No encontraba el motivo por el cual me pasaba así que, como cualquiera pudo haber hecho, busqué en internet y una de las causas era el VIH. Recordé haber tenido sexo 3 semanas antes en un sitio donde se frecuentan los encuentros ocasionales (vaya error para pasar un sábado sin nada que hacer).
Había usado condón para la penetración, pero no para el sexo oral, y un par de semanas antes tuve un problema de sangrado de encías. Por todo lo que estaba leyendo y por lo que recordaba haber hecho, empecé a hacerme a la idea. Me dio temor a hacerme la prueba [del VIH] y le pregunté al médico que me atendía. Como una simple hipótesis, me recomendó que me hiciera la prueba, aparte de los estudios que me había mandado hacer para averiguar el porqué de los síntomas que tuve.
Tardé un par de semanas para decidirme, pero me hice a la idea cuando vi que en los estudios de sangre mis plaquetas estaban bajas. Fue así que me acerqué a la clínica para atención del VIH a hacerme la prueba y me dieron la noticia. Aunque ya me lo imaginaba por todas las conjeturas que hice, fue de los golpes más duros que he recibido. Al mes del diagnóstico, me hicieron una confirmatoria (Western Blot) y fue indeterminada. Me dio un poco de esperanza, pero como siempre pasa conmigo, no me hice ilusiones de quedar libre del virus.
Me hicieron una segunda prueba y dio positivo. Después del diagnóstico tarde 4 meses en iniciar el tratamiento antirretroviral. Llevo 6 meses con los antirretrovirales y de la nada empecé a sentir malestares parecidos a los de la primera vez que tomé el tratamiento. Tengo miedo de que puedan estar haciéndome daño.
Aún estoy en espera de los exámenes para saber si he logrado ser indetectable y tengo miedo de que no lo haya logrado. No le he dicho a nadie mi estado [VIH+], porque no quiero preocupar a mi familia ni recibir algún maltrato de parte de la gente.
Del sexo y del amor ni hablemos. Eso es algo que, de por sí, nunca se ha dado en mi vida. Ahora, siendo seropositivo, lo veo aún más lejano, porque no quiero pensar en todos los problemas que pudiera traerle a esa persona que, en algún remoto caso, quisiera estar conmigo.
Son muchas mis preocupaciones, a pesar de saber que ya inicié la medicación y eso me ayudará. Trato de llevar una vida normal, como intentando imaginar que no tengo VIH, pero hay días en los que es complicado no repetirme que estoy viviendo con algo crónico y me cuesta todavía asimilar mi situación.
Quizá piensen que no he logrado esa madurez necesaria para poder aceptar lo que vivo. Quisiera que me den su punto de vista. Que me ayuden a resolver ciertas dudas respecto al tratamiento, aunque yo sé que no es el sitio para aclarar eso, pero quizá alguien haya pasado los mismos malestares que yo con los antirretrovirales.
Gracias por leerme.