Un estudio publicado en AIDS ha concluido que los hombres con el VIH tendrían un riesgo de padecer problemas en la función pulmonar superior al observado en hombres sin el VIH. La investigación, llevada a cabo entre 2017 y 2018, contó con participantes del Estudio Multicéntrico de Cohortes del Sida (MACS, en sus siglas en inglés), una cohorte formada por hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) con o sin el VIH.
El objetivo principal del presente estudio fue comparar la función pulmonar de hombres con el VIH con la de hombres sin el VIH por medio de dos técnicas: espirometría (que obtiene dos parámetros: FEV1 [acrónimo en inglés de volumen espiratorio forzado en 1 segundo] y FVC [capacidad vital forzada, en sus siglas en inglés, máximo volumen exhalado partiendo de una inspiración máxima]) y capacidad de difusión de monóxido de carbono (nombrada bajo el acrónimo en inglés DLCO).
Tanto la espirometría como la DLCO son sencillas de realizar y se llevan a cabo rutinariamente en centros sanitarios. Su combinación permite evaluar diversos aspectos de la función pulmonar. Así, la espirometría mide el flujo de aire que entra y sale de los pulmones, mientras que la DLCO mide la capacidad de los pulmones para transferir el oxígeno presente en el aire inspirado al torrente sanguíneo (aunque en la prueba se utiliza una pequeña cantidad de monóxido de carbono en vez de oxígeno por tener mayor afinidad por los glóbulos rojos e incrementar, así, la sensibilidad de la prueba).
En cuanto a los valores de referencia en adultos sanos, el porcentaje que representa el FEV1 de la FVC debe ser del 70% o superior, mientras que el resultado de la DLCO debe ser de, como mínimo, el 75% del calculado a partir de determinadas características de la persona (sexo, altura, peso y etnia).
El VIH se ha identificado como un factor de riesgo de desarrollo de enfisema (daño en los alveolos pulmonares), limitaciones en el flujo de aire espirado (véase La Noticia del Día 16/03/2012), anomalías en el intercambio de gases y síntomas respiratorios. Partiendo de esta base, los investigadores establecieron la hipótesis de trabajo de que los hombres con el VIH presentarían peores resultados en las pruebas de función respiratoria que aquellos sin el VIH.
Un total de 1.176 participantes (el 90% de los integrantes de la cohorte del estudio MACS) fueron incluidos en el estudio, en el que se realizaron 1.067 espirometrías y 1.042 pruebas de la DLCO. Los participantes también cumplimentaron cuestionarios sobre su calidad de vida y sintomatología respiratoria.
Cabe tener en cuenta que la cohorte del estudio MACS tiene una mediana de la edad de 57 años, un hecho a destacar, pues el envejecimiento puede afectar de forma notable a la función pulmonar y, además, los niveles de tabaquismo o de historial de hábito tabáquico son mayores en personas de mayor edad.
Entre los participantes con el VIH, el 35% refirió el uso de marihuana, el 26% eran fumadores en el momento de su participación en el estudio y el 42% manifestaron haber sido fumadores en el pasado. Entre los participantes sin el VIH, el 25% refirió el uso de marihuana, el 20% eran fumadores en el momento de su participación en el estudio y el 49% manifestaron haber sido fumadores en el pasado
En el momento de su participación en el estudio, el 90% de los participantes con el VIH estaban en tratamiento antirretroviral y el 88,8% tenían carga viral indetectable. Sus recuentos de CD4 eran altos (en promedio, de 674 células/mm3). Los recuentos de CD4 nadir se movieron en un rango entre las 235 células/mm3 y las 525 células/mm3. En estos mismos participantes seropositivos, las prevalencias de historial de sida (7,6%), de neumonía por Pneumocystis (2,9%), hepatitis B (3,1%) y hepatitis C (7,3%) eran bajas.
Respecto a los participantes sin el VIH, los participantes con el VIH eran más jóvenes y tenían una mayor probabilidad de ser de etnia negra, de ser fumadores durante su participación, de consumir drogas recreativas y de estar infectados por hepatitis virales y una menor probabilidad de haber entrado en la cohorte en la ola inicial de inclusión (1984-1985). Algunos de los análisis se hicieron teniendo en cuenta estos potenciales factores de confusión.
Globalmente, la mediana del FEV1 y de la DLCO fueron, respectivamente, del 97% y del 85% de los valores normales. Sin ajustar los resultados, el FEV1 fue similar en ambas poblaciones, pero este hecho cambió al ajustar los resultados en función de diversos factores de confusión, cuando se halló que el FEV1 era un 2,2% inferior en aquellos participantes con el VIH (diferencia, no obstante, sin significación estadística).
Los participantes con el VIH también presentaron unos valores de la DLCO inferiores a los de aquellos sin el VIH en un 2,6%. Además, el 39% de los participantes con el VIH tenían una DLCO inferior al 80% de su valor de referencia (dicho porcentaje fue solo del 33% entre los participantes sin el VIH). Los casos más severos de disminución de la DLCO –por debajo del 60% de su valor de referencia– se dieron en el 5,8% de los participantes con el VIH y en el 3,2% de aquellos sin el VIH, lo que se tradujo en el triple de riesgo de padecer dicha condición entre quienes tenían con el VIH (cociente de probabilidades ajustado [CPa]: 2,97; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,36-6,47).
Sobre estos resultados, los investigadores manifestaron que su principal hallazgo fue que el estado serológico al VIH tendría un mayor efecto negativo sobre el intercambio de gases (medido utilizando la DLCO) que sobre la obstrucción de las vías respiratorias (medida utilizando la espirometría y obteniendo el FEV1).
Los datos obtenidos permitieron establecer que, a mayor tiempo en tratamiento antirretroviral, peores resultados de la DLCO sin que ello se tradujera en peores datos espirométricos. Ello podría deberse a daños pulmonares producidos por toxicidad de los antirretrovirales o por el síndrome de reconstitución inmunitaria.
Mayores niveles de CD4 nadir se asociaron a mayores niveles de DLCO. Ello podría deberse a un menor impacto de infecciones oportunistas capaces de alterar la función pulmonar.
De forma aparentemente contradictoria, los niveles de CD4 durante el estudio se relacionaron negativamente con los valores de FEV1. Así, como mayores eran los niveles de CD4 menores eran los de FEV1 (y, en cambio, mayores eran los de DLCO). Los investigadores manifestaron que dichos hallazgos aparentemente contradictorios muestran las complejas relaciones entre los diversos factores y las pruebas de medición utilizadas. En todo caso, será importante seguirlas investigando para esclarecerlas.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Kunisaki KM et al. Lung function in men with and without HIV. AIDS 34: 1227-1235, 2020. doi: 10.1097/QAD.0000000000002526
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