Un estudio presentado en la Conferencia sobre Retrovirus y Enfermedades Oportunistas (CROI 2023), celebrada recientemente en Seattle (EE UU), ha concluido con las personas con el VIH y carga viral de bajo nivel (de entre 50 copias/mL y 200 copias/mL) se encontrarían en riesgo de padecer enfermedades no definitorias de sida graves tales como cánceres, enfermedades cardíacas o renales. El estudio también ha evidenciado que las personas con el VIH que inician el tratamiento antirretroviral en fases más tempranas de la infección tienen un menor riesgo de padecer dichas comorbilidades.
Es un hecho bien conocido que mantener la supresión virológica detiene la progresión de la infección por el VIH, permitiendo que los niveles de CD4 se repongan y evitando, además, que el virus se pueda transmitir a otras personas. Aunque la indetectabilidad viral se fija por debajo del umbral de las 50 copias/mL, algunos estudios establecen el concepto de “supresión virológica” en aquellas cargas virales por debajo de 200 copias/mL e incluso la Organización Mundial de la Salud ha llegado a poner dicho umbral en 1.000 copias/mL. Estas zonas grises –especialmente la que se mueve entre las 50 copias/mL y las 200 copias/mL– no cuentan con muchas evidencias científicas respecto al impacto que tendría en la salud a corto, medio y largo plazo hallarse en ellas, aunque estudios previos habían desatado cierta preocupación (véase La Noticia del Día 30/04/2020). Se calcula que hasta un 10% de las personas en tratamiento antirretroviral tienen en ocasiones mediciones de la carga viral entre 50 copias/mL y 200 copias/mL.
Para arrojar un poco más de luz a este asunto, los autores del presente estudio contaron con los registros del Estudio sobre la Historia Natural del VIH en el Ejército de EE UU. Un total de 2.800 personas que habían iniciado tratamiento antirretroviral después de 1996 y tenían, al menos, dos determinaciones de la carga viral con un límite de detección de 50 copias/mL. Más del 90% de los participantes eran hombres. El 40% eran de etnia blanca, el 40% de etnia negra y el resto eran de otras etnias (principalmente la latinoamericana). La mediana de la edad era de 29 años en el momento del diagnóstico y de 42 años en el momento de un diagnóstico de enfermedad no definitoria de sida grave en aquellas personas en las que se produjo dicho diagnóstico. La mediana del recuento de CD4 en el momento del inicio del tratamiento antirretroviral era de 370 células/mm3.
Tras una mediana de 10 años de seguimiento, el 8% de los participantes tenía una viremia de bajo nivel (de 50 copias/mL a 200 copias/mL), el 4% una viremia de alto nivel (de 200 copias/mL a 1.000 copias/mL). El 12% de los participantes tuvieron eventos aislados de carga viral detectable y un tercio de los participantes tuvo dos análisis consecutivos por encima de 200 copias/mL.
Los investigadores analizaron la presencia de eventos no definitorios de sida graves tales como cánceres, eventos cardiovasculares, enfermedad renal y enfermedad hepática. Casi el 14% de los participantes experimentaron al menos uno de dichos eventos y caso el 8% experimentaron dos o más de ellos.
Los cánceres más frecuentes fueron el anal y el de próstata (26 casos y 23 casos, respectivamente). Veinticinco sufrieron un infarto de miocardio, 54 tuvieron una enfermedad coronaria, 23 desarrollaron cirrosis hepática y 205 experimentaron insuficiencia renal.
El riesgo de eventos no definitorios de sida graves aumentó a medida que lo hizo la carga viral, pero incluso aquellas personas con viremia de bajo nivel vieron aumentado el riesgo de padecerlas. Así, las personas con carga viral detectable presentaron un riesgo superior en un 71% de padecer eventos no definitorios de sida graves al observado en personas con carga viral indetectable. El incremento de riesgo observado en aquellas personas con carga viral detectable de bajo nivel fue del 25% y en aquellas con viremia de alto nivel fue del 57%.
Aunque la mayoría de los participantes alcanzaron carga viral indetectable y buenos niveles de CD4 tras el inicio del tratamiento antirretroviral, los investigadores hallaron que retrasar el inicio del tratamiento se relacionó con mayores cargas virales al inicio del tratamiento, con menores niveles de CD4 y con un mayor riesgo de tener carga viral detectable durante el tratamiento. Asimismo, el retraso en el inicio del tratamiento también se asoció a un mayor riesgo de padecer eventos no definitorios de sida graves.
Cabe destacar que el estudio halló que las mujeres tenían un riesgo de padecer eventos no definitorios de sida graves superior al observado en hombresy que aquellas personas en tratamiento con inhibidores de la integrasa tenían –respecto a otros tratamientos antirretrovirales– un menor riesgo de padecerlos.
Los resultados del presente estudio sugieren a juicio de los investigadores que el umbral de supresión virológica y fracaso virológico deberían ser revisados. El riesgo de eventos no definitorios de sida graves observado podría hacer replantear el momento en el que se considera que un tratamiento está dejando de funcionar y anticipar el cambio de tratamiento respecto a los protocolos de cambio de tratamiento utilizados en la actualidad.
Fuente:POZ / Elaboración propia (gTt).
Referencia:Ganesan A, et al. Any Level of Detectable Viremia is Associated with Serious Non-AIDS Events. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Seattle, Washington. Feb 19-22 2023
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