El sinhogarismo y la inseguridad habitacional son realidades que afectan profundamente a las personas con el VIH en todo el mundo. Un estudio publicado en The Lancet HIV pone sobre la mesa cifras alarmantes: en EE UU, entre el 9% y el 17% de las personas con el VIH viven en situación de inseguridad habitacional. El trabajo recoge investigaciones realizadas en EE. UU., Europa y Sudáfrica, y ofrece una panorámica detallada de un problema que aún carece de respuesta estructural.
La falta de vivienda no solo pone en riesgo la salud general, sino que también complica el acceso, la continuidad y la eficacia de la atención y el tratamiento del VIH. Las causas son diversas y los contextos varían de un lugar a otro. Sin embargo, una constante es la vulnerabilidad de estas personas frente al VIH.
Además, el trato que reciben estas personas en los centros de salud puede ser discriminatorio. Esto desanima a muchas personas en situación de vulnerabilidad habitacional a la hora de buscar la atención que necesitan. Dicha situación se ve reflejada, por ejemplo, en la adherencia irregular al tratamiento.
Modelos de atención adaptados
Para mejorar la situación, se han desarrollado modelos de atención adaptados. Estos incluyen servicios de bajo umbral, atención móvil y en la calle, así como antirretrovirales de acción prolongada. Estas estrategias aspiran a mejorar los resultados de VIH en personas sin hogar.
El equipo investigador apunta que la investigación futura debería enfocarse en estudios de alta calidad sobre la entrega diferenciada de servicios. También se debería optimizar la implementación de programas de prevención y atención en diversos contextos. La expansión del acceso a la profilaxis preexposición y el tratamiento antirretroviral es esencial, especialmente en países de ingresos bajos y medios.
Además, es fundamental que los modelos de atención consideren las necesidades individuales y culturales de las personas sin hogar. La personalización de los servicios puede aumentar la eficacia de los tratamientos y mejorar la adherencia de los pacientes. Involucrar a las comunidades afectadas en el diseño y evaluación de estos modelos puede garantizar que las soluciones sean relevantes y sostenibles.
Más que tratamiento: soluciones con enfoque social
La investigación insiste en que no se puede separar la salud de las condiciones materiales de vida. Por eso, propone:
- Integrar el estado de la vivienda como una variable clave en las historias clínicas.
- Formular preguntas sin prejuicios, con respeto y confidencialidad.
- Establecer puentes efectivos entre el sistema sanitario y las redes de atención social, vivienda y apoyo comunitario.
Aunque los profesionales de la salud no puedan solucionar directamente la falta de vivienda, pueden jugar un papel crucial facilitando el acceso a recursos, derivaciones y programas locales.
Estigma, discriminación y criminalización
Reconocer que el sinhogarismo y la inseguridad habitacional son problemas complejos es fundamental. Estos involucran factores como el estigma, la discriminación y la criminalización, que se agravan en el clima político y social actual. Para establecer confianza entre el entorno sociosanitario y el paciente, es importante hacer preguntas sin prejuicios, evitar suposiciones y respetar la confidencialidad.
Aunque los clínicos pueden no tener el mandato directo para resolver los problemas de vivienda de un paciente, su papel es vital. Pueden actuar como un puente hacia organizaciones comunitarias locales, regionales o nacionales que ofrecen asistencia. Facilitar estas conexiones es esencial para que los pacientes accedan a los recursos necesarios.
Los profesionales de la salud pueden ayudar sin gastar recursos significativos propios. Al conectar a los pacientes con servicios de apoyo, contribuyen a mejorar su bienestar general. Este enfoque colaborativo puede marcar una diferencia significativa en la vida de las personas que enfrentan inseguridad habitacional.
Conclusiones clave del estudio
- El sinhogarismo impacta significativamente a las personas con el VIH en todo el mundo. Las causas son complejas y varían según el contexto geopolítico y cultural.
- Las personas sin hogar o con vivienda inestable enfrentan mayores riesgos de infección y peores resultados de salud en comparación con quienes tienen vivienda estable.
- Incluso en lugares con cobertura sanitaria universal, el uso de servicios de prevención y tratamiento del VIH es menor entre las personas sin hogar.
- Las barreras del sistema de salud, como la atención fragmentada y el rechazo en entornos médicos, dificultan su acceso a la atención del VIH.
- Modelos de atención centrados en la persona, como la atención de bajo umbral, móvil y en la calle, y el uso de medicamentos antirretrovirales de acción prolongada, son estrategias viables para mejorar los resultados del VIH en esta población.
- Integrar la evaluación de vivienda en la atención médica es esencial para abordar eficazmente el VIH.
Fuente: TheBodyPro/Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Dombrowski JC, Corcorran MA, Carney T, et al. The impact of homelessness and housing insecurity on HIV. The Lancet HIV, Volume 12, Issue 6, e449 – e458. DOI: 10.1016/S2352-3018(25)00048-7
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