Un estudio brasileño publicado en The Lancet HIV ha concluido que la vacuna china CoronaVac® frente al SARS-CoV-2 (virus causante de la COVID-19) produciría una menor respuesta a nivel de anticuerpos en personas con el VIH que en la población general. En personas con niveles de CD4 inferiores a 500 células/mm3 se observarían menores respuestas neutralizantes que en aquellas con niveles de CD4 más elevados.
La vacuna CoronaVac® fue desarrollada por la compañía farmacéutica china Sinovac Biotech. Es una de las vacunas más ampliamente utilizadas y ha sido aprobada para uso de emergencia en 54 países aparte de China. De hecho, en países como Brasil, Indonesia, Turquía y Chile ha sido la principal vacuna utilizada en las campañas de vacunación. En Europa, dicha vacuna se ha utilizado en Albania, Ucrania, Moldavia, Macedonia del Norte y Bosnia y Herzegovina.
CoronaVac® utiliza una tecnología diferente a las utilizadas por el resto de principales vacunas frente al SARS-CoV-2 (que se basan en ARNm o utilizan un vector de adenovirus), ya que se trata de una vacuna de virus inactivado, una estrategia más antigua pero que ha sido altamente exitosa en vacunas tales como la poliomelitis. Una ventaja de este tipo de vacunas es que no precisan de refrigeración, lo cual las hace una buena opción para países de recursos limitados.
En datos obtenidos de la población general chilena e indonesia, CoronaVac® ha sido altamente efectiva en la prevención de la hospitalización y el fallecimiento, pero hasta la fecha existía un importante vacío informativo respecto a su desempeño en personas con el VIH. Para arrojar un poco más de luz a este punto, un equipo de investigadores brasileños diseñó un estudio con el objeto de desvelar la seguridad y inmunogenicidad de CoronaVac® en una cohorte de personas con el VIH atendidas en Sao Paulo (Brasil).
El estudio comparó las respuestas a CoronaVac® de 215 personas con el VIH con las de 296 personas sin el VIH que no tenían un estatus de inmunosupresión conocido. Todas ellas recibieron dos dosis de la vacuna separadas entre ellas por un periodo de 28 días.
Ambos grupos fueron seleccionados para que presentaran distribuciones de edades y sexos similares. A pesar de dichas intenciones, las personas con el VIH eran significativamente mayores que aquellas sin el virus (mediana de la edad de 54 y 48 años, respectivamente; p <0,0001) y presentaban un menor porcentaje de mujeres (40% y 63%, respectivamente; p <0,0001). Las personas con el VIH presentaban una probabilidad de tener comorbilidades superior a la observada en aquellas sin el VIH, pero dicha diferencia se debía sobre todo al mayor porcentaje de personas con hiperlipidemia, algo que, a priori, no debería afectar de forma muy marcada a las respuestas a la vacuna. La mediana del recuento de CD4 en las personas con el VIH era de 655 células/mm3 y el 89% de ellas tenía carga viral indetectable.
A los 69 días de la segunda dosis se midieron los niveles de anticuerpos. En ese momento, el 91% de las personas con el VIH y el 97% de aquellas sin el VIH habían desarrollado anticuerpos frente al SARS-CoV-2 (p= 0,0055).
En lo relativo a anticuerpos neutralizantes, el porcentaje de personas con el VIH que los había desarrollado era significativamente inferior al observado entre personas sin el VIH (71% y 84%; respectivamente; p= 0,0008). Las personas con el VIH presentaban niveles de anticuerpos IgG y de actividad neutralizante significativamente inferiores a los observados en personas sin el VIH (en ambos casos p <0,0001).
La presencia de anticuerpos neutralizantes y su actividad eran significativamente superiores en personas con el VIH y recuentos de CD4 superiores a 500 células/mm3 a las observadas en aquellas con el VIH y niveles de CD4 inferiores.
El análisis multivariable evidenció que las personas con recuentos de CD4 superiores a 500 células/mm3 presentaron una mayor probabilidad de tener anticuerpos IgG detectables (cociente de riesgo ajustado [CRa]: 1,15; p= 0,026) y anticuerpos neutralizantes (CRa: 1,29; p= 0,027).
No se observaron diferencias en los efectos adversos experimentados por motivo de la seropositividad al VIH. En ambos grupos los efectos adversos fueron leves y los más frecuentes fueron dolor de cabeza, cansancio y dolor en el punto de inyección.
En la línea de lo recomendado con el resto de vacunas, los investigadores apuntan a que las personas con el VIH deberían contarse entre las candidatas a recibir dosis de refuerzo adicionales, algo que las autoridades brasileñas ya establecieron en septiembre de 2021.
Como complemento a los hallazgos del presente estudio, otros dos estudios (uno realizado en China y otro llevado a cabo en Chile) llegaron a resultados similares. Así, en el estudio chino se observó que, tras la vacunación, las personas con el VIH tenían menores niveles de anticuerpos, menor actividad neutralizante y menores niveles de respuesta celular que aquellas sin el VIH. El estudio chileno, por su parte, halló que las personas con el VIH y niveles de CD4 inferiores a 500 células/mm3 presentaban una menor detectabilidad y actividad de anticuerpos neutralizantes tras la vacunación con CoronaVac®.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Netto LC et al. Safety and immunogenicity of CoronaVac in people living with HIV: a prospective cohort study. Lancet HIV, published online 2 March 2022. DOI: 10.1016/S2352-3018(22)00033-9
Huang X et al. Comparing immune responses to inactivated vaccines against SARS-CoV-2 between people living with HIV and HIV-negative Individuals: a cross-sectional study in China. Viruses, 14(2):277, 2022. DOI: 10.3390/v14020277
Balcells ME et al. Reduced immune response to inactivated SARS-CoV-2 vaccine in a cohort of immunocompromised patients in Chile. Clinical Infectious Diseases, published online 7 March 2022. DOI: 10.1093/cid/ciac167
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