Antes de la aparición de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), los hijos de mujeres con VIH tenían muchas probabilidades de nacer con el virus. Afortunadamente, en los países con recursos, hoy en día puede prevenirse este tipo de transmisión, por lo que la infección por VIH no debe representar un obstáculo para ser madre.
En España, la medicación y la detección precoz del VIH en las mujeres embarazadas ha permitido que la tasa de transmisión vertical se encuentre, en la actualidad, por debajo del 1%, según datos del Plan Nacional sobre el Sida. No obstante, debido al hecho de que el riesgo de transmisión no es igual a cero, la legislación española permite que cualquier mujer embarazada con VIH pueda, si lo desea, interrumpir voluntariamente el embarazo, acogiéndose al supuesto de aborto terapéutico.
En caso de que la madre no necesite tratamiento, las actuales directrices españolas recomiendan la TARGA a partir del segundo trimestre de embarazo para prevenir la transmisión vertical. Dada la toxicidad de los fármacos antirretrovirales, debe efectuarse un estrecho seguimiento clínico y analítico durante toda la gestación. En todo caso, la selección de fármacos debe tener en cuenta tanto la seguridad de la madre como la del hijo (por ejemplo, efavirenz [Sustiva®] está contraindicado por su potencial teratógeno).
De acuerdo con las directrices españolas, si la madre ha recibido TARGA durante el embarazo, tiene una carga viral por debajo de 1.000 copias/mL en el último trimestre de gestación y el contacto entre la sangre materna y el niño se minimiza durante el parto, entonces el parto vaginal no comporta mayor riesgo de transmisión. En caso contrario, se recomienda la cesárea.
En cuanto a la alimentación del bebé, a causa del elevado riesgo de transmisión del VIH en cualquier periodo de la lactancia, se recomienda sustituir completamente la leche materna por una fórmula adaptada.
Asimismo, conviene saber que los recién nacidos suelen tener anticuerpos del VIH procedentes de la madre, lo que no significa que tengan el virus. Por este motivo, las pruebas de laboratorio habituales para diagnosticar la infección por VIH (ELISA, Western-Blot) a partir de la presencia de anticuerpos no son útiles en estos casos. Para saber si el niño tiene el virus, es preciso realizar un test virológico específico.
Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Recomendaciones de la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida (SPNS), el Grupo de Estudio de Sida (GeSida/SEIMC), la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Asociación Española de Pediatría (AEP) para el seguimiento de la infección por el VIH con relación a la reproducción, el embarazo y la prevención de la transmisión vertical. Junio, 2007.
http://www.msc.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/docs/Recomendaciones_VIH_embarazoyprevencion_Junio2007.pdf
Enlace:
Guía general sobre el VIH y el embarazo de HIV i-Base:
http://gtt-vih.org/files/active/1/GUIAVIHEMBARAZO2006.pdf
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