a otro ser humano, por darle y recibir placer; es decir, por ser amistosos y querer sentir placer o por admirar o amar la belleza de alguien. Esto es lo injusto y espero que la gente sana lo entienda alguna vez.
 
Un saludo a todos y espero que estén cada día mejor.

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