La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una nueva guía sobre la prestación de servicios de VIH. Este documento representa un cambio importante en la forma de organizar la atención. La principal novedad es que los servicios de VIH deben incluir de manera integrada la atención a diabetes, hipertensión y salud mental.
Hasta ahora, estas recomendaciones se presentaban de forma condicional. Con la nueva evidencia disponible, la OMS eleva su nivel y las convierte en recomendaciones firmes. El mensaje es claro: el VIH no debe tratarse de forma aislada, sino como parte de una atención integral a la salud.
Una atención integral y centrada en la persona
Las personas con el VIH viven hoy más años gracias a la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR). Con el paso del tiempo, aumentan los casos de enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes. También crece la presencia de problemas de salud mental, especialmente la depresión, la ansiedad o el consumo problemático de alcohol.
La guía señala que integrar estos cuidados aporta beneficios concretos. En hipertensión, los programas conjuntos mejoran el control de la presión arterial. En salud mental, reducen la depresión y aumentan la probabilidad de lograr la supresión viral. Además, atender todas estas necesidades en un mismo espacio disminuye los costes, evita desplazamientos innecesarios y reduce el estigma que muchas personas sufren en otros servicios.
El papel central de la adherencia
El documento dedica un apartado específico al apoyo a la adherencia al TAR. Recordar la importancia de tomar la medicación cada día sigue siendo fundamental para mantener la salud y evitar la transmisión del virus.
La OMS recomienda una combinación de estrategias sencillas y eficaces:
- Consejería periódica, adaptada a la situación de cada persona.
- Recordatorios digitales, como mensajes SMS o aplicaciones móviles.
- Apoyo de pares o agentes comunitarios, que refuercen la motivación y la confianza.
- Educación sobre el tratamiento, ajustada al nivel de comprensión de cada paciente.
Estas medidas deben ofrecerse desde el inicio del tratamiento y reforzarse cuando haya dificultades. Además, la guía aconseja visitas menos frecuentes y entrega multimensual de medicación en personas estables. Este enfoque mejora la continuidad y reduce la carga para pacientes y servicios sanitarios.
Un modelo de servicios más cercano y humano
La OMS insiste en que la atención al VIH debe ser descentralizada, comunitaria y centrada en la persona. Esto implica llevar la atención al primer nivel asistencial, incorporar a profesionales no médicos y pares en el apoyo cotidiano, y garantizar entornos libres de estigma y discriminación.
El enfoque integral también incorpora la promoción de hábitos de vida saludables. Una buena alimentación, la actividad física y la reducción del consumo de tabaco y alcohol son medidas esenciales para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida a largo plazo.
Un nuevo horizonte para la atención al VIH
Con esta actualización, la OMS envía un mensaje contundente: la supresión viral sigue siendo fundamental, pero la calidad de vida es igual de importante. El VIH debe abordarse junto a otras condiciones que afectan a millones de personas.
“Integrar salud mental y enfermedades crónicas en los servicios de VIH no es solo recomendable: es imprescindible”, concluye la guía.
La guía puede consultarse a través del siguiente enlace.
Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: World Health Organization. Delivering HIV services for people with and without other health conditions: consolidated guidelines for a person-centred approach. Geneva: World Health Organization; 2025. Available from: https://iris.who.int/handle/10665/378646
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