Parchearon así un problema que repercutía a un grupo “reducido” de personas con menos recursos e incapacitadas para valerse por sí mismas. Pensaron que esto ayudaría a mitigar el desastre de sus vidas que, por ignorancia de los profesionales, ha derivado en un calvario silencioso, callado y sufrido por un gremio que por el hecho de continuar vivo ofende a la misma administración estatal. Si se tiene en cuenta que estas personas llevan tantos años de enfermedad, tanta medicación y tanta experimentación, está claro que estos seres, hoy por hoy, están “mal puestos” en la vida, la cual arrastran más que gozan. Pensar que pueden sacar fuerzas para quejarse es inútil, pensar que pueden sobrevivir con 300€ mensuales o que pueden superar este estadio es mentir descaradamente.
La salida es, por supuesto, volver a la aguja, allí callan sus vergüenzas, justifican su fracaso de vida y dan reposo a los que, encargados de estos problemas, gozan de un puesto de trabajo, estatal y moralmente recompensado socialmente. Sólo en estar sedado haya la paz este gremio, que encontrándose cada día más deteriorado, no ve salida al problema. Y la muerte lejos de asustar es más un descanso. Las vergüenzas constantes, el rechazo incluso de los consumidores actuales, la situación social y el estar arrastrando el "bichito" provoca, sumado a los problemas particulares, que este conjunto de extraños seres que conocieron por vena esta droga, sean dignos de lástima y, si es posible, atención. Son pocos, pero son; están mal, pero están.
Pensar que con 300€ es posible vivir es entregar a la muerte, como única opción y salida, a esos náufragos silenciosos que esperan que algo cambie y saben que peor es imposible. De manera que a ver si alguien entiende todo esto y da la voz a los que imposibilitados esperan.
Sin más, como grito en el desierto, digo lo que duele sentir.
Un saludo.
