La empresa global de la vacuna del SIDA

Joan Tallada
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España: no sabe, no hace

No es fácil ver en una misma sala a personajes como David Ho, director de investigación de SIDA del Centro Aaron Diamond, Giuseppe Pantaleo, de la red de investigación en vacunas EuroVacc, Seth Berkley, de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el SIDA (IAVI, en sus siglas en inglés), Helene Gayle, Directora del Programa de SIDA, tuberculosis y salud reproductiva de la Fundación Gates o Margaret Johnston, Directora del Programa de Investigación en Prevención y Vacunas de SIDA de los NIAID estadounidenses, por citar sólo algunos nombres.

Pues los pude ver junto a otras personas, entre científicos, representantes de compañías farmacéuticas, técnicos de la administración pública y activistas comunitarios, incluido este redactor, hasta llegar a los 60. Fue el lunes y martes de esta misma semana, en Londres, invitados por el Departamento de Cooperación al Desarrollo del Gobierno Británico (DFID, en sus siglas en inglés) y bajo el patrocinio de los NIH de EE UU y la Fundación Bill &Melinda Gates.

El objetivo del encuentro fue discutir la articulación de la Global HIV/AIDS Vaccine Enterprise (GHAVE), una idea tan sugerente como difícil de concretar y aun de traducir al castellano. “Enterprise” significa empresa, aunque aquí no se le da el sentido de negocio privado, sino de emprendimiento conjunto para la consecución de un objetivo común. Quizá sería más acertado, desde el punto de vista lingüístico traducir este término por iniciativa, pero entonces se crearía confusión respecto a IAVI.

Como digo, no es fácil que personas e instituciones tan diferentes lleguen a ponerse de acuerdo, y de hecho fue un debate rico y franco. Todos los participantes coincidieron en sumar esfuerzos, ya que a pesar del trabajo realizado, la inversión en investigación y desarrollo de vacunas contra el SIDA sigue siendo claramente insuficiente: sólo el 2% del total mundial que se dedica a esta dolencia. 

Hay que conseguir más recursos, clarificar las preguntas científicas básicas, intentar responderlas, evitar redundancias en los procesos, compartir información, dar apoyo a los prototipos en fase clínica y dilucidar los aspectos éticos de la investigación y desarrollo en vacunas del SIDA. La cuestión es cómo poner de acuerdo a todos esos actores, con agendas no sólo distintas sino incluso a veces contrapuestas. 

Pero la voluntad es clara, y grandes donantes como la Fundación Gates , los Gobiernos de EE UU y el del Reino Unido están detrás. También Manuel Romaris, de la Comisión Europea , afirmó que “es muy importante presentar a los políticos una idea de trabajo en red a favor de la vacuna contra el SIDA; si la idea es buena y tiene una gran mayoría detrás, el dinero llegará a continuación”.

Quien no parece estar por la labor es España. Hoy el diario El País publica una entrevista a la Ministra de Sanidad en la que se le pregunta por la escasa aportación de nuestro gobierno a los esfuerzos internacionales frente al VIH/SIDA, que es nula en el caso de las vacunas y microbicidas.

La respuesta tal cual dice: “En este momento hacemos una aportación al Fondo Global [50 millones de dólares en dos años]. Se están intentando desarrollar vacunas para el sida, pero las organizaciones implicadas están dispersas. Cuando todo esto se organice será el momento de decidir si las aportaciones del Estado van al Fondo Global o a la búsqueda de vacunas.”

Por partes. La aportación al Fondo Global es palmariamente insuficiente si la comparamos con países de nuestro entorno, como el Reino Unido, Francia o la misma Italia, que está donando más de 100 millones de euros anuales.

Después, no son tantos los grupos que están trabajando en vacunas, y la mayoría y más importantes estuvieron en Londres precisamente intentando coordinarse: ¿por qué no estaba allí el gobierno español? De hecho, ¿qué está haciendo este gobierno para contribuir a una menor dispersión, a una mayor coordinación, a un mayor esfuerzo?. 

Finalmente, no se trata de quitar al Fondo para dar a vacunas (y microbicidas, que ni menciona, tal vez no sepa lo que son), sino de aumentar la aportación española total de forma sustancial para dar una respuesta comprehensiva al desafío mundial que supone el VIH/SIDA, integrando el apoyo a la prevención estándar, el acceso a tratamientos y las nuevas tecnologías de la prevención, como las vacunas y los microbicidas. Es decir, no es o el Fondo Global o las vacunas, sino las dos cosas. 

En investigación y desarrollo de vacunas preventivas del SIDA, el Gobierno español ni sabe, ni hace, a pesar de que el Parlamento le ha instado a ello (véase La Noticia del Día 11/05/05). Un país singular, no hay duda.

Fuente: Elaboración propia.

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