De acuerdo con los resultados de un estudio publicado en la revista AIDS, los hombres gais y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) que viven en países europeos con leyes y actitudes que estigmatizan a las minorías sexuales se ven obligados a menudo a ocultar su orientación sexual, no disponen de los servicios y recursos preventivos necesarios para cubrir sus necesidades y tienen conductas sexuales de alto riesgo.
Aproximadamente 180.000 participantes de 38 países europeos respondieron en 2010 la Encuesta Europea para hombres que practican sexo con otros hombres (EMIS, en sus siglas en inglés), lo que la convierte en el estudio internacional más grande que se haya efectuado hasta el momento en esta población. El objetivo de este estudio fue obtener información sobre conocimientos, actitudes y conductas de los hombres gais y otros HSH en relación con la infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual. La recogida de información se realizó a través de internet, utilizando un cuestionario online alojado en los principales portales europeos de contactos sexuales para HSH.
Este estudio ha sido también una oportunidad para investigar el impacto del estigma en el ocultamiento de la orientación sexuales y las necesidades de prevención del VIH no cubiertas en los 38 países europeos incluidos en la investigación.
El estigma a nivel nacional se evaluó revisando la legislación y las políticas discriminatorias hacía los gais y otros HSH. Los investigadores pudieron observar que, en términos de legislación, existe una gran variabilidad entre los diferentes países europeos siendo Rusia y Ucrania los países con las legislaciones menos favorables y Suecia, con la más favorable.
Las actitudes hacia los gais y otros HSH se evaluaron a través de la Encuesta Europea de Valores realizada en 2008. Dicho estudio incluyó preguntas que permitieron conocer para cada país la proporción de personas que pensaban que la homosexualidad podría estar justificada; el grado en el que estaban de acuerdo en que las parejas del mismo sexo pudieran adoptar niños; o el porcentaje de personas que no les importaría tener por vecinos una pareja homosexual.
A los participantes del estudio EMIS se les preguntó si ocultaban su orientación sexual, si habían sido diagnosticados de VIH y cuántas parejas sexuales ocasionales habían tenido el año anterior. Además, a los hombres gais y otros HSH que participaron en la encuesta se les formuló una serie de preguntas para evaluar su grado de conocimiento sobre prevención del VIH, sus conductas sexuales de riesgo y el acceso a servicios de prevención del VIH.
Los resultados muestran que los hombres que manifestaron tener que ocultar mucho su orientación sexual tuvieron más probabilidades de ser más jóvenes (p<0,001), de no tener pareja (p<0,001), de tener trabajo (p<0,01), de vivir en ciudades y pueblos más pequeños (p<0,001), de tener un nivel educativo más bajo (p<0,001), y de vivir en países con niveles elevados de estigma hacia los hombres gais y otros HSH (p<0,001).
Precisamente los hombres que vivían en países con niveles elevados de estigma tuvieron menos probabilidades de tener un diagnóstico de VIH (cociente de riesgo ajustado [CRa]: 0,68; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,57-0,82) y tener menos parejas sexuales (CRa: 0,75; IC95%: 0,67-0,83). Sin embargo, hubo indicios claros de que el estigma se asoció con un aumento del riesgo del VIH. Vivir en un país con niveles elevados de estigma se relacionó con una cobertura inadecuada de servicios de prevención del VIH (p<0,001), un conocimiento menor sobre el VIH (p<0,001), un tasa menor de realización en el año anterior de la prueba de detección del VIH o de otras infecciones de transmisión sexual (p>0,01), prácticas sexuales anales no protegidas con parejas ocasionales (p<0,01) y no realizar counselling antes y después de la prueba del VIH (p<0,01).
El estigma a nivel nacional fue un factor pronóstico de las probabilidades de ocultar la orientación sexual (CRa: 2,47; IC95%: 2,10-2,91). La ocultación se asoció, a su vez, con un menor acceso a servicios del VIH, a un grado de conocimiento menor sobre la prevención del VIH, y a niveles más elevados de riesgo en las prácticas sexuales.
En sus conclusiones, los investigadores señalan que los responsables de la salud pública deberían fomentar la autoexpresión de manera abierta entre todos los individuos y promover cambios estructurales y políticos que la faciliten independientemente de la orientación sexual y de las asociaciones entre estigma, ocultación y salud.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Pachankis JE et al. Hidden from health: structural stigma, sexual orientation concealment, and HIV across 38 countries in the European MSM Internet Survey. AIDS 29; 1239-46, 2015.
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