Me moría de miedo. Esa vez me hicieron tres pruebas: sífilis, hepatitis B y VIH. Las dos primeras salieron negativas y la última positiva. Toda mi vida pasó delante de mí, empecé a pensar qué sería de mí en el futuro. Estudio medicina, así que pensé que mi vida acabaría.
Sin embargo, por cosas del destino, conocí a varias personas que se convirtieron en mis amigos y que también estudiaban medicina y tenían el mismo diagnóstico. Una de mis metas siempre fue poder ir al extranjero para realizar mi especialidad, en particular a España y hasta ahora estaba mentalizado en eso. Un amigo mío me mencionó que si ingresaba a una residencia me realizarían la prueba del VIH y que eso podría limitar o incluso dificultar mi posibilidad de lograr mi sueño. Hasta ahora no he aclarado esta duda, si alguien me pudiera ayudar sería muy contento.
Soy peruano y, la verdad, como mensaje final puedo decir que no ha sido fácil, pero tener el apoyo de gente muy cercana es lo mejor que te puede pasar: amigos y familia. Al principio, el miedo me hizo ocultarlo a todos y querer afrontarlo solo por el temor a ser rechazado, pero poco a poco descubrí que las personas que de verdad te quieren estarán allí contigo.
Mi pareja de ese momento me dejó y me maltrató debido a mi diagnóstico reciente, pero luego entendí que todo sucedía por algo. Personas así siempre habrá sobre el mundo, pero es mejor alejarse y rodearse de personas positivas.