Leyendo sus historias, me doy cuenta de que no es necesario portar dentro de los vasos sanguíneos al "inquilino cómodo" para sentir la diferencia que marca vivir en una circunstancia diferente…
Pues bien… aprovecho el espacio que nos otorga gTt para compartirme con ustedes. Tengo 23 años, vivo en México, última serología para VIH: negativa. Soy gay y hasta el momento sólo he tenido una pareja estable: él VIH+, lo que muchos denominan: pareja serodiscordante.
A él me unió mucho más que un estado serológico, y es que el virus es tan pequeño que no puede limitar un afecto tan grande. Conciente desde el principio de los efectos, descubrí a través de los momentos que un estado serológico puede ser tan grante o tan pequeño como nuestros alcances o límites.
Amigos tengo pocos, algunos de ellos también seropositivos. Amigos como ellos, pocos.
Soy médico también y he tenido la oportunidad de conocer a personas cuya suerte es diferente a la mía, apoyándoles en lo médico y por fortuna mía, también en lo personal; aunadas sus vivencias a la mía y la mía con la de mi pareja, puedo sacar conclusiones.
Que el binomio VIH/SIDA es un fenómeno: si lo es. El contacto con éste nos afecta. Quizá el efecto que logre en nosotros, depende de la visión con que nos toque.
Me derrumba saber que son tantos l@s que mueren. Me levanta saber que son much@s también l@s que valoran la oportunidad tangible de continuar.
Me desgarra ver morir a mis pacientes con SIDA. Me alegra saber que muchos de ell@s tuvieron la oportunidad de despedirse de la vida con la frente en alto.
Me alegra saber que estoy vivo, independientemente de mi estado serológico, para compartirte que vale la pena vivir cada momento, no como si fuera el último, sino como el momento que es, aportándole el valor que tiene, dado que sólo a través de ellos se forma la vida.
