Tras la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), a finales de la década de 1990, se ha producido un envejecimiento progresivo de la población con VIH. Este hecho, que de por sí es una buena señal porque indica la cronificación de la infección, lleva consigo una parte negativa como es el mayor riesgo de experimentar la acumulación de complicaciones en el estado de salud no relacionadas directamente con el VIH, fenómeno conocido como “multimorbilidad”.
La multimorbilidad es un asunto discutido con frecuencia en el contexto del envejecimiento asociado al VIH, pero un equipo de investigadores estadounidenses percibió que podría existir cierta relación entre dicha multimorbilidad y la obesidad, ya que el 45% de las personas con VIH, antes de iniciar el tratamiento antirretroviral, presentan sobrepeso u obesidad (definidos como un índice de masa corporal [IMC] de entre 25 y 29,9 kg/m2, en el caso del sobrepeso, y de 30 kg/m2 o superior, en el caso de la obesidad). Como dicho porcentaje de sobrepeso u obesidad se da en personas que todavía no toman antirretrovirales, no puede tratarse de un efecto adverso relacionado con los medicamentos, por lo que debería estar asociado a la infección por VIH.
Para explorar las conexiones entre obesidad y multimorbilidad en personas con VIH, los investigadores examinaron los registros clínicos de 1.844 personas atendidas en la principal clínica especializada en VIH asociada a la Universidad de Alabama en Birmingham (EE UU). Los participantes tenían una edad media de 44 años, el 46% eran de etnia blanca, el 77% eran hombres y el 59% eran hombres que practican sexo con hombres (HSH).
En el estudio, el concepto multimorbilidad fue definido como vivir con VIH y presentar, al menos, una afección de dos en tres grupos predefinidos. El primero de ellos incluía hipertensión, diabetes, enfermedad renal crónica y gota. El segundo grupo estaba formado por alteraciones en el estado de ánimo, úlcera péptica, osteoartritis, apnea del sueño, problemas cardíacos, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y elevaciones de los niveles de colesterol y/o triglicéridos. El último grupo incluía infección por el virus de la hepatitis C (VHC) y abuso del consumo de alcohol, de drogas ilegales o de tabaco.
La prevalencia de multimorbilidad fue del 65%. En el grupo sin sobrepeso, el porcentaje osciló entre el 56 y el 62%, mientras que en el grupo con sobrepeso u obesidad, osciló entre el 67 y el 69%.
A partir de estos datos, los investigadores calcularon que el sobrepeso o la obesidad incrementaban la probabilidad de padecer multimorbilidad en un 52%.
Los autores del estudio destacaron que los presentes hallazgos podrían ayudar al manejo de la multimorbilidad en el contexto de la infección por VIH. Ello pone de manifiesto que la atención médica de las personas con VIH no debe limitarse a valorar los recuentos de CD4 o la carga viral, sino que necesita de una evaluación de múltiples factores de riesgo y de la realización de intervenciones dirigidas a reducirlos para mejorar la calidad y la esperanza de vida de las personas seropositivas.
Fuente: Aidsmeds.
Referencia: Kim DJ, Westfall AO, Chamot E, et al. Multimorbidity patterns in HIV-infected patients: the role of obesity in chronic disease clustering. J Acquir Immune Defic Syndr. 2012 Sep 27. [Epub ahead of print].
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