Los hallazgos procedentes de tres estudios realizados con personas transgénero (uno de ellos con mujeres trans y dos con hombres trans) revelan que a pesar de que esta población se ve afectada de forma desproporcionada por el VIH, existen muy pocos datos sobre ella en los sistemas de información y monitoreo de la salud pública y es necesario que en el diseño de estrategias preventivas frente a esta infección se tengan en cuenta las características y necesidades específicas de estas personas que suelen tener más dificultades para acceder a los sistemas sanitarios. Las conclusiones de los respectivos estudios fueron publicadas en Lancet HIV y Journal of the International AIDS Society.
El primero de los estudios mencionados se centró en la población de mujeres trans en EE UU, cuya prevalencia del VIH se estima en un 14%, muy por encima de la de la población general. En el ensayo participaron 1.312 mujeres trans sin el VIH, de las que 15 adquirieron la infección en el transcurso del seguimiento, lo que equivale a una incidencia del 0,55% anual. Ninguna de estas mujeres estaba tomando la profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP), aunque algunas sí lo habían hecho en el pasado. Esto sugiere que es necesario implementar estrategias dirigidas a esta población para promover el inicio, la adherencia y la retención en este servicio preventivo.
Se observó que las mujeres trans con mayor nivel educativo y socioeconómico y aquellas que solicitaron servicios de transición de género fueron menos propensas a adquirir el VIH. A pesar de que existen distintas explicaciones para esta observación, los resultados resaltan la importancia de que existan servicios de transición de género para los resultados de salud de estas personas.
Sin embargo, a pesar de esta cifra tan elevada de incidencia y prevalencia del VIH los autores del estudio se vieron sorprendidos por la elevada tasa de muertes prematuras (0,33% al año) por causas no relacionadas con el virus, como asesinatos, suicidios, sobredosis, etc., lo que revela la situación de vulnerabilidad en la que viven estas personas y que las hace tener menos opciones de acceder a la atención sanitaria, incluyendo aquí las estrategias preventivas del VIH.
Estos hallazgos son importantes a la hora de planificar estrategias de prevención del VIH y políticas de ayuda a las poblaciones vulnerables. Según los autores, el hecho de centrarse de forma exclusiva en la prevención del VIH supone perder la oportunidad de abordar otras amenazas para la vida de las poblaciones clave en los servicios y programas relacionados con el VIH.
Por otro lado, otros dos estudios se centraron en la población de hombres trans de Nueva York (EE UU) y Alemania y de sus conclusiones se extrae que estas personas también tienen una prevalencia del VIH superior a la de la población general.
El estudio alemán usó datos de la Encuesta Europea para hombres que practican sexo con otros hombres (EMIS, en sus siglas en inglés) para comparar los resultados de los hombres gais bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) comparando los resultados entre los hombres cis y trans.
En lo que respecta a la salud mental, se comprobó que los hombres trans fueron cuatro veces más propensos a sufrir cuadros graves de ansiedad y depresión que los hombres GBHSH cis y también tendieron a tener más ideas suicidas (41% frente al 16%).
También se detectaron diferencias en el grado de satisfacción con la vida sexual y, en este sentido, los hombres trans estaban se mostraban más descontentos al respecto que los cis. Además, los hombres trans tendieron más que los cis a considerar que sus relaciones sexuales eran menos seguras de lo que deseaban y señalaron una menor capacidad para decir no a relaciones sexuales no deseadas. Como norma general, los hombres trans también tenían peor acceso a la atención sanitaria que los hombres GBHSH cis. A este respecto los autores sugieren que la discriminación en los entornos sanitarios y los estereotipos que rodean a los hombres trans pueden ser los causantes, entre otros motivos, de que estas personas no reciban una atención adecuada.
Un segundo estudio con esta población, realizado en la ciudad de Nueva York, no solo reveló que la prevalencia del VIH es mayor en los hombres trans, sino que sus resultados subrayan la necesidad de incluir a los hombres trans en la investigación sobre la prevención del VIH, de donde se han visto excluidos históricamente. Los autores concluyen que sus datos refuerzan la idea de que los hombres trans podrían beneficiarse de programas que integren los servicios de salud mental y sexual, un paso muy necesario para empezar a comprender y abordar las necesidades de salud sexual de este grupo que con frecuencia no recibe una atención adecuada.
Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Wirtz A L et al. HIV incidence and mortality in transgender women in the eastern and southern USA: a multisite cohort study. Lancet HIV, online ahead of print, 28 February 2023. https://doi.org/10.1016/S2352-3018(23)00008-5
Appenroth M et al. Sexual happiness and satisfaction with sexual safety among German trans men who have sex with men: results from EMIS-2017. Journal of the International AIDS Society 25: 11-18, 2022 (open access). https://doi.org/10.1002/jia2.25992
Radix A et al. HIV prevalence among transmasculine individuals at a New York City Community Health Centre: a cross-sectional study. Journal of the International AIDS Society 25: 5-10, 2022 (open access). https://doi.org/10.1002/jia2.25981
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