De acuerdo con los resultados de un estudio europeo publicado recientemente en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, una de cada cinco personas con el VIH tiene dificultades para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. Por lo general, se considera que estas dificultades son debidas a problemas cognitivos, como por ejemplo pérdida de memoria, dificultades para resolver problemas, concentración disminuida o lapso de atención reducido. No obstante, los autores de este estudio señalan que los pacientes con dificultades para ejecutar las actividades de la vida diaria tienen más probabilidades de padecer otras comorbilidades, tener depresión o ansiedad y tener dificultades para hacer frente a las necesidades básicas. Por este motivo, los investigadores consideran que deberían descartarse primero otras condiciones y/o situaciones estresantes antes de concluir que la causa subyacente de los problemas de ejecución sea un deterioro de la función cognitiva.
Estudios previos han hallado una alta prevalencia de deterioro cognitivo en personas con el VIH. En muchos casos, el deterioro es tan leve que no tiene ningún impacto en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (véase La Noticia del Día 16/07/2013).
Para diagnosticar la progresión de deterioro neurocognitivo de asintomático a leve, se suele realizar una evaluación de las dificultades autoinformadas para la ejecución de las actividades de la vida diaria. La prueba más utilizada es la escala de Lawton y Brody modificada que incluye preguntas sobre 16 actividades diferentes donde la progresión de deterioro neurocognitivo de asintomático a leve se define como la aparición de dificultades para realizar dos o más de las actividades de la vida diaria atribuibles por el individuo a problemas cognitivos.
Los investigadores del estudio CIPHER quisieron evaluar la validez de esta prueba, determinar los factores asociados con las dificultades para realizar las actividades de la vida diaria y los síntomas de deterioro cognitivo, en una cohorte de 448 personas con el VIH inscritas entre los años 2011 y 2013 en cinco hospitales europeos. El estudio CIPHER evalúa la prevalencia de deterioro cognitivo en personas con el VIH, las características asociadas y el impacto en las conductas de riesgo.
El 87% de los participantes era de etnia blanca; el 84% eran hombres; y la media de edad fue 46 años. El 89% del total estaba tomando tratamiento antirretroviral; el 81% presentaba la carga viral indetectable (<50 copias/ml); la mediana del recuento de CD4 era de 550 células/mm3 y, en promedio, llevaban diagnosticados 10 años.
Los participantes completaron una serie de pruebas computarizadas y cuestionarios a mano. Además, se recopiló información autoinformada sobre la situación laboral, el nivel de ingresos y de estudios, así como el uso de sustancias y otros datos clínicos de interés.
Los resultados de las diferentes pruebas mostraron que un 31% de los participantes refirieron dificultades para la ejecución de dos o más de actividades de la vida diaria, de los cuales un 21% atribuyeron estas dificultades a problemas cognitivos. Las actividades en las que más dificultades refirieron tener fueron las actividades sociales, el trabajo, tareas de limpieza, leer o ver la televisión.
Se asoció una variedad de factores con las dificultades autoinformadas para realizar actividades de la vida diaria atribuibles al deterioro cognitivo. Tras ajustar los resultados por potenciales factores de confusión (edad, sexo, etnia, nivel educativo y centro de estudios), se observó una asociación significativa entre las dificultades en las actividades de la vida diaria y un emporamiento del tiempo de reacción, de la capacidad de atención y de la memoria de trabajo, todos ellos síntomas clave del deterioro cognitivo. Otros factores significativos fueron la dificultad para hacer frente a las necesidades básicas, no poder trabajar o estar desempleado, depresión, ansiedad y haber recibido el diagnóstico de VIH cinco años atrás, como mínimo.
Por otro lado, los investigadores también hallaron que determinados factores se asociaron con síntomas autoinformados de deterioro cognitivo. Entre estos, figura un menor rendimiento en las pruebas utilizadas para evaluar el deterioro cognitivo –una disminución del tiempo de reacción, de la capacidad de atención, de la memoria de trabajo, de la memoria verbal y la fluidez verbal–. Otros factores significativos fueron niveles más bajos de formación educativa, comorbilidades, pobreza, desempleo, ansiedad, depresión y haber transcurrido diez o más años desde el diagnóstico del VIH.
Según los autores, “las relaciones entre deterioro cognitivo, bajo estado de ánimo y deterioro del funicionamiento diario son complejas y multidireccionales”.
Las pruebas utilizadas en este estudio para evaluar las dificultades en la ejecución de las actividades de la vida diaria y el deterioro cognitivo no tuvieron el nivel de precisión que sería aceptable para ser utilizadas como pruebas diagnósticas. La prueba para evaluar la realización de las actividades de la vida diaria tuvo una sensibilidad del 40% y una especificidad del 78%, mientras que la prueba de evaluación del deterioro cognitivo tuvo una sensibilidad del 48% y una especificidad del 69%. De esto se desprende que solamente la mitad de los casos reales de deterioro cognitivo serían diagnosticados y que a una tercera parte aproximadamente de las personas se les diagnosticaría de forma incorrecta deterioro cognitivo.
Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto la importancia de realizar una correcta evaluación de la ejecución los actividades de la vida diaria teniendo en cuenta que las dificultades observadas en algunas personas con el VIH para realizar dichas actividades pueden ser debidas a causas distintas al deterioro cognitivo, como por ejemplo la depresión.
Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Laverick R, Haddow L, Daskalopoulou M, et al. Self-reported difficulties with everyday function, cognitive symptoms and cognitive function in people with HIV. J Acquir Immune Defic Syndr, online edition. DOI: 10.1097/QAI.0000000000001468 (2017).
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