En efecto, las personas con VIH presentan necesidades nutricionales específicas. La acción del propio virus, los efectos secundarios del tratamiento antirretroviral o las enfermedades oportunistas pueden tener un impacto en los macro- y micronutrientes que el organismo precisa para realizar sus funciones. Además, las circunstancias especiales de ciertos grupos de población que tienen el virus, como las mujeres embarazadas o los niños, hacen que sean más vulnerables a problemas relacionados con la alimentación.
Las personas con el virus de la inmunodeficiencia humana tienen mayores necesidades energéticas que los adultos y niños que no viven con VIH. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos requirimientos energéticos aumentan un 10% en las personas asintomáticas con VIH, mientras que los mismos pueden incrementarse en un 20-30% en la población adulta en una fase más avanzada de la enfermedad.
Las deficiencias de micronutrientes son, asimismo, frecuentes, y pueden paliarse mediante una dieta equilibrada y variada o, cuando sea necesario, a través de alimentos fortificados o complementos nutricionales.
Además, una alimentación adecuada puede contribuir a compensar las posibles complicaciones metabólicas, así como los trastornos óseos, renales, hepáticos o de otro tipo derivados de la terapia antirretroviral.
Ciertamente, una nutrición equilibrada y acorde con las necesidades de la persona con VIH no erradicará el virus del organismo, como tampoco constituirá una alternativa al tratamiento antirretroviral. Sin embargo, un enfoque integral de la infección no debe excluir ni menospreciar el papel que una correcta alimentación puede desempeñar para ayudar al sistema inmunitario y mejorar la calidad de vida de la persona.
A menudo, proliferan dietas o tratamientos dietéticos milagrosos cuya eficacia no ha sido demostrada y que pueden suponer un peligro para quienes viven con VIH. Por desgracia, la escasez de ensayos clínicos sobre las interacciones con los antirretrovirales y la relación entre el uso de ciertos complementos y los posibles beneficios para las personas con VIH no ayudan a clarificar un terreno abonado a especulaciones de todo tipo. En ocasiones, te ofreceremos información que nos parece interesante, aun cuando no haya sido contrastada en estudios científicos. En ese caso, siempre te lo advertiremos para que seas consciente de ello.
En esta sección sobre nutrición y VIH, podrás encontrar desde artículos sobre las necesidades nutricionales de las personas que tienen el virus, hasta suplementos vitamínicos y minerales, pasando por recetas que te ayudarán a cuidar el hígado, bajar el colesterol o ganar unos quilitos…
Fuente: Elaboración propia.
Referencias:
Organización Mundial de la Salud. Informe de la Secretaría.
Nutrición y VIH/SIDA. 12 de mayo de 2005.
http://www.who.int/gb/ebwha/pdf_files/EB116/B116_12-sp.pdf
Polo R, Gómez-Candela C, Miralles C, et al. Recomendaciones de
SPNS/GEAM/SENBA/SENPE/AEDN/SEDCA/GESIDA sobre nutrición en el paciente con infección por VIH. Septiembre de 2006.
http://www.gesida.seimc.org/pcientifica/dcconsensos.asp?apnv0=pcientifica&apnvA=dcconsensosyrc&appag=dcconsensos_txt.htm
Herrera M, Guelar A y Johnston S. Manual de nutrición y VIH.
Generalitat de Catalunya. Departament de Sanitat i Seguretat Social.
Febrero de 2004.
www.gencat.cat/salut/depsalut/pdf/esmanualnut.pdf
Organización Mundial de la Salud y Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Aprender a vivir con
VIH/Sida. Manual sobre cuidados y apoyos nutricionales a los enfermos
de VIH/Sida" Roma, 2003.
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/006/y4168s/y4168s00.pdf
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