Vacunas contra el SIDA en perspectiva

Imagen: VAXLit en perspectivaEsta publicación aborda aspectos como la necesidad de una vacuna contra el SIDA, por qué la investigación en vacunas debe constituir un esfuerzo mundial por compleja que sea la labor. También se explica por qué las candidatas a vacuna contra el SIDA no pueden provocar la infección por VIH.

El equipo de IAVI

El mundo necesita una vacuna contra el sida


Actualmente, no se dispone de ninguna vacuna contra el SIDA, aunque existen numerosas candidatas potenciales en distintas etapas de desarrollo y prueba. Las personas no infectadas por el VIH podrían emplear una vacuna preventiva para protegerse frente a la infección o la enfermedad en caso de una futura exposición al virus.

Jamás se ha podido detener ninguna epidemia viral sin el uso de vacunas, por lo que constituyen la mayor esperanza del mundo para poner fin a la propagación del VIH.

Nunca habrá una solución única frente al VIH/SIDA, por lo tanto, cualquier futura vacuna tendrá que utilizarse en combinación con otras intervenciones preventivas y de tratamiento, como los preservativos, la circuncisión masculina y la terapia antirretroviral.

Imagen: Investigación sobre vacunas del sida

El desarrollo de una vacuna contra el SIDA es complejo, pero posible


Desarrollar una vacuna contra el VIH plantea un grado de dificultad que no se había encontrado al elaborar otras vacunas.

Las estrategias para obtener vacunas que han funcionado bien contra otras enfermedades, tales como el sarampión, se basan en emplear formas debilitadas del virus. Este enfoque no se utiliza en el caso de las vacunas contra el SIDA, debido a la preocupación porque la forma debilitada del VIH acabe transformándose en otra forma capaz de provocar la infección. Otro reto es que el virus muta con rapidez y puede evadir las respuestas inmunitarias de muchas personas, lo que dificulta el estudio del VIH y de las respuestas del organismo. Éstos representan apenas un par de los obstáculos a los que se enfrentan los investigadores en el campo de las vacunas contra el SIDA.

Sin embargo, existen sólidos motivos científicos para creer que es posible conseguir una vacuna. La mayor parte de las personas controlan el VIH durante muchos años antes de progresar a SIDA; un pequeño número de ellas nunca contrae el virus a pesar de exponerse repetidamente al mismo. Los estudios con primates no humanos evidencian que es posible prevenir por completo la infección. Estas sólidas pruebas en humanos y animales invitan a pensar a los expertos que una vacuna es posible.

La investigación en vacunas contra el SIDA debe constituir un esfuerzo mundial

La investigación debe realizarse en los países y poblaciones más afectados por la epidemia a escala global. Esto ayudará a determinar si una vacuna resultará segura y eficaz para estas poblaciones y a garantizar que la futura vacuna, una vez se demuestre su seguridad y eficacia, puede introducirse con rapidez allí donde más se necesita. Véase más abajo subtipos del VIH.

La investigación en vacunas contra el SIDA está en marcha tanto en los países occidentales como en aquellos en vías de desarrollo. Habitualmente, los ensayos en estos últimos países son dirigidos por investigadores locales que colaboran con científicos y patrocinadores de otros países. Estas colaboraciones ayudan a garantizar que los esfuerzos en investigación tienen relevancia a escala regional y que los ensayos se llevan a cabo de forma apropiada y son aceptados por las comunidades que albergan los estudios.

El esfuerzo mundial dirigido a la investigación en vacunas contra el VIH es algo más que una empresa científica. La implicación activa de partes interesadas, como los artífices de políticas y los grupos de la sociedad civil, constituye una parte integral del mantenimiento de los compromisos políticos, sociales y económicos en este campo, a nivel local, nacional y mundial.

¿Influye el subtipo del VIH en el desarrollo de una vacuna?

Aunque el objetivo principal es conseguir una vacuna que se pueda utilizar en todo el mundo, todavía se desconoce si esta meta es alcanzable.

Existen diferentes formas del VIH, denominadas subtipos, en distintas partes del mundo. En el planeta se han identificado más de nueve subtipos principales del virus.

En la actualidad, se ignora si una vacuna será capaz de proteger frente a distintos subtipos virales. En consecuencia, es importante probar las candidatas en distintas partes del mundo donde se encuentren diferentes subtipos.

La investigación en vacunas contra el SIDA debe constituir un esfuerzo mundial

La investigación debe realizarse en los países y poblaciones más afectados por la epidemia a escala global. Esto ayudará a determinar si una vacuna resultará segura y eficaz para estas poblaciones y a garantizar que la futura vacuna, una vez se demuestre su seguridad y eficacia, puede introducirse con rapidez allí donde más se necesita. Véase el recuadro de la izquierda sobre subtipos del VIH.

La investigación en vacunas contra el SIDA está en marcha tanto en los países occidentales como en aquellos en vías de desarrollo. Habitualmente, los ensayos en estos últimos países son dirigidos por investigadores locales que colaboran con científicos y patrocinadores de otros países. Estas colaboraciones ayudan a garantizar que los esfuerzos en investigación tienen relevancia a escala regional y que los ensayos se llevan a cabo de forma apropiada y son aceptados por las comunidades que albergan los estudios.

