Un equipo de investigadores de Scripps Research (EE UU) ha descubierto que una estrategia de inmunización en dos partes que permite que el sistema inmunitario pueda generar una respuesta más robusta. Los autores probaron dos tipos de coadyuvantes en un ensayo con ratones, . En un caso, el coadyuvante permitió prolongar la presencia de proteínas del VIH en el organismo. En el otro, se consiguió una mayor respuesta inmunológica. Al combinar los dos compuestos se observó una respuesta de anticuerpos más fuerte y potente que por separado, según se puede ver en Science Translational Medicine. El equipo de científicos considera que sus hallazgos pueden representar un importante impulso en el desarrollo de vacunas frente al VIH.
¿Por qué es difícil conseguir una vacuna frente al VIH?
Las vacunas enseñan al organismo a reconocer virus y bacterias peligrosos y constituyen una de las herramientas biomédicas más eficaces para hacer frente a las infecciones. Tradicionalmente, el desarrollo de una vacuna ha estado ligado al descubrimiento y cultivo del patógeno. Esto ha permitido disponer de inmunizaciones eficaces frente a numerosas enfermedades virales y bacterianas.
Sin embargo, este enfoque no ha funcionado en el caso del VIH. Todos los intentos de desarrollar una vacuna usando métodos clásicos han tenido éxito (véase La Noticia del Día 31/01/2023). Esto se debe a características particulares del virus, como su rapidez para establecer infecciones crónicas poco después de entrar en el organismo, su elevada capacidad de mutación, la protección de las partes menos cambiantes de su estructura, sin olvidar el hecho de que actúa precisamente sobre el propio del sistema inmunitario. Todo ello convierte al desarrollo de una vacuna contra el VIH en uno de los mayores retos científicos actuales.
SMNP y pSer como coadyuvantes
En su trabajo, el equipo de investigación utilizó el inmunógeno MD39, una proteína experimental del VIH capaz de provocar una reacción inmunitaria. Esta proteína sintética se diseñó para simular la envoltura externa del virus.
A partir de este inmunógeno, los autores se centraron en el papel del coadyuvante. En este sentido, se probaron tres estrategias para ver si era posible generar una respuesta inmunitaria más potente: Uso de fosfoserina, uso de nanopartículas de saponina/monofosforil lípido A [MPLA] (SMNP en sus siglas en inglés) y una combinación de ambas.
El uso de fosfoserina (pSer) para marcar a MD39 permite que la proteína se ancle a partículas de hidróxido de aluminio (alumbre), un coadyuvante muy utilizado que potencia la actividad inmunitaria. Esta formulación permite una liberación lenta, prolongando la presencia del antígeno en el organismo y dando a las células inmunitarias más tiempo para reconocer la proteína y generar una respuesta.
Por su parte, el uso de nanopartículas de saponina/MPLA (SMNP) como coadyuvante permite transportar a los componentes de la vacuna a puntos inmunitarios clave, como los folículos de los ganglios linfáticos, regiones donde se produce el “entrenamiento” inmunitario. Estos folículos son ricos en linfocitos B, que son los encargados de generar los anticuerpos.
Juntos, mejor
El tercer y último método probado consistió en usar los dos coadyuvantes al mismo tiempo.
Los resultados del uso conjunto de los dos coadyuvantes resultaron muy reveladores. En ratones, esta combinación mejoró notablemente las respuestas de los centros germinales y la producción de anticuerpos frente a un antígeno del VIH, en comparación con el uso de cada coadyuvante individual por separado.
Así, se observó que aumentó en gran medida el número de linfocitos B, maduraron más rápidamente y se diversificaron cada vez más. Esto último representa un factor crítico para generar anticuerpos capaces de combatir múltiples variantes del VIH (lo que se conoce como anticuerpos ampliamente neutralizantes, considerados fundamentales para que una vacuna sea eficaz). En particular, se comprobó que el antígeno MD39 permaneció detectable en los nódulos linfáticos hasta cuatro semanas después de la inoculación, lo que permitió que la proteína se acumulara en los folículos.
Para los autores, el uso de estos coadyuvantes con mecanismos complementarios parecen mejorar significativamente la inmunidad humoral (las respuestas de anticuerpos), un factor que puede contribuir a desarrollar una vacuna frente al VIH eficaz.
Prueba en humanos
Aunque la estrategia de inmunización completa aún no se ha probado en humanos, en la actualidad se está evaluando el uso del coadyuvante SMNP en un primer ensayo clínico en humanos (HVTN 144). Se espera que tenga un perfil de seguridad similar a Shingrix, una vacuna frente al herpes zóster que se administra también con un potente coadyuvante. A partir de este precedente, se espera que los principales efectos secundarios sean dolor en el punto de inyección y síntomas gripales durante un día.
Fuente: Scripps/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Rodrigues KA, Zhang YJ, Lam J, et al. Vaccines combining slow release and follicle targeting of antigens increase germinal center B cell diversity and clonal expansion. Science Translational Medicine, 18 Jun 2025. Vol 17, Issue 803. DOI: 10.1126/scitranslmed.adw7499
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