Hace tiempo, siempre se mencionaban tres vías cuando se hablaba de transmisión del virus de la hepatitis C (VHC): compartir agujas sin esterilizar en el consumo de drogas, de madre a hijo durante el embarazo o el parto y el accidente ocupacional entre el personal sanitario. A estas tres vías de transmisión había que sumar las transfusiones de sangre realizadas antes de 1992, fecha en la que se generalizó la prueba de detección del VHC.
Sin embargo, desde hace unos años se viene constatando que la hepatitis C también se puede transmitir por vía sexual en prácticas no seguras, especialmente cuando en la relación sexual existe sangrado. En particular, diversos estudios han confirmado la transmisión sexual del VHC en hombres con VIH que practican sexo con hombres (HSH), y la han asociado a ciertos factores de riesgo, como las relaciones anales insertivas o receptivas sin uso de preservativo, la práctica del fisting insertivo o receptivo sin guantes de látex y lubricante, el sexo en grupo o el empleo de ciertas drogas (sobre todo, metanfetamina, ketamina, gamma-hidroxibutirato [GHB], éxtasis, etc.). El riesgo de transmisión del VHC parece aumentar de forma desproporcionada cuando coinciden varios de estos factores (véanse La Noticia del Día 07/02/08, 03/08/07, 16/05/07 y 03/02/06, así como “¿Se transmite la hepatitis C por vía sexual?”, LO+POSITIVO 33, primavera de 2006).
En el IV Taller Internacional de Coinfección por VIH y Hepatitis, que se ha celebrado la semana pasada en Madrid, se presentaron una comunicación y un póster con datos sobre dos estudios relacionados con la hepatitis C en HSH con VIH.
Un estudio británico se centró en un grupo de HSH con el virus de la inmunodeficiencia humana que, tras conseguir una respuesta viral sostenida (RVS) al tratamiento estándar de la hepatitis C (interferón pegilado más ribavirina), mostraron un rebrote de la carga viral del VHC. El objetivo del estudio era determinar si se trataba de una recaída o de una reinfección adquirida en un encuentro sexual posterior.
Los autores de este trabajo estudiaron a 22 pacientes con VIH, todos ellos hombres que practican sexo con hombres, que presentaron dos o más episodios de viremia por VHC después de haber alcanzado una RVS. A 18 de los 22 se les diagnosticó durante su RVS una infección de transmisión sexual (ITS); las más comunes fueron sífilis y gonorrea.
En 10 de los 22 casos, los análisis filogenéticos y de genotipo practicados revelaron que la causa más probable del rebrote de VHC fue una reinfección por una cepa distinta. En dos pacientes, aunque no se puede excluir una recaída tardía, el aumento en los niveles de la enzima hepática alanina aminotransferasa (ALT) y la coinfección por ITS también sugirieron la posibilidad de una reinfección. En los 10 pacientes restantes no se pudieron analizar las muestras.
Los expertos concluyen advirtiendo que debe aumentar la conciencia sobre la posibilidad de infección y subsiguiente reinfección por VHC en HSH que realizan prácticas sexuales de riesgo.
Un segundo estudio, observacional y retrospectivo, llevado a cabo por investigadores italianos, exploró la frecuencia de la hepatitis C aguda en HSH infectados por VIH. A partir de una cohorte de 3.746 pacientes con VIH que recibieron seguimiento en Milán entre 1996 y 2007, los autores seleccionaron a 272 pacientes HSH o bisexuales a los que se les habían efectuado al menos dos pruebas de anticuerpos para la hepatitis C.
Un total de 21 pacientes de los 272 presentaba infección por VHC. Todos fueron asintomáticos cuando se les diagnosticó la hepatitis C y ninguno había eliminado el virus de forma espontánea. La mayoría tenía genotipo 1 del VHC. El año del diagnóstico del VIH fue entre 1984 y 1995 en 11 casos, entre 1996 y 2000 en 3 casos y entre 2001 y 2005 en los 7 casos restantes.
En cambio, el año del diagnóstico del VHC fue 2004 en dos casos, 2005 en un caso, 2006 en seis casos y 2007 en diez casos. Ningún paciente había recibido un diagnóstico simultáneo de VHC y VIH. Quince de 21 (71%) se encontraban en terapia antirretroviral (TARV) y 6 de 21 (29%) eran naive o habían interrumpido la TARV en el momento del diagnóstico de VHC. Un tercio presentaba también sífilis.
En sus conclusiones, los investigadores indican que “observaron una creciente proporción de infección aguda y asintomática por VHC en los últimos años”, por lo que aconsejan que se practiquen pruebas de detección del VHC de manera regular en HSH con VIH que lleven a cabo relaciones sexuales de riesgo.
Aunque la transmisión del VHC por vía sexual resulte minoritaria desde un punto de vista estadístico, es importante que tanto los médicos como los HSH que mantienen relaciones sexuales no seguras sean conscientes del riesgo, ya que la hepatitis C presenta en las personas con VIH una tasa más baja de respuesta al tratamiento y una evolución mucho más agresiva.
Fuente: Elaboración propia
Referencias: Jones R, et al. Hepatitis C (HC) viraemia following sustained virological response (SVR) to pegylated interferon (peg-IFN) and ribavarin (RBV) in HIV positive men who have sex with men (MSM) – re-infection or late relapse? 4th International Workshop on HIV & Hepatitis Co-infection. Abstract 12. Madrid, June 2008.
Gallotta G, et al. Acute hepatitis C virus in HIV co-infected Men whohave sex with Men: Milan, 1996-2007. 4th International Workshop on HIV & Hepatitis Co-infection. Abstract 47. Madrid, Jun 2008.
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