El esfuerzo mundial dirigido a la investigación en vacunas contra el VIH es algo más que una empresa científica. La implicación activa de partes interesadas, como los artífices de políticas y los grupos de la sociedad civil, constituye una parte integral del mantenimiento de los compromisos políticos, sociales y económicos en este campo, a nivel local, nacional y mundial.

Los ensayos de vacunas contra el SIDA se realizan de forma ética

Todos los ensayos clínicos, incluidos los de vacunas contra el SIDA, han de someterse a una cuidadosa revisión antes de recibir la aprobación para su inicio, a fin de garantizar su solidez desde el punto de vista científico y ético. Los ensayos de vacunas contra el SIDA siguen unas estrictas directrices éticas internacionales y son sometidos a evaluación por parte de comités de revisión locales. La revisión de los estudios garantiza la protección del bienestar y los derechos de cada voluntario. Entre los ejemplos de salvaguarda de los voluntarios se incluyen la confidencialidad, el derecho a abandonar el ensayo en cualquier momento y el consentimiento plenamente informado y sin presiones.

Cuando una persona está decidiendo si participar o no en un ensayo, debe entender por completo la información clave respecto al mismo para poder tomar una decisión informada. La revisión del estudio por parte de organismos regulatorios locales y nacionales ayuda a garantizar que nadie (amigos, familia o personal del ensayo) esté influyendo de forma abusiva sobre los voluntarios para que tomen parte en el ensayo.

Las candidatas a vacuna contra el SIDA no pueden provocar la infección por VIH

Es imposible que un voluntario se infecte por el VIH debido a la vacuna experimental, ya que estas candidatas no contienen el virus.
Las candidatas a vacuna incorporan únicamente copias de fragmentos del material genético del virus. El objetivo de estas pequeñas moléculas es lograr que el organismo genere una respuesta inmunitaria frente al VIH, pero, por sí mismas, no pueden provocar la infección.

Todas las personas deberían protegerse a sí mismas frente al VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Los participantes en un ensayo clínico NO deberían dar por sentado que la vacuna experimental les va a proteger frente a la infección por VIH. De hecho, el objetivo de la investigación es averiguar si la candidata a vacuna funciona.

Cuando los ensayos comienzan, los investigadores no saben con seguridad cómo va a afectar la candidata sobre el riesgo de infección o enfermedad por VIH si la persona se ve expuesta al virus por distintas vías, como la sexual. El nivel de riesgo podría ser menor, igual o mayor que si el voluntario no hubiera recibido la vacuna experimental.

A pesar de los esfuerzos para ayudar a que los voluntarios reduzcan su riesgo de infección, algunos pueden adquirir el VIH. Estas infecciones no están provocadas por la candidata a vacuna, sino que se deben a la exposición al virus por vía sexual o debido al consumo de drogas inyectables. Aunque los voluntarios reciben counselling sobre el modo de prevenir la infección, algunas personas pueden seguir adoptando conductas de riesgo o verse expuestas al virus por otras vías. Los voluntarios que se infectaron por VIH por vía sexual, u otro tipo de exposición, tienen acceso a la atención médica del modo acordado con las partes interesadas a nivel nacional y local. Todas las personas infectadas tendrían que recibir unos servicios integrales de tratamiento, atención y counselling para el VIH.

Deben abordarse los temas del acceso y la introducción


Algunas figuras clave en el ámbito de la vacuna contra el SIDA ya están abordando las cuestiones del acceso de las personas que más necesitarán la vacuna una vez esté disponible. Se están desarrollando nuevas estrategias para ayudar a garantizar que las vacunas serán asequibles, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Esto sólo puede suceder mediante colaboraciones y acuerdos entre numerosas partes, incluyendo gobiernos, donantes, organizaciones internacionales y el sector privado.

Proporcionar información clara y precisa respecto a las vacunas contra el SIDA será especialmente importante una vez estén disponibles. Con mucha probabilidad, las primeras vacunas contra el SIDA tendrán una eficacia parcial, lo que significa que no podrán prevenir la infección por el VIH en todas las personas inoculadas. Será muy importante que éstas entiendan que recibir una vacunación no garantiza la protección frente a la infección, por lo que deberían seguir manteniendo otros métodos de prevención del VIH. Cuando se introduzcan las vacunas, deben mantenerse en marcha los esfuerzos en salud pública para alentar el uso de métodos como el empleo de preservativos y jeringuillas limpias.

Incluso una vacuna contra el SIDA con una eficacia parcial puede tener un impacto significativo sobre la epidemia mundial si se administra a un gran porcentaje de la población.

El acceso por parte de las poblaciones afectadas debería estar en la primera línea de los esfuerzos de introducción de las vacunas contra el SIDA.

Sobre IAVI

El propósito de IAVI es garantizar el desarrollo de vacunas preventivas contra el VIH que resulten seguras, eficaces y accesibles para su uso en todo el mundo. En su calidad de partenariado público-privado sin ánimo de lucro, IAVI investiga y desarrolla candidatas a vacunas, lleva a cabo análisis politicos y actúa como defensor de este campo. Esta entidad apuesta por una estrategia integral frente al VIH y SIDA que equilibre la expansión y fortalecimiento de los actuales programas de prevención, tratamiento y atención del VIH con las inversiones en nuevas herramientas preventivas del virus.

